No esperaba que Lucas, a pesar de sus quejas y lloriqueos al despertar, estuviese sentado frente a él mientras bromeaba de lo lindo con sus suegros. En especial con su hermosa y boca larga de su madre. ¿Lucas era a prueba de preguntas incómodas?... Bueno, en las respuestas, el único que salía en vergüenza era él ¿A caso importaba quien fue el que se confesó?, o ¿Cómo fue la primera cita? Ir con sus hermanos pequeños al cine, no era para nada el mejor escenario. Solo faltaba que preguntara cuando fue su primera vez o cuando sería la boda. Gabriel reflexionó, eso último, si le interesaba.
¿La primera impresión que tuvo Lucas de él? Tenía que admitir que la respuesta no le hacía mucha gracia. ¿Lástima? La primera vez que su novio lo vio, sintió ¿Lástima? En su defensa, llevaba una armadura de lodo combinada con desperdicio, no de oro reluciente junto a un deslumbrante corcel. Más bien era un sucio vagabundo ayudado por un hermoso ángel de brillante sonrisa. Pero al final el vagabundo se quedó con el ángel, así que todo estaba de maravilla.
Dio un fuerte suspiro cuando por fin todo había acabado. Para su suerte, su madre estuvo mejor de lo que imagino. Aún no estaba seguro si fue agradable para su novio, o solo estaba actuando. Con suerte el azabache evitaría visitar a su familia, cosa que a Gabriel le parecería estupendo, más que perfecto. El problema no es su padre o su hermana, incluso el estúpido gato de Renata se había comportado. El problema era su madre.
—¡Me encanto la comida! Por nada del mundo cambiaré de suegra. —dijo alegre Lucas mientras se despedía con un beso en la mejilla de Raquel. Al parecer se agradaron, demasiado, para el disgusto de Gabriel.
Era lunes, un nuevo inicio de semana. Los lunes eran, según Gabriel, un gran día. Tanto Lucas como el resto del grupo coincidían en sus descansos. Sin mencionar que los lunes, eran de cita segura. Ambos salían relativamente temprano. Prefirió no ir a la cafetería con Felipe, no tenía hambre y quería ver a ciertos hoyuelos lo antes posible. Caminó hacia las mesas fuera de a la biblioteca, donde usualmente se reunían. Era su lugar predilecto gracias a los árboles que brindaban sombra a las amplias mesas, permitiendo un descanso del usual calor. Pero ese día el cielo estaba inusualmente triste, pintado con un suave gris, acompañado de una agradable brisa.
— ¡Imbécil! —grito una voz femenina bastante familiar. Gabriel observó cómo estampaban secamente una cachetada sobre la mejilla de Lucas, volteando de sobremanera su rostro. El moreno encaró nuevamente a su agresora. Con una mirada afilada y sonriendo socarronamente, Lucas le susurró algo no muy agradable por la expresión aún más iracunda que ahora tenía Romelia. La mano de la chica se dirigía nuevamente a la mejilla intacta de Lucas.
El golpe nunca llegó. Por primera vez Gabriel se alegraba de ver a Tomás. Este último hablaba rápidamente tratando de calmar a Romelia al tiempo que sujetaba ambas manos de esta. Por su parte, Lucas usaba su celular, sin interés aparente en la pareja frente a él, que montaba todo un show. El rubio sintió como su propio teléfono vibraba en su bolsillo.
— ¿Ya estás libre? —preguntó en tono alegre Lucas, como si los últimos minutos nunca hubiesen pasado. No tuvo necesidad de contestar. Lucas se dio cuenta de su presencia casi al instante. Con una sonrisa camino hacia Gabriel terminando la llamada. Le tomó de una mano mientras lo guiaba en dirección a una de las cafeterías del campus—, ¿No se te antoja un café caliente? Yo invito.
— ¿No duele? —preguntó preocupado al ver el tono rojizo de la mejilla que Lucas trató que Gabriel no viera, colocándose estratégicamente a su derecha.
—No te preocupes. Las palabras que le dije duelen más. Además, ella se lo buscó —dijo quitándole importancia al asunto. Gabriel se limitó a levantar una ceja por la explicación. — ¿A Qué viene esa mirada? ¡La víctima es tu novio, no me mires así! —dijo con indignación falsa el moreno soltando la mano ajena. —Además, es mejor alejarnos lo antes posible o Romelia vendrá a darme otra cachetada.
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De Triangulos a Cuadrados
RomanceCallado, inexpresivo, impulsivo e inseguro. Luego de una bienvenida a la universidad nada normal, el tranquilo mundo de Gabriel será movido. Un triángulo amoroso que pronto explotara y puede que más de uno salga herido. Pero Gabriel hará todo lo po...