Capítulo 35

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Termina en el condón. Lo retira con cuidado y lo tira a la basura. Estoy desechó, esto fue genial. Se acerca a mi y desata mis muñecas. Quedan marcas rojas a causa de la cuerda, arde un poco, pero no me arde tanto como mis nalgas. Me tumbo en la cama. El se acuesta a mi lado, me atrae hacia el, abrazándome. Besa mi mejilla.

—Te Quiero, Pequeño.

—Te quiero mucho más.

Me giro hacia el. Lo miro. Me mira, clava sus increíbles ojos en mi. No puede ser que tanta belleza tenga tantos problemas en su interior. Me encantaría ayudarlo.

—¿En que piensas?—Toca mi mejilla.

—En nada—Me acerco a él y le robó un beso.

—Estás pensando algo sobre mi, ¿Verdad?

Me sonrojo.

—Si—Respondo apenado.

—¿Es sobre lo qué pasó en la madrugada?

—No...si, No, algo parecido.

—Te quiero proteger del pasado Abraham.

—Lo se, entiendo que no me lo quieras decir.

—Es por tu bien, Y por el mío...

—No pienses en ello Esteban, déjalo ya, si algún día tú me lo quieres decir, yo te escucharé, siempre estaré para ti, Trataré de ayudarte en todo lo que pueda.

Sus ojos de ponen llorosos. Acaricia mi mejilla.

—Gracias por estar conmigo—Me besa—Tengo miedo de decírtelo, decírtelo y me dejes.

El miedo que alguna vez sentí ante las declaraciones de Esteban, vuelve a aparecer. Mi respiración se agita.

—Puedes confiar en mi Esteban, yo nunca te dejaría, no lo hice antes, mucho menos ahora.

—Te lo dire, pero no ahora. Hay que bañarnos y comer algo, muero de hambre. Si tengo tiempo , te lo contaré.

—Solo cuéntamelo si estás listo, no quiero que te afecte.

—Gracias por entenderlo, en verdad Gracias—Se levanta, me sube a sus brazos—Ahora un baño.

Me lleva cargando hasta la bañera. Cuando la tina está lista, nos metemos juntos. Me gustaría saber que es lo qué pasa por la cabeza de Esteban, quiero averiguarlo, pero no pienso obligarlo a decírmelo.

Salimos de la tina, y bajamos a comer algo. Después de un buen Sexo, estamos de buen humor. Suena el teléfono de Esteban.

—Buenas Tardes—Escucha atento—¿Hoy?—Sigue escuchando—No se si ustedes sepan que significa Incapacidad—Escucha—Arréglenlo solos, hay demasiados profesores que pueden cubrirme—Empieza a enojarse—Voy para halla.

—¿Quien era?

—El subdirector de la Preparatoria, quiere que valla a suplantar al profesor de sexto semestre, solo por hoy, y al parecer sabe que no tengo ninguna enfermedad para estar en incapacidad, valla Mierda.

—Deberías ir Esteban.

—Yo quería estar contigo.

—Yo igual, además, solo es hoy ¿No?

—Si, solo es hoy. Pero, ¿quieres quedarte solo aquí?

—Se cuidarme solo, no te preocupes.

—Bien—Me da un beso.

Sube a arreglarse. Lo sigo, Me quedo en la sala, me siento en un sofá. Quince minutos después, sale Esteban de su habitación, con un suéter color crema, pantalones negros y zapatos de piel. Simplemente guapo. Me mira, entra en su despacho, sale con su maletín.

—Tengo que irme, vuelvo en la noche.

Se acerca a mi y me da un beso. Vamos a la planta baja. Antes de irse vuelve a besarme. Me siento como su esposo. Mis mejillas se tornan rojas al solo pensarlo. Voy a la estancia de la segunda planta. Tomo asiento en el sofá y saco mi teléfono. Al parecer va a ser una tarde larga. Entro Instagram, necesito algo con que distraerme. Pero lo que logra distraerme son mis pensamientos
«¿Habrá algo de información de Esteban en su despacho?» tal vez si.
Se que no debería entrometerme ni husmear en la vida de Esteban. Me levanto, camino hasta la puerta de su despacho, abro la puerta, lo pienso unos segundos, a Esteban no le va a gustar nada que revise sus cosas, bueno, a nadie le gusta que revisen sus cosas. Aún así decido entrar. Me siento infiltrado ( en realidad lo soy)  Soy un completo metiche, pero necesito hallar algo que me de una respuesta. Abro uno de los cajones, hay papeles de la escuela, rebusco, nada. Tomo más papeles, como por obra del destino, en señal de no seguir husmeando, se caen al suelo y otros al cesto de basura, reviso los papeles, encuentro la foto de Esteban junto al muchacho, hecha pedazos.
«¿Que habrá pasado con ese muchacho?»
El sonido de mi teléfono me sobre salta. Mierda, Mierda, Mierda. Reviso el mensaje. Al terminar de leerlo me quedo helado

"Dudo que a Esteban le guste que revisen sus cosas, como siempre, entrometiéndote en lo que no te llaman"

Oh Dios, miro a todos lados, recojo los papeles de Esteban. Los coloco en su lugar y salgo de inmediato de su despacho, bajo corriendo a cerrar las puertas y ventanas. No puede estar ese puto loco aquí, apuesto que es el y su maldita obsesión. Para matarme de un maldito susto, solo necesito que me llame y pregunte cuál es mi película de terror favorita. Vuelve a sonar mi teléfono. Bombea con fuerza.

"A puesto que te gustaría saber qué es lo que le pasa a Esteban, el porqué volvieron sus pesadillas después ver aquella foto, pero lamento decirte que no lo sabras, tardo un año en decírmelo, y a ti, después de meterte en lo que no te importa, dudo que te lo diga algún día, suerte con eso..."

Claro que es Isaac. Los ojos se me llenan de lágrimas. Es increíble que no pueda dejarnos en paz. Reviso a todos lados en busca de alguna cámara, en busca de su maldita presencia. Quiero estar bien y en paz con el, pero no se puede. Ahora tengo dos problemas, El humor de Esteban al enterarse que husmeaba ente sus cosas y Isaac espiando, no puede estar aquí, lo abría oído, lo habríamos sabido. Dudo mucho que el guardia tenga autorizado dejar pasar a Isaac, ¿pero como supo lo que hacía? No lo se, Mierda, no lo se.
Comienzo a llorar, Isaac es un maldito dolor de cabeza y Esteban me echara fuera de su casa al enterarse. Lloro, lloro más de lo que me gustaría.

Placer Entre Lineas: Todo De Mi #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora