XXII. Un día en el castillo mágico (Parte 1)

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—Creí que eran mitos, pero al parecer sí que son reales—hablaba Hannah (mágica), deslumbrada por la espada de Akko—Las armas que usaron las antiguas nueve. Se dice que juntas, eran tan poderosas como el legendario Trono Mágico.
—¿Dicen que la consiguieron en Estrados?—preguntó Barbara (mágica).
—Síp. Malekith las quería para sí, pero el muy tonto sólo fue para armarnos—Akko blandía su hoja mientras se burlaba.
—Qué ironía—dijo Sucy (mágica).
Croix, añadiéndose a la conversación, clamó—Entonces tienen que dominarlas para usarlas en su contra. Aprovechemos este error que tuvo para acabarlo. Por lo poco que he oído de él, dudo que cometa otra equivocación así.
—Desafortunadamente—anunció Lotte—poseemos solamente una, y está dividida en cuatro.
—Una espada, un arco, unas dagas y un escudo—terminó por decir Akko.
Mientras ellas platicaban en un balcón, abajo, en una pequeña terraza, Amanda jugaba con las más pequeñas, y Kuina seguía tratando de acercarse a la Rebecca de ese mundo. Ambas Jackies y Rebecca correteaban a la peli-naranja en su escoba—Son muy lenta~s—afirmó la O'Neill.
—¡Te atraparé aunque sea lo último que haga!—gritó Jackie (mágica).
—¡Vamos por ella!—dijo su contraparte de la Tierra.
—¡Sin piedad!
No importaba cuánto la siguieran, la mayor era una bruja de avanzada, sobretodo en el vuelo. Amanda hacia piruetas y difíciles acrobacias mientras esquivaba los intentos de sus sobrinas por atraparla. Lo que Amanda no sabía es que una niña, más inteligente que las otras, le tendió una trampa. Rebecca saltó camuflajeada de un arbusto cercano, esperó a que Amanda descendiera un poco, para así atraparla.
—¡Te tengo!—se sostuvo de su cuello, aferrándose a ella.
—¡Ja!—rió la O'Neill mientras se elevaba—Si crees que con tus manos de algodón me tumbaras, estás muy equivocada, mi querida Rebecca.
—Si tú crees que me abalancé en ti sin un plan, estás muy equivocada, mi querida Amandita—la menor sacó su varita. Apuntó a la escoba de la mayor. Entonó un conjuro y el transporte se detuvo. Ambas salieron disparadas al aire.
—¡En tu cara!—gritó eufórica por su victoria.
—Eso ha sido impresionante. Ahora dime, ¿cuál es tu clan para nuestra caída?—alarmó la O'Neill.
—Auch... Mi plan no llegaba hasta ahí.
Rebecca tiró un grito asustada. No obstante, y para suerte de ambas, no era la primera vez que Amanda caía de su escoba.
La acróbata abrazó a la menor, aferrándola a su cuerpo—No te despegues—le indicó. Muy obediente, la abrazó con todas su fuerzas.
Caían en picada. Iban tan rápido que ninguna de las Jackies y nadie cercano, se percató que descendían sin escoba; por eso nadie se alarmó.
Pero la bruja más rápida de Luna Nova no necesitaba a nadie en cuanto a caídas se trataba. Amanda, con un ágil movimiento de varita, hizo que el pasto debajo suyo creciera fluidamente a velocidades escandalosas. Lo moldeó para que pareciera una cama. Luego, aprovechándose de la altura del castillo flotante, jaló toda nube cercana; las nubes del mundo mágico, a diferencia de las de la tierra, era tangibles y ultra suaves, y aumentó esa suavidad con otro hechizo. Las dos brujas cayeron en una cómoda cama. La O'Neill dio la espalda al suelo para que la menor no recibiera el impacto; a pesar del acolchonado soporte, se sentía algo del golpe.
—¿Estás bien?—preguntó a la princesa.
—S-Sí. Gracias, y... perdón—. se lamentó aún abrazada encima de la O'Neill.
—Hey, no llores—le alzó la cabeza. Se miraron directamente a los ojos—Las chicas valientes no lloran. Además, todos cometemos errores. Si supieras las veces que me he caído de la escoba, te cuestionarías seriamente cómo es que aún camino.
Soltó una risillas por el comentario de la mayor. Sin importar su error, Amanda no la hizo sentir mal. Al contrario.
No obstante, cuando se percató de la posición en la que estaba, se intentó alzar apenada. Pero otro par de niñas aprovecharon que Amanda ya estaba en el suelo. Un par de peli-naranjas se abalanzaron en ellas.
—¡Te tenemos, Tía O'Neill!—Bramaron las de pecas. A la mayor no le quedó otra que seguir con el juego—¡No es justo, son tres contra una!—se quejó Amanda.
—Cállese y sucumba ante mi enorme superioridad, ¡tía Amanda!—declaró Jackie—¡No por nada me dicen Jackie la destructora de mundos! ¡MUAHAHAHA!
—Nadie te dice así—dijo Rebecca, anexándose al juego—Además, fue gracias a mí que la capturamos.
—¿Estás negando mi increbiolizidad supremisisisisisma...? ¡¿Acaso tú igual quieres ser mi enemiga?!
Rebecca alzó los hombros, dando a entender su indiferencia ante el papel de su capitana.
—¡Menuda traición! Me lo esperaba de todos menos de ti, Rebe—hizo un melodramático monólogo—No me sentía así de traicionada desde que mi chihuahua Firulais se cagó en mis pantuflas del Rayo McQueen...
—Recuérdame comprarle un pastel de carne a ese perro cuando volvamos—dijo burlona su tía.
Las cuatro comenzaron a reírse.
Por primera vez en mucho tiempo, las brujas del Mundo Mágico veían sonreír a su Jackie; aquello era un alivio para sus corazones.
Rebecca (mágica), cercana al prado donde jugaban, veía feliz y nostálgica la escena. Su sonrisa no se le escapó de la vista a Kuina.
—Veo que tienes buenos recuerdos, ¿eh?
Como era la primera vez que lo que decía la vampíra no era un halago o piropo a su persona, Rebecca (mágica) le contestó—Sí... Creo que no miento cuando digo que Amanda fue la más querida aquí. Y por lo que veo, la de ustedes tiene mucho de ella.
—Es una chica especial. Cariñosa cuando quiere, aunque le cueste admitirlo, y fuerte cuando es debido.
—En eso tienes razón, muchacha murciélago—estuvieron calladas un momento.
—¿Entonces... sí vas a salir conmigo?
Arqueó los ojos—Ibamos tan bien...
—¿Eso es un sí?
—No.
—Tenía que intentarlo—se estiró para tronar su espalda—Bueno, creo que me uniré al juego—la vampíra tomó su forma menor. Hace tiempo que no se sentía tan 'enana'. Fue flotando hacia el juguetón grupo.
Tras un rato, cansada de sólo ver y hablar de cosas serias, Akko se unió al juego con las chicas. Varias brujas del grupo de la tierra, incluso algunas de orejas alargadas, se fueron anexando cuando veían tanta diversión. Estuvieron toda la tarde así. Risas y alegría, así definirían ese día.

Little Witch Academia "Cruzada por el Trono Mágico"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora