De Triangulos a Cuadrados

Capítulo 2 Gabriel el detective

Habían pasado una semana, la bienvenida había quedado atrás y para su desgracia, no ha visto a hoyuelos en todos esos días. Gabriel estaba casi seguro que son de la misma facultad, lo que significaba que compartían el mismo edificio. No era tan difícil poder encontrarlo.

Un día más en la universidad sin nada fuera de lo normal. El dibujo nunca se le había dado tan bien. Lo que empezó como simples garabatos terminó siendo, según Gabriel, una obra maestra. Poco le importa lo de su alrededor, ni siquiera sabía en qué asignación se encontraba. Lo único en lo que estaba seguro era que en un poco menos de una hora podría irse a descansar a su casa.

—Sé muy bien que las encuestas usualmente son anónimas. Pero les seré sincero, no confió en la legitimidad de sus respuestas— dijo en tono serio el docente ante toda la clase. —Necesito evidencia que encuestaron a estudiantes reales. Necesito foto y número de identificación universitario y una foto donde aparezcan los integrantes del grupo. pueden ser tomadas en grupo y los encuestados pueden ser de cualquier facultad —explicó lo más claro, pero rápido que pudo.

El licenciado Guevara es un tipo bastante mayor pero gracioso. Su cabello canoso y engomado brillaba al estar pulcramente peinado. No era para nada alto, y su sobrepeso no ayudaba en nada, haciéndolo parecer aún más pequeño.

— Grupos de un máximo de cuatro integrantes y tienen el resto del periodo. Pueden enviarme todo el contenido por e-mail antes de la medianoche de hoy. Tengo asuntos que atender— expresó finalmente, mientras tomaba su maletín y caminaba hacia la salida, limpiando de su frente algunas gotas de sudor con su pañuelo.

— ¡Genial! —gritó con entusiasmo cierta castaña mientras sonreía y se agarraba el cabello en una coleta debido al intenso calor del final de la tarde—. ¡Elena, Felipe y Gabriel síganme! Entre más pronto terminemos, más pronto nos iremos. — Con energía, Sam empezó a caminar asegurándose que el resto de su equipo la siguiera.

Gabriel prefirió ignorarla con descaro, su obra maestra casi estaba terminada. Su Mega Robot come novias fue interrumpido cuando la cabeza del rubio fue estampada por un cuaderno.

— ¡Pero si es mío! — exclamó Felipe mientras corría a coger dicha pertenencia del suelo.

Gabriel se sobaba la parte golpeada mientras fulminaba con la mirada a Sam. Esta simplemente sonrió feliz por su fechoría mientras Elena la reprendía por lo peligroso de su acción.

—Lo mejor será dividirnos. Iré con Ele...— Felipe dejo la frase a medio terminar. Tanto él cómo Elena temían que la tercera guerra mundial empezara frente a sus narices sin que Estados unidos jugara parte en ella. Gabriel miraba con cara de pocos amigos a Sam, mientras la susodicha le devolvía una mirada desafiante. —... Samara— terminó la frase mientras suspiraba.

Elena jaló del brazo a Gabriel, para alejarlo de la castaña lo antes posible.

— ¿Alguna idea por donde comenzar Gabriel? – preguntó su compañera para desviar su atención.

Esté la miro con expresión neutra, moviendo sus hombros con desinterés, sin emitir palabra alguna.

—Creo que ya lo veía venir – dijo mientras soltaba una risita, ya acostumbrada a la personalidad indiferente del rubio—. Supongo que en las mesas fuera de la biblioteca siempre hay alumnos a esta hora— informó caminando a paso veloz, seguida por Gabriel.

En ese mismo instante, pero en uno de los pasillos cerca de una de las cafeterías, estaba el resto del equipo.

—Sam ven, estas chicas accedieron a responder la encuesta— informó Felipe.

— ¡Me gusta tu entusiasmo! — Gritó la castaña mientras acorralaba a un grupo de estudiantes en una esquina—. Entonces, como les decía, solo tomara unos minutos. Entre más pronto empiecen más rápido se irán — declaró mientras les entregaba las copias de la encuesta para que ellos mismos las llenaran. Felipe lentamente giro su rostro prefiriendo ignorar los actos de su compañera. Es mejor no interrumpir los métodos de Sam.