¡Crazy, Shining, Bizarre Love! [JosukexReader]

Cap. 5: En casa del caballero de azul cabellera...

Josuke te conduce hacia su casa. Ambos están silenciosos y pensativos.

"¿Qué estará pasando por esa cabeza?" te preguntas, observando al chico de reojo.

Tú te encuentras algo preocupada por faltar al colegio, y temes que algún compañero te vea junto con Josuke, caminando hacia el lado contrario de la escuela. Eso podría dar lugar a muchos malentendidos...

-Bueno, aquí estamos...- te dice Josuke, al cabo de unos minutos.

Su casa es bastante bonita por fuera. Tiene un espacioso y bien cuidado jardín frontal y un garaje de buen tamaño. Te sientes un poco avergonzada de tu propia casa en estos momentos (que ni siquiera tiene un garaje apropiado), pero tratas de no pensar en eso.

Él abre la puerta y te invita a pasar primero. Tienes los nervios a flor de piel, y te está costando contener tu respiración agitada. Apenas pones pie dentro de la casa, te volteas para observar a Josuke. Pero él parece estar mirando algo detrás suyo, ya que está de espaldas a tí. Sus músculos parecen tensos, y su respiración parece haberse vuelto más entrecortada. Te asomas por un costado para ver qué es lo que él está viendo, pero justo en ese momento Josuke se pone de frente a tí.

-Vamos, entremos a la casa- te dice, con voz amable, pero firme a la vez.

Antes de que él te empujara amigablemente dentro de la casa, creíste poder ver en la acera de enfrente a un hombre completamente vestido de negro, el cual se encontraba observando la casa de Josuke.

-¿Quién es ese tipo, Higashikata?- le preguntas, apenas él cierra la puerta.

-No lo sé. Pero no te preocupes por él- te contesta él. Parece seriamente preocupado.

No sabes qué pensar. ¿Quién era aquel sujeto, y por qué había logrado poner tan nervioso a Josuke?

-Bueno, siéntete como en tu casa. Ven, por aquí está el baño, puedes ducharte primero- te dice, mientras te señala el cuarto de baño.

Tú te quitas tus zapatos y los dejas en la entrada, y Josuke hace lo mismo. Sientes la ropa completamente pegajosa, y casi que estás rogando por esa ducha (ya que ni siquiera tu cabello se salvó del ataque de helado).

-Iré a buscarte algo de ropa... Quizás alguna de mis remeras no te quede tan grande...- musita Josuke, pensativo -. Pero no creo tener pantalones de tu talla- añade, riendo.

Tú le sonríes, y comienzas a inspeccionar tu falda.

-Mi falda no se ha manchado...- le dices.

-Great! En ese caso, iré a buscar una remera.

Al cabo de un minuto, él regresa trayendo consigo una remera celeste del tamaño de una sábana.

-Juro que es la más pequeña que pude encontrar...- te dice.

-Está bien, no te preocupes- le sonríes y sin más demora te metes al cuarto de baño y cierras la puerta.

-Avísame si necesitas algo...- dice él desde el otro lado.

Comienzas a desvestirte con cierta preocupación. Confías en que Josuke no vaya a abrir la puerta de imprevisto, pero aun así estás un poco desconfiada. Apenas te has quitado la ropa, te cubres con una toalla y procedes a abrir el grifo del agua caliente. Estás por meterte bajo el agua, pero en ese momento oyes la voz de Josuke del otro lado de la puerta.

-Hola... Sí, habla Josuke... Te llamaba porque he vuelto a verlo. Está rondando por la casa desde hace unos días. No, no he visto que tenga el arco y la flecha, Jotaro... Deberíamos hacer algo al respecto, no puedo permitir que mi madre esté en peligro, no sé qué es lo que quiere este tipo... ¡Ya sé que no estás en Morioh, Jotaro!... Está bien, estoy tranquilo. Como sea, esperaré y te llamaré otra vez si surgen novedades...- y luego de eso, silencio.