El deseo

1.3K 79 13
                                    

Y hoy vamos a empezar fuerte señoras.... localización, pues no sé, el GPS no me funciona ( ¿ya habéis adivinado donde estaban en el capítulo anterior?) pero no importa, están en la cama de la casa de donde quiera que estén. Narra la reina del aguacate...

Miriam me deja suavemente en la cama con cara de querer devorarme entera y la verdad es que no me importaría nada, para el poco tiempo que llevamos haciendo esto, Miriam es con diferencia la que mejor ha sabido encender mi cuerpo. Sé que eso es un problema por qué, quiera admitirlo o no, la razón de querer tener a Miriam más cerca puede no deberse solo a mi necesidad de tenerla vigilada y es que Miriam me pone, y mucho y a veces, me sorprendo a mí misma enterneciendome.

Miriam está sobre mi besando los rincones de mi cuerpo, está siendo mucho más suave que de costumbre y eso me preocupa, no quiero que lleguemos a eso. El caso es que estos besos me gustan más que los demás, porque son mucho más tiernos. Necesito encender a la leona, necesito pensar que es solo sexo.

- Leona, ¿las inspectoras llevan esposas?-
- Ana, eres una pervertida, las esposas reglamentarias no son para eso-
-¿Pero las tienes?- Miriam se levanta y sale de la habitación, yo me quedo perpleja- Miri, que era una broma, no te enfades vuelve por favor-Miriam vuelve y se apoya en el marco de la puerta y me mira de modo serio.
- Mira Ana, una policía cuando entra en el cuerpo, tiene una responsabilidad. Hay ciertas cosas que no podemos, pero cuando la novia viene y nos pide ciertas cosas...-
-Miriam de verdad que lo siento- Miriam se empieza a reír, saca las esposas de detrás de su espalda y las hace girar sobre su dedo.
- Señorita Guerra, está usted detenida por atentado a la autoridad, le aconsejaría que no se resistiera a la detención, ni al posterior cacheo-
- Quiero saber de qué se me acusa, que yo sepa la autoridad estaba bien contenta hace un momento- Miriam se acerca a mí y con un rápido movimiento tiene una de las esposas en mi muñeca mientras acerca la cadena al cabecero.
- Se la acusa de robo y de poner sus manos encima de una agente de la ley- ¿de robo? ¿Es que Miriam sospecha algo?
- Bueno en mi defensa diré que yo nunca he robado nada y que mís manos estaban más bien dentro de un agente de la ley, que no es lo mismo, las preposiciones son importantes. ¿Y qué se supone que he robado?-
- Iba a decir que mi corazón pero eso resultaría muy patético- No, por qué me dices eso Miri ahora me va a resultar muy difícil no enamorarme- digamos que me has robado muchas cosas, la soledad, el aburrimiento, la tristeza, las ganas de estar sola...- Pff, que estoy colada, pero que estoy haciendo.
- ¿Pero eso no puede considerarse un delito no?-
- Depende de cómo te portes, a ver, empezamos el cacheo-

Madrid, casa de la diva del taconazo. Narra, pues voy a narrar yo porque las divas son tan divas que no narran nada, ya están los demás para hacerlo por ellas.

Mireya estaba extrañada había dejado varios mensajes a Miriam y no había contestado. Habia preguntado en la comisaría y nadie sabía nada, ni siquiera Roi o Cepeda sabian dónde estaba. Decidió preguntar a Aitana puesto que pensaba que si Ana estaba fuera Miriam no podía andar muy lejos.

Capitana Mireya cuidado... Escribiendo
Aitana ¿sabes si Ana y Miriam están juntas?, Miriam no responde...

Mireya miró espectante su móvil pero no recibió respuesta a su mensaje. Lejos de allí, en otro lugar Aitana se bañaba en la piscina ajena a cualquier cosa. Mireya se desesperó y llamó al escuadrón a su despacho.

-Chicos, siéntense. Les he convocado aquí porque la inspectora Gallego lleva 24h en paradero desconocido. Ella no se iría nunca sin avisar primero, debe estar retenida contra su voluntad. Activamos la operación rescate Gallego-

Y...volvemos a Cuenca con Miriam poniendo a Ana mirando a ídem. Narra la reina del aguacate.

-Señorita Guerra, nos han indicado que transporta usted estupefacientes-
- Le juro que no llevo nada inspectora, conozco mis derechos, no puede esposarme, ni realizar un cacheo-
- Se equivoca señorita, ningún agente masculino, puede efectuarle un cacheo, y yo no soy una agente masculino, no sé si se habrá dado cuenta- tengo las manos atadas pero eso no me impide levantar la cabeza para lamer el pezón de Miriam.
- Le advierto señorita que este ataque a un agente va a ser castigado-
- Auch, pero que bestia, esto es brutalidad policial-
- ¿Te he hecho daño? Ana lo siento- Miriam me mira con auténtica cara de preocupación y empieza a quitarme las esposas.
- Eh, no que me estaba gustando-
- No Ana, te he hecho daño y eso no me lo perdono- Cojo a Miriam de ambos lados de la cama y la acerco a mí para darle un beso.
- Eres un amor-
- Shhh, por dónde ibamos-

Miriam ha cambiado el ritmo de nuevo, mi estrategia de excitarla era buena pero he abierto la bocaza y otra vez se a puesto en modo tierno. Y yo con Miriam en modo tierno no puedo, como siga así me enamoro. La leona sigue dando besos en mi piel, y veo cómo se eriza mi piel entera.
- ¿Tienes frío?- No Miri, estoy ardiendo, pero no ves lo que me haces sentir. Niego con la cabeza -bueno pues yo te caliento-

Miriam empieza a morderme las orejas y- mmmmm- creo que ha encontrado mi punto débil. Las manos de Miriam, acarician mi cuerpo mientras su lengua dibuja círculos en mi vientre.
- Miriam, no me tortures- Miriam asiente y baja su lengua hasta mí sexo. Su lengua empieza a rozarme despacio y yo uso mis manos para recoger su pelo.
- Uy leona, sí que se te da bien esto- A Miriam deben gustarle los ánimos porque introduce la lengua en mi cuerpo y yo me estremezco.
-Dios leona- La leona acelera el ritmo, y yo desearía estar atada ahora mismo por qué voy a arañar a leona sí puedo.
- Vamos nena, córrete para mí- Dios leona, no iba yo a pensar que una policía bollera iba a conseguir que yo aceptara que me llamara nena y que me gust.....

Estimadas lectoras debemos informarles que el cerebro de la señorita Guerra se ha desconectado debido a la instensidad del orgasmo. Conectamos con el cerebro de la inspectora Gallego que parece tener la sangre donde la tiene que tener en este momento...

Intento bajarla de donde quiera que se esté subiendo, de hecho se está subiendo literalmente por la cama, parece que quiera escaparse de la cama.
- ¿Ana, a dónde vas?- Me río - ven aquí anda, necesitas un abrazo. La cojo entre mis brazos y la acaricio despacio mientras la aprieto ligeramente entre mis brazos.
- Ana, t..- qué coño estoy haciendo pues no le digo casi que la quiero, pero si no llevas con ella ni dos semanas- te tengo que hacer una pregunta-
- Dime amor-
- Tu qué piensas de lo nuestro-

Tachàn, pero que importante pregunta, en que estará pensando Ana. Pues mira esto seguirá de un modo u otro en función de lo que pase esta noche en el desalia...que no, que es que hay que dejarlo en el momento álgido.

Mente de delincuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora