Cap. 20: Rokudenashi

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Dedicado a _Touhouist_ y a SaoriKatsuki. La primera por haber aportado al usuario y al Stand de este capítulo, y la segunda por haber colaborado tanto con sus dibujos (Rokudenashi fue dibujado por ella ❤). De más está decir que agradezco muchísimo el aporte de ambas a la historia ^^
También lo dedico a todos los fieles lectores que desde hace casi un año que vienen apoyando este fic, dejando sus estrellitas y sus comentarios... a todos, ¡muchas gracias!

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Una silueta oscura se aproximaba a la casa. Incluso desde la distancia podía sentirse la pestilencia que destilaba: olor a orines mezclado con sangre. El miedo aumentaba cada vez que el sujeto se acercaba otro paso. Las piernas temblaban, y nadie respondía a los llamados de auxilio. Desde la ventana se podía ver a la silueta, cerca, cada vez más cerca...

Cuando la puerta de la casa se abrió de un golpe y la figura entró en la casa, el miedo fue tal que las rodillas flojearon involuntariamente.

-Estoy en casa, muchacho- soltó el intruso, con una perturbadora y torcida sonrisa.

"Debo ser fuerte... ya soy grande, puedo hacerle frente..." fue el pensamiento que se cruzó por la cabeza.

Pero no hubo reacción. Y cuando la silueta se plantó en frente, un brillo emergió de su mano.

-Dejarás de ser débil...- soltó el hombre, su aliento apestando a muerte.

Con un rápido movimiento, el objeto brillante bajó, y un punzante dolor recorrió el ojo izquierdo.


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Rokudenashi se incorporó de un salto, y se llevó inconscientemente la mano a su ojo disfuncional. Hace tiempo que la herida había cicatrizado, pero algunas veces le daba la impresión de que dolía como si fuera reciente.
Calmó su respiración paulatinamente, dándose tiempo para inhalar y exhalar apropiadamente. Su pulso acelerado fue recuperando la velocidad normal, hasta que al fin todo su cuerpo se encontró en armonía.
No era la primera vez que sufría de esa pesadilla, pero no por eso dejaba de ser dolorosa cada vez que la tenía.

Se levantó de la cama pesadamente, cansado de tan sólo pensar que tendría que afrontar un nuevo día.
El desayuno fue mezquino y soso, como siempre, y la ducha resultó fría al igual que en todas las mañanas. La casa estaba gélida y solitaria, aunque él ya se había acostumbrado a eso.
No recordaba cuánto tiempo había pasado desde la última vez que su hogar se hubiera encontrado cálido y lleno de vida. Ahora todo estaba oscuro y polvoriento, ya que él apenas se preocupaba por mantener el sitio limpio y ordenado.

Luego de su rutina matutina de desayunar, ducharse y ejercitar un poco los músculos, Rokudenashi se calzó su abrigo y su capucha, y salió de la casa.

Llegó al hospital temprano, como generalmente lo hacía, y la joven recepcionista lo saludó con entusiasmo al verlo llegar.

-¡Buen día, Katagiri-kun!- soltó ella, ferviente.

¡Crazy, Shining, Bizarre Love! [JosukexReader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora