Distracción

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Bar La guarida secreta. Narra la Inspectora Miriam, Bollera pero no mucho, Gallego.

-Aquí tenéis dos estrellas de Galicia muy fresquitas- Ana sonríe muchísimo y me mira, yo creo que por primera vez en mi vida me estoy poniendo colorada, no sé si invitarla a que se una a la fiesta, porque yo quiero pero se supone que estamos en acto de servicio. Aunque bien pensado la dueña del local sabrá mucho de la clientela.
- Bueno qué, ¿tu primo me hace un hueco o necesitáis estar a solas?- Cepeda me mira con cara de póker y yo le miro con cara asesina, Cepeda se echa hacia un lado y yo me cabreo porque hubiera preferido que Ana se sentara al lado mío.
- Bueno Ana, y ¿cómo es que alguien tan joven tiene un negocio tan grande?-
- Bueno es por mi familia, lo he heredado. ¿Y vosotros a que os dedicáis?-
- Yo soy po..- le doy una patada por debajo de la mesa a Luis.
- Mi primo es politólogo y yo soy cantante, bueno al menos lo intento- Si Cepeda le dice que somos policías estamos jodidos.
- ¿A sí? Pues me gustaría escucharte algún día-

Alfred y Aitana

- Aiti, mira, ¿Has visto a la jefa?-
- Sí, está hablando con esos chicos-
- Y cuándo has visto tú a nuestra jefa hablar con gente más de diez minutos-
- Pues la verdad es que nunca-
- ¿Y por qué crees que esto es distinto?-
- Pues no sé Alfred-
- Fíjate bien, el lenguaje corporal, vamos tómalo como una clase práctica-
- Vale Alfred espera que me ponga las gafas. La chica intenta parecer casual pero está algo tensa, u oculta algo o está nerviosa. Ana está inclinada hacia ella lo que indica que quiere llamar su atención, sonríe mucho y mira de forma intensa, las pupilas dilatadas la forma en la que se humedece los labios. ¡Ostia! A la jefa le gusta esa chica-
- Muy bien Aitana, ¿Y qué más ves?-
- Pues que a la chica lo que parece incomodarle es el chico que está con ella, sus gestos no son iguales cuando se dirige a él que cuando se dirige a ella. Está contenida pero no rehuye el contacto y cuando Ana se humedece los labios ella se muerde los suyos, diría que la atracción es mutua-
- Muy bien Aitana, ¿Y qué nos sobra en esta escena?-
- El chico-
- Exacto-
- No, Alfred espera, no querrás que yo...paso-
- Tú verás es por la jefa, lleva tanto tiempo sóla, el chico ya te ha mirado un par de veces si vas con él seguro que le puedes quitar de enmedio-
- Pero si podría ser mi padre, no me mires así, mira porque es ella pero si ese tío se propasa yo le rompo las dos piernas-
- Tranquila Aiti, si veo que hay algo raro, voy a salvarte enseguida-

Mientras en la mesa...

La chica que estaba en la barra se nos acerca, trae una especie de cocktail y una nueva cerveza.

-Hola, me preguntaba si a tu amigo le apetecería bailar un rato- No sé quién es este ángel pero si se lleva a Cepeda le estaré tremendamente agradecida. Cepeda se va de la mano de la chica y yo veo como Ana se levanta y se sienta a mí lado en la mesa. Pego un trago muy largo a mí botella, tan largo que casi la apuro entera.
- Bueno Miri, ¿puedo llamarte Miri? ¿Cuánto vas a quedarte en la ciudad?-
- No lo sé aún, he venido a verla, pero si quiero dedicarme a la música quizás deba mudarme a tiempo- Ana está demasiado cerca y yo estoy empezando a sudar.
- Pues es una pena, te vas a ir antes de que conozcamos a fondo- Ana ha puesto una mano sobre mi pierna, yo me estoy poniendo un poco mala, debo intentar concentrarme en la misión y preguntarle.
-¿Y tú, solo te dedicas a esto?-
-Y a la filantropía, a pasear en mi barco, ir a la playa y admirar obras de arte-
- ¿Sí? ¿Te gusta ir a los museos?-
- Prefiero más el arte vivo, las chicas guapas sobre todo- carraspeo un poco, si no estuviera de servicio, esta se entera.
- ¿Y la clientela? No sé es cómo si no pegaras mucho con esta gente-
- Mira a esta gente Miri, qué tienen en común, pues que son libres, no están atados por las convenciones sociales, viven como piensan. Quizás la gente piense que esto es la escoria de la sociedad, pero ellos disfrutan de la vida. ¿Tú eres de las que disfrutas de la vida Miri? ¿Te dejas llevar?-
-Bueno lo que puedo- Me coge de la mano y tira de mí.
- Pues vamos a bailar- Ser libre dice, dejarse llevar, yo no he sido libre en mi vida. Soy más del deber, la carrera, el estar siempre correcta, el nombre de los Gallego, el esforzarse por ser la mejor, esa es mi vida coño. Yo soy bollera pero no mucho, porque me gustan las tías y he comido muy pocas almejas. Coño que lo descubrí porque un día una compañera de la academia me plantó un beso en una fiesta y después me da palo entrarle a nadie, porque siendo policía y eso tampoco es que sea fácil salir por el ambiente Y en la comisaría son casi todo tíos menos Mireya.

Pero Ana está bailando conmigo, bueno o refrotandose, o lo que sea esto que hacemos, y yo voy tan caliente que me echas una cerilla y me prendo como una tea. Yo me quitaría, pero es que no puedo, es como si un imán me atrayese, mis manos están en sus caderas y la acerco hacia a mí aunque estoy rezando porqué no sé de la vuelta. Pero como he gastado toda mi suerte con el traslado a Madrid, Ana se da la vuelta, pone sus manos en mi cuello y su pierna entre mis piernas. Y Ana baila de una forma que una se la imagina haciendo otras cosas y yo tengo calor, mucho calor.

- Lo siento jefa, es la hora- El chico de la puerta de nuevo, le miro con mirada asesina.
- Perfecto Alfred, ahora estoy contigo- Me mira y me sonrie- una auténtica pena, tengo que irme, cosas del negocio, pero puedes espérame si quieres-
- Yo creo que tengo que irme también, es tarde y Cepeda querrá irse a casa-
-Bueno, como quieras, ha sido un placer- Ana se acerca y me da un beso demasiado cerca de la boca mientras pone algo en mi mano, parece una tarjeta. Ana se va y Cepeda vuelve.
- Jefa, me he enamorado-
- ¿En serio Cepeda? Estamos trabajando-
- No si usted se ha trabajado muy bien a la dueña, ¿Le ha dado algo?-
- Eso Cepeda se llama meterse en el personaje, he conseguido su tarjeta de visita- Le doy la vuelta en ella hay un mensaje.

Por si cambias de opinión antes de volver a tu aldea, 666 666 666 llámame.

- Ya veo jefa, se llega a meter más en el personaje y se la llevan a la cama esta noche-
- Cepeda, se va a llevar 15 días rellenando denuncias-
- Lo que usted diga jefa-

Madre mía, que tengo el teléfono de una tía buena.

Bueno chicas este es cortito pero intenso. No he tenido mucho tiempo para escribir pero intentaré actualizar a diario como con el triunfo.

Mente de delincuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora