Leona

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Dormitorio de la Inspectora Gallego. Donde quiere estar la otra mitad que no quiere estar en la cama de Ana,y algunas otras que son bisexuales,y les da igual Ana que Miriam. Narra...uf no sé, me he puesto tan nerviosa...venga Ana mismo...o mejor Miriam.

Siempre he sabido que me gustaban las mujeres, lo que pasa es que una cosa es ver una mujer en una revista o en el cine y pensar que es muy guapa, y otra bien distinta comerle la boca a una o querer hacerlo cuando la tienes delante. Una vez superas esa fase, quieres comerle la boca y quieres comerle otras cosas, pero la mayoría de las tías se empeñan en ser heteros y te lo ponen muy difícil, con lo fácil que sería todo si viviéramos en una fantasía bollera continua. Por eso cuando tienes la suerte de que te guste una chica como Ana y esa chica no es de esas que tienen un novio de esos chulos, un who de la vida, cosa que suele pasar con las chicas guapas, pues hay que olvidarse un poco de todo y lanzarse a la piscina, y olvidarse de sí, la chica en cuestión puede ser o no una posible sospechosa. Qué yo no digo que esto que estamos haciendo bien del todo, no bien no, está de puta madre.

-Leona, me parece que no estamos concentradas en lo que estamos- 

-Perdona Ana es que estoy nerviosa-

-Qué mona eres-

-Tsh, tsh, a mi no me llames eso eh- Ana me da un beso y me mira mordiéndose el labio como si fuera una niña pequeña que acabara de hacer una travesura. Lo siguiente que hace lanzarse a mi cuello y yo cierro los ojos y aprieto los dientes. Si la primera vez fue tan buena como esto me hubiera gustado acordarme de todo.

-¿Y leona puedo llamarte?-

-Leona si...eso me gusta-

-¿Y que más te gusta?- Ana me hace la pregunta pero no creo que haga falta que yo la responda porque me está mordisqueando el cuello mientras me acaricia los muslos por encima del pantalón y yo creo que si me miden ahora la temperatura, exploto el termómetro.

-¿Te importa que me ponga más cómoda?- Ana se sienta a horcajadas sobre mí, yo estoy un poco parada pero Ana es de las que saben lo que quieren y coge mis manos y las pone en su trasero.

-Pero y si me tocas, toca... tócame. Mujer que no me voy a romper- Sonrío, a ver como le explico yo esto a Ana.

-Verás Ana, es que yo sólo he estado con una chica-

-Con dos-

-¿Perdona?- Ana me mira como si acabara de darse cuenta de que ha dicho algo que no debía.

-Sí, conmigo 2- Es verdad, que ya nos hemos acostado.

-Es que sí te digo la verdad no me acuerdo de nada de lo que hicimos, siento que lo hago por primera vez- Vamos todaassss eres la chica que endulza la piel, de mi mente viajera que sigue tus pieesssss....ya no puedooooo inventarloooo solo quieroooo ¿ De verdad creíais que iba a ser sería en las escenas de sexo? por favor...).

-Bueno Miriam, no te preocupes por eso, hacemos borrón y cuenta nueva como si no hubiese pasado- Ana empieza a besarme, y yo quiero pensar pero no puedo, porque la lengua de Ana está jugando con el frenillo de mi boca y sus manos largas están sobre mi pecho y yo no me acuerdo ni de como me llamo.

Ana se separa de mí y me mira con deseo y a la vez con ternura y coge mi cara con sus manos. Me besa muy profundamente mientras desliza una de sus manos por mi cuello. 

Ana está jugando con mis pezones mientras su lengua se pasea por mi cuello y a mi me sobra toda la ropa, la mía, la suya y hasta la que tengo en el armario. Intento desabrochar los botones de la camisa de Ana pero no acierto. Ana vé que estoy muy nerviosa y me coge las manos.

Mente de delincuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora