Capítulo 10. Una cita para cuatro

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Era un día espléndido, el sol brillaba, los pájaros cantaban y Gabriel decidían que atuendo llevar a su cita. ¡Sí, su cita! Tenía un par de horas para alistarse. Se aseguró de llevar mentas por si se necesitara. Pensándolo mejor, quizás era apresurado. Bueno, de igual forma las llevaría.

Muchas cosas habían pasado entre él y Lucas. Su confesión «correspondida», bueno, estaba trabajando en eso. Además, admitió que gustaba de él. Y no, no fue un sueño, no dejaría pasar esta oportunidad. Por otro parte, estaba Sam. Enterarse de que estaba en un triángulo amoroso con la trigueña, no fue la mejor noticia. Pero Sam era genial. Su actitud era la misma, con la excepción de que ya no se acercaba a Lucas, tan seguido, por algo se empieza.

Para finalizar estaba "Gruñidos" o como supuestamente se hace llamar, Tomás. ¿Era debido preguntarle a Lucas sobre el tema? No, aún no. Y esperaba que no fuera necesario saber su pasado con Tomás, aunque era más que evidente cuál era. Cosa que no le agradaba en lo más mínimo. Pero tenía muchas dudas. Si se conocían desde antes, ¿Por qué Lucas no lo reconoció? O ¿Por qué Tomás no se presentó e intento estar con Lucas? Haciendo lo contrario, saliendo con Romelia, ganándose el odio del azabache. ¿Estaba frente a un nuevo cuadrado? No, este era el mismo cuadrado del principio, con la excepción de que a Lucas ya no quería a Romelia y ahora lo quiere a él, o al menos ese es plan. Sin mencionar que Tomás quizás nunca se interesó por Romelia sino por Lucas. Y luego estaba él sin ningún cambio, fiel a su chico de los hoyuelos.

Y hablando del rey de sus futuras quincenas... Su celular vibraba indicando una nueva llamada entrante de Lucas.

—Hola –respondió sonriendo sin saber que más decir.

—Hola Gabriel —contestó a su saludo mientras en el fondo se escuchaban gritos y lloriqueo de un niño pequeño.

— ¿Todo bien? —Quiso preguntar.

—Bueno, no del todo. Verás, creo que tendremos que posponer la cita. — informó en tono de disculpa.

—...

— ¿Estás enojado?

—No, no lo estoy. — Respondió Gabriel tratando de no sonar decepcionado.

—Mi hermano se enteró de que iría al cine y me está haciendo un berrinche. Y para que se calme me están obligando a llevarlo. Pero podemos ir mañana— Informó

—mañana en la noche estoy libre, pero—dijo Gabriel, mientras pensaba en una mejor solución— ¿Y qué tal si me uno a ustedes y vamos los tres al cine? — Sugirió Gabriel.

—Pero iremos a ver alguna película de niños. No creo que sea el mejor plan...

—No te preocupes, me gustan. La otra vez casi lloro con Coco —confesó avergonzado. — ¿Qué película verán?

— ¿Coco? Eres adorable. —Soltó enternecido por la sinceridad del chico serio, alto y callado. —Cuando lleguemos él escogerá –informó alejando el celular de su rostro, para hablarle al infante. —Cálmate, dije que te llevaría. —Los gritos cesaron, el hermano de Lucas estaba más tranquilo. —Gabriel, ¿Sigues ahí?

—Sí.

—Oye en serio, no tienes que hacerlo. Lidiar con mi hermano es complicado —explicó Lucas con preocupación de hacerlo pasar un mal rato.

—Quiero ir, además quiero conocer a tu hermanito —dijo convencido Gabriel. —Paso a la misma hora ¿Está bien?

—Sí, te esperamos —dijo suspirando Lucas mientras colgaba y observaba la sonrisa triunfal del más pequeño de la casa.

De Triangulos a CuadradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora