* Narra Minho *
¿Por qué no hice nada? ¿Por qué me he quedado como un maldito miertero viendo como Ariana bajaba esas escaleras?
¿Qué no recuerdas que está cada vez peor?
Mierda, Minho. ¡Haz algo!- Mierda...- susurré, en una exhalación.
Mis ojos parpadearon, apartando mi atención de las escaleras donde Thomas había seguido a Ariana casi pisándole los talones. El resto hizo lo mismo, todos con sus ojos puestos sobre mí, como si esperaran una orden.
Pero antes de poder hacer o decir algo, Jorge se detuvo sobre el primer escalón con una pequeña sonrisa y lanzó un silbido a modo de asombro.
- Esa chica adora los problemas, ¿cierto?
Oh, ese larcho no tiene idea.
Estaba de espalda a nosotros, el único aún con la mirada en las escaleras que conducían a un nivel inferior. Como respuesta, negué con la mayor seriedad posible a pesar de que él no me estaba viendo. Sonaría como una broma pero hablaba muy en serio.
- No, pero esa chica, como tú le llamas, adora a Newt.
No respondió. Sólo se quedó ahí, viendo la nada. ¿Qué demonios miraba tanto?
Volví la vista hasta mis amigos y éstos sólo levantaron los hombros. Al mirar sus expresiones de confusión, me sentí en la obligación de hacer algo. Aunque no era muy difícil saber qué.
Bajar las escaleras o bajar las escaleras. Y frente a nosotros, el primer obstáculo.
Me aproximé hasta quedar detrás de Jorge, quien no se movió ni un centímetro cuando notó mi presencia. Con las manos detrás de mi espalda, me incliné y usé un tono que me gustaba usar.
- ¿Bajas?- pregunté en forma neutral para luego sacar el sarcasmo al aire- ¿O pretendes que te bajemos a caballito?
Jorge río entre dientes y se volteó a verme, quedando cara a cara.
- ¿Tengo otra opción?
- Sí. Bajar en modo barril.
El hombre frunció el ceñó. Todo atisbo de diversión había desaparecido.
- ¿Modo barril?- repitió confundido.
Sonreí de la forma más sarcastica y amable que pude.
- Sí, modo barril- borré mi sonrisa y lo miré con severidad-... rodando por las escaleras.
Jorge dejó escapar un pequeño gruñido y me dejó pasar, sin quitarme los ojos de encima. Sentía como me clavaba cuchillos con la mirada mientras pasaba a su lado con aire victorioso. El resto sólo me siguió en silencio, bajando con cuidado.
- ¿Quién es ese tal Newt del que tanto hablan?
Miré por sobre mí hombro a Brenda, quien iba detrás de mí. Una pequeña sonrisa le cruzó el rostro, contagiando su reacción en en el mío. Por último, di un rápido vistazo a Jorge, esperando mi respuesta.
Decidí no contestar. Con algo de suerte, lo conocería dentro de poco tiempo.
Luego de haber bajado decenas de escalones creí oír algo lejano. Pensé que podría haberse tratado de la música, pero no. Había algo más. Me detuve y cerré los ojos para afinar la audición hasta que pude definir algo concreto.
Era un grito. Y decía mi nombre.
Comencé a bajar a gran velocidad, buscando acercarme a aquellos gritos. Zancadas y saltos. Zancadas y saltos.
La voz iba en aumento hasta que pude reconocerla.
- ¿Thomas?- grité para que me oyera- ¿Dónde estás, shank?
- ¡Aquí abajo!
Seguí el eco de su voz. Algunas de las luces rojas estaban rotas o parpadeaban anunciando su pronto apagón, lo que hacía más difícil poder dar con Thomas. Supe que lo había encontrado cuando me estampé de un golpe contra su espalda y mis dedos tantearon su chaqueta.
- Aquí estoy.
-Tuvimos que parar. Ariana no se siente bien.
- No ha pasado nada- la mencionada se apresuró a contestar-, sólo ha sido un tropezón.
Bajo un foco que hacía cortocircuito, pude definir la figura de ambos: Ariana apoyada contra la pared, le costaba respirar y sujetaba su estómago con fuerza mientras Thomas intentaba ayudarla a reincorporarse.
- Déjamelo a mí.
El chico levantó la vista rápidamente, frunciendo el entrecejo. Había notado la dureza en mi forma de hablar. Soltó con lentitud la mano de Ariana y se hizo a un lado.
Pasé uno de sus débiles brazos por detrás de mi cuello y con el otro la sujeté por la cintura. Habían sido movimientos bruscos, quería que notara mi enfado.Jorge llegó a nosotros, seguido de Brenda, Sartén y Teresa, quienes preguntaban porque nos habíamos detenido.
- Nada- respondimos Ariana y yo al unísono.
Thomas sólo pasó la mirada entre nosotros dos sin decir una sola palabra. Sabía que algo extraño estaba pasando y antes de que Jorge tomara la delantera se acercó a mí para susurrar:
- No seas tan duro con ella.
No puedo prometer eso, el enojo dominaba mis pensamientos.
Me quedé de pie, sin echarme a caminar. Ariana tampoco avanzó, era de suponer que sabría lo que vendría a continuación.
- No esperes que me trague ese miertero cuento del "tropezón".
- Súeltame.
- Ya lo sabes, ¿cierto?
- Minho, suéltame.
- Sí. Lo sabes. Sabes que es lo que te está pasando y no me lo estás diciendo.
Ariana apretó la mandíbula y yo mis agarre sobre su cuerpo.
- Si no me sueltas, Minho, juro que...
- Vas a tener que decirme la verdad sobre que demonios te sucede. Tarde o temprano...
Su brazo se soltó y se estampó en mi pecho, apartándome hacia atrás en un violento movimiento. Casi logró arrojarme al suelo si no hubiese recuperado el equilibrio a tiempo. Se alejó sin más, dejándome allí solo. Había tocado algo en ella que provocó su rabia, pero, ¿qué?
Mi mano tocó en la parte del pecho donde me había golpeado. Realmente había sido muy fuerte para ser ella. No la conocía de aquella forma.
Desde el día de la huida, Ariana había dejado de ser la misma. No sabía el porqué pero ya no lo era. No era por Newt. No era por la situación. No era por las pruebas.
Estaba cambiando.
Suspiré y luego de haberme recuperado, decidí alcanzar al resto con paso apresurado.
Un desagradable ruido salió debajo de la suela de mi bota. Parecía que hubiese pisado un enorme escarabajo sumamente viscoso. Aunque al levantar el pie, me encontré con algo peor que eso.
Sangre. Sangre negra.
La misma que burbujeaba dentro de la boca de los Cranks que habíamos visto durante el camino.
Estaba seguro de la palidez de mi rostro. Y corrí para alcanzar el resto.
Probablemente, era otra trampa.
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Quedate Conmigo《Newt》 2° TEMPORADA
Hayran KurguAriana cree que todos sus problemas se han terminado luego de que aquella desconocida élite los rescatara de C.R.U.E.L. Pero estaba equivocada. Una desaparición obliga a que ella y los Habitantes se sometan al Desierto y a un problema mayor que un L...