Capítulo 19

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El día había llegado, hoy era viernes.

Me encontraba frente al espejo, mirando mi reflejo y tratando de convencerme a mí misma de que tenía que levantar la cabeza y plantar cara al asunto.

Las palabras de mis padres me habían estado rondando por la cabeza roda la noche, haciéndome pensar en todas las opciones que tenía. Opción uno, entrar a ese salón y solo dirigirme hacia Lalisa, beber ponche y dedicarme a platicar con ella. Opción dos, entras a ese lugar, buscar a Jungkook y solucionar todo. Opción tres, entrar al lugar y beber ponche, esperar a que Jungkook me busque y hablar. Como sea, cualquiera sonaba extraña y absurda de hacer.

Unos toques en la puerta me hicieron volver a la realidad. Volteé a ver hacia la puerta, donde mi madre asomaba parte de su cabeza.

— ¿Puedo entrar? — asentí.

— ¿Que pasa? —

— En realidad nada, solo... ¿Necesitas ayuda? — sonrió.

Sonreí cuando entendí a lo que se refería. Ella quería ayudarme con mi vestimenta.

— Claro, ¿Podrías peinarme, mamá? Algo sencillo está bien —

— Claro —

Ella me sentó en la orilla de la cama, acariciando mi cabello. Empezó a peinarlo con el cepillo, sentía ese agradable sensación de cuando era pequeña. Ella me peinaba y cantaba algo bajo después del baño, cuando estaba por dormir. Recordaba esa sensación tan agradable, tan reconfortante.

Pasaron algunas horas, pero yo lo sentí como minutos. Estaba tan a gusto.

— Listo, puedes mirarte al espejo —

Abrí los ojos, sentí que me había quedado dormida. Me levanté de la cama y me dirigí hacia el espejo, me miré y sonreí.

Mi cabello estaba recogido, una trenza de forma exquisita estaba adornando mi lado derecho de mi cabeza. Mechones de cabello estaban sueltos. Tan bonito y sencillo.

— Gracias mamá, está muy hermoso el peinado —

— De nada cielo, ¿tienes listo el vestido y tus zapatos? — asentí.

— Sólo estaba pensando que peinado quedaría mejor, pero mamá, tú eres una genio —

— Para nada, muy bien, te ayudaré para que quedes lista —

— Okey —

"Salto espacio -temporal "

Sentía que mis manos me temblaban. Mis piernas quería retomar el camino por el cual había llegado, estaba nerviosa.

Estaba parada frente a la puerta del edificio de educación física, el cual había sido adornado de tal manera que parecía un salón de baile. Música proviniendo de a dentro me hacía saber que el ambiente era bueno dentro. Alumnos entrando y saliendo con sonrisas en sus labios era lo que se veía. Algunos se tomaban selfis, fotos grupales o en parejas.

Busqué con la mirada a Lalisa, saqué mi teléfono para marcarle y hacerle saber que ya estaba aquí. Unas manos cubriendo mis ojos me asustaron.

— ¿Quien soy? — sonreí, mi cuerpo se relajó al escuchar su voz.

— Un día de estos me dará un infarto gracias a tus sustos —

— No exageres, Haneul, pensé que me dejarías plantada — hizo un puchero.

— ¿Y perderme el mejor baile de mi vida? — fui sarcástica, Lalisa rodó los ojos.

— Bien, entremos, haremos ésto, estaremos un rato aquí y si vez que no te agrada, nos vamos —

— Está bien —

Tomadas de la mano entramos hacia el salón. Lalisa venía usando un hermoso vestido azul eléctrico, difuminado en colores oscuros en la parte baja.

Cuando estuvimos dentro me quedé sorprendida, había más ambiente del que pensaba, la música alta entraba por mis oídos. No se podía escuchar casi nada de lo que se hablaba. Tenían que pegarse y hablar en el oído.

Lalisa y yo nos dirigimos hacia la mesa donde estaba el ponche, ahí habían sillas alrededor para los que querían estar sentados. Muchos ya estaban bailando, sonriendo y saltando. Era curioso como algunos sin conocerse parecían estar felices bailando juntos, como siendo desconocidos podían estar sonriendo.

De un momento a otro me vi sola sentada a un lado de la mesa de los bocadillos. Lalisa había sido sacada a bailar, a mí también me invitaron pero no tenía muchas ganas de bailar, no con un chico que no conocía.

La veía sonreír mientras ella bailaba al ritmo de la música, ella giro su cabeza hacia mi dirección y yo le hice señas de que saldría un momento. Ella asintió.

Salí de ahí, esquivando a la muchedumbre que estaba ahí. Sentía que me estaban quitando oxígeno.

Abrí la puerta y pude sentir el viento fresco pegar directo a mi rostro. Me dirigí hacia las bancas que estaban a un lado del edificio, sentandome y moviendo mis píes. Cerré mis ojos. Más de una vez pasó la idea de irme a casa, pero Lalisa se la estaba pasando tan bien que no quería arruinarle la noche, también pensé en irme y dejarla sola, pero deseche esa idea a los segundos.

— ¿Puedo sentarme? —

Me tense al escuchar su voz. Levante mi mirada y me encontré con su cuerpo frente a mí. No me había dado cuenta cuando había llegado hasta mí.
— Jungkook — mi voz salió en un susurro anhelante.

Él se veía tan varonil en ese traje negro, a pesar de que no le gustaban mucho, él se veía bien con cualquier cosa.

Tal vez de las tres opciones que había tenido por la mañana, había llegado la tres por si sola.

Le señale el asiento y me encogí de hombros. Nerviosa atiné a sólo jugar con mis manos en mi regazo.

If You  [Jeon Jungkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora