Capìtulo 36

3.5K 328 10
                                    

El resto del día me la pasó preocupado, deambulando de un lado a otro, inseguro. Esteban llega A las nueve veinte en punto. Estoy muy nervioso, los malditos mensajes de Isaac me dejaron agitado. Estoy en la sala, junto a la chimenea. Entra, me mira y sonríe.

—Te extrañe todo el día, Pequeño.

Yo también te extrañe y mucho—Lo digo algo nervioso.

—¿Pasa algo?

—No, no pasa nada. Todo bien—Trato de sonreír.

—A mi no puedes engañarme, Abraham, dime qué pasa—Me mira preocupado.

Se pone en cuclillas frente a mi. Toma mis manos. Eso me pone más nervioso.

—Nada.

—Dímelo.

«Puta Madre... bien, ahí voy»

—Yo estaba aburrido en mi teléfono—Inhaló...Exhaló—Y pues me picó la curiosidad, quería saber más de ti—Clava sus ojos en mi. Sabe a donde va todo esto— El único lugar que mi cerebro pudo procesar, donde podría haber información, Fue tu oficina—Su gesto cambia. Las manos me sudan, mi pierna derecha empieza a temblar—Entonces entre y empece a husmear.

Se levanta de inmediato, respira demasiado rápido, lleva su mano izquierda a su frente.

—Carajo Abraham. Odio que toquen mis cosas, Mierda, por mucho que te quiera, no te da el derecho a meterte donde no te importa—Su tono de voz es duro. Me hace sentir mal—No quiero que vuelvas a entrometerte, ¿Entendido? Mierda Abraham, ¿Qué pensabas? ¿Que en mi oficina encontrarías una autobiografía mía? Pues no, en verdad, no tolero que toquen mis papeles, ¿bien?

Comienzo a llorar.

—Isaac nos está espiando—lo digo lento y despacio.

El enojo de Esteban conmigo se va apagando.

—¿Qué dijiste?.

—Mierda Esteban, El cabrón obsesionado de tu ex nos está vigilando.

Saco mi celular, abro los mensajes de Isaac y se los enseño. Las lágrimas no dejan de salir.

—No, eso no puede ser. El no pudo haber entrado, le dije al guardia de seguridad que le prohibía El Paso a Isaac.

—Pues lo hizo, entro aquí de alguna forma y tal vez coloco alguna cámara, o está escondido en algún lugar de la casa.

—Mierda, tiene sentido, el pudo haber colocado la foto en mi despacho. Puta Madre—La irá empieza a surgir.

«La foto»

Esteban está a punto de empezar a destrozar cosas y gritar más mierdas. Lo veo en su mirada.
Me levanto del sillón y me acerco a él. Lo abrazo, muy fuerte, lo acerco a mi.

—¿Qué significa esa foto y porque te causa tanto daño?—Lo digo triste, desesperado.

Nos tiramos al suelo. Estamos de rodillas. Lo sigo abrazando, necesito saber que está tranquilo.
Sus ojos se humedecen, empieza a temblar. Es vulnerable de nuevo, me aprieta más contra el.

—Tú piensas que tuve una infancia fácil solo por tener una familia adinerada, pero no es así—Su voz tiembla—No lo es, no es fácil que nadie te crea, no es fácil tener seis años y que te sucedan cosas malas, pero nadie te cree, porque solo eres un niño, solo por eso—Hay rabia y tristeza en su voz. Solo escucharlo me hace sentir apagado.

—Esteban, si no estás preparado, no, no me lo digas, si te causa tanto dolor, no me lo digas...

—Solo tenía seis años, a los seis años sólo quería jugar, divertirme, ser feliz—Habla, ignorándome. Quiere continuar, quiere sacar uno de sus demonios—Solo quería ser feliz, pero todo eso me lo arrebató el bastardo de mi primo, Toda la felicidad que un niño pueda tener, me la arrebato ese maldito. Julián, tenía fama de ser educado, refinado, inteligente y respetuoso, todo un ejemplo a seguir. También tenía quince años, yo solo tenía seis...

Se me revuelve el estómago. Se a donde va todo esto. No, no le pudo haber pasado todo eso a mi Esteban.

—No Esteban, no sigas...

—Yo solo quería jugar, el se aprovechó, se aprovechaba de mi cada que podía, Me tocaba—Tiembla su voz, su cuerpo también tiembla—Yo no quería, odiaba como me tocaba, no era la forma en que tocas a alguien para jugar, no, no lo era—Su vista esta perdida, sus ojos cristalinos. No puedo soportarlo, no. Cada palabra que sale de su boca me destroza— en ese tiempo, no le conté a nadie, el me dijo que solo era un juego, y si se lo contaba a alguien, iba a matarme—No, puedo imaginar al pequeño Esteban, alterado y asustado por la forma en que lo tocaban—cuando cumplí diez fue mas halla, Ese bastardo Hijo de puta sobre pasó los límites, lo hizo, Me destrozó, destrozo todo lo bueno que tenía, la felicidad, las sonrisas, mi infancia, todo lo arrancó esa maldita noche que se quedo para cuidarme, no había nadie en casa, nuestros padres tenían una fiesta importante, todos los magnates importantes estarían ahí, ellos no podían faltar. Y como no era fiesta para pequeños, tenían que dejar a su hijo en mi casa, mierda lo hicieron—comienza a llorar— y pasó, ese hijo de Puta me arrebató la felicidad. Al siguiente día se lo conté a mis padres, no me creyeron, en cambio lo que me lleve, fue una paliza, por "Mentiroso y Maricón", mi padre me golpeó horrible, desgarrándome la mejilla como a ti te lo hizo Erick—Cierra los puños—Mi madre tampoco me creyó, me dio una bofetada y dijo que dejara de inventar cosas sobre mi primo, el era Perfecto, un buen muchacho, jamás haría eso—Comienzan a correr lágrimas por sus ojos—Siempre fui un cero a la izquierda para ellos, deje de existir ante sus ojos cuando les pedía a gritos que me creyeran, que hicieran algo. Pero no, no me creyeron. El maldito de mi primo Abuso de mi y no lo detuvieron—Comienzo a llorar. Es demasiado— En la escuela me metía en problemas para llamar su atención, me volví más violento, mi familia era una completa mierda, mis padres engañándose, Todo era una mierda, desde ahí la ira nació y cada día que pasaba, aumentaba, me volvía más problemático y rebelde, me volví un monstruo que se alimenta del dolor, por eso disfrutaba tanto mi relación tóxica con Isaac—Limpio sus lágrimas con mi mano—Cuando te conocí, cuando te vi por primera vez entrar al salón, cuando tus ojos se cruzaron con los míos, quede cautivado. Tenía pensamientos sucios, Sexuales, románticos, pervertidos. Tenía miedo de ser igual que mi primo, de abusar de ti. Fui a terapia, no quería ser un Pedofilo, no lo era, no tenías doce años, me alivie al saber que no sería igual que el, Es una mierda, una mierda que me persigue hasta acabar conmigo.

Termina de hablar y llora descontrolado sobre mi hombro. Lloro yo también. No puedo soportar oír todo su dolor, todo lo qué pasó, lo que sufrió y construyó ese monstruo que vive en su interior.

Placer Entre Lineas: Todo De Mi #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora