Rescate

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Una cama en medio de la nada, señorita Guerra y señorita Gallego en una posición mínimo comprometedora. Narra...la morena de nuestros corasones.

Que qué pienso de lo nuestro dice y se queda tan pancha, primero me folla como nunca me ha follado nadie y ahora va y me dice que qué pienso de lo nuestro. Ahí intensita, sin avisar ni nada en pleno post orgasmo, hombre pues después de esto te daría todo lo que me pidieras, hasta dejaría de delinquir y me pasaría a la buena vida. Pero ya estoy oyendo a Aitana, Ana esto es peligrosa Ana no te encontrabas, Ana lo vuestro es imposible.
-Ana, no tienes que contestarme si no quieres, sólo que a mí me pasan cosas cuando estoy contigo. No sé explicar cómo me siento pero cuando estoy contigo yo...- pongo un dedo sobre los labios de Miriam.
- Tengo una sorpresa- Ana no, no hagas eso.
- ¿Una sorpresa?-
- Sí, quiero que cierres los ojos y te quedes quieta mientras cojo algo-
- Ana si esto es un juego sexual, que sepas que necesito un poco de descanso antes de empezar de nuevo, estoy mal de la espalda-
- No te quejes, luego te doy un masaje, tú cierra los ojos- Lo siento Aitana pero voy a hacerlo.
- A ver, dame la mano-
- Oye que las esposas solo las puedo usar yo eh-
- Que no Miri, a ver abre los ojos-
- Ana, es precioso, pero no puedo aceptarlo, parece muy caro-
- No, no lo es tanto, es bastante sencillo para las joyas que tengo pero tiene valor sentimental, era de mi madre. Quiero que tú lo tengas, que lo cuides por mí- Cojo la mano de Miriam y le pongo el anillo en el dedo.
- Tía como te pasas, yo quería que me dijeras que si habías pensado en tener o no algo serio no en que me pidieras matrimonio tan prometo-
- Eres gilipollah, ¿Lo sabes no? Devuelveme El anillo-
- De eso nada Ana Guerra, el anillo me lo quedo. Anda dame un beso- Miriam está poniendo morritos y haciéndome gestos y no puedo evitar ceder le doy un beso tierno en los labios.
- Y qué sepas que sí-
- Que sí que-
- Que sí me llegas a pedir matrimonio ahora mismo me lanzo a la piscina-
- ¿He perdido la oportunidad?-
- No, solo está aplazada, yo soy de hacer mucho las cosas sin pensarlas y mira lo que me pasó, dos tiros en los riñones, un poco más y ahí me quedo-
- Pues tienes que prometerme que no te vas a exponer tanto, ahora que acabo de conseguir novia no quiero quedarme sin ella, ¿Tú sabes lo difícil que es encontrar a alguien que no te quiera por tú dinero?-
- Pues me imagino que bastante, pero me gustarias igual si fueras dependiente del Corte Inglés, tú dinero es lo que menos me gusta de tí-
- A ¿sí?-
- Pues sí, porque a veces me siento como una extraterrestre en ese mundo del postureo, no casó con la gente guapa, creo que todos me miran y me juzgan Ana y eso es un problema porque tarde o temprano será un obstáculo entre nosotras-
- Créeme Miri, que mi dinero va a ser el menor de los obstáculos entre nosotras, si hiciera falta lo quemo- Miriam baja la cabeza y da vueltas al anillo, sé que lo hace porque está nerviosa.
- Miri, mírame, yo te quiero, hala ya lo he dicho. Y sé que quizás no sea lo más lógico, una policía y una..-
- Una que¿Qué ibas a decir?- piensa bien Ana, te la juegas en la próxima frase.
- Una policía y una pija heredera que tiene un bar con clientela cuestionable sólo porque así se siente un poco más rebelde. Y sabes qué, que no veo por qué Miriam, que podemos hacerlo si queremos, si quieres. La pregunta es ¿ Tú quieres?-
-Claro que quiero Ana, lo quiero todo contigo. Pero a veces me pregunto cosas, ¿Por qué no vamos nunca a tu casa, te avergüenza que te vean conmigo?-
-No, mi casa es enorme, fría e impersonal, tu casa parece más un hogar, la mía un hotel. La primera vez que fuí a tu casa me quedé impresionada. Puede que no sean unos muebles caros y de diseño, puede que no tengas lo último en todo momento pero esa casa parecía una casa, un sitio donde acurrucarse en el sofá a ver series, comer helado o darse besos, y ahora que ya hemos arreglado lo de la cama...vamos que si no fuera por mí trabajo me acoplaba pero corriendo-

Miriam me atrae hacia ella y me besa.

- Ana, me alegra que me digas eso-
-Bueno leona, es lo que siento, ¿vamos a bañarnos?-
- ¿Sin bikini?-
- En serio leona, quién va a vernos, estamos completamente solas aquí- Miriam se levanta y sale corriendo, yo la sigo justo hasta el borde la piscina y la placo sobre el borde. Caemos las dos al agua y nos reímos mientras me acerco.
- Y luego yo soy la bruta-
- Que estabas muy calentita, había que poner remedio-
- La próxima vez me echas un polvo-
- Quién te ha dicho que no es esa mi intención-
- ¿Aquí? ¿En una piscina? ¿En público?-
- Inspectora Gallego, no sé si se habrá dado cuenta de que estamos en una casa rural, en medio de la nada, que la piscina es privada y que aquí no hay nada más que conejos, en el sentido literal y figurado. Anda dame un beso-
- Ana-
- Qué pasa ahora Miriam-
- Que yo también te quiero- Dios, me muero, sonrío y beso a Miriam en un beso que mezcla lo ardiente y lo tierno. Las manos de Miriam se mueven debajo del agua y atrae hacia si mi cuerpo.
- Vamos leona-

Bueno chicas, fiesta en la piscina, ¿Que harán estas dos? Pues os voy a dejar con las ganas porque estoy que me muero. Que sinala nos dé contenido y tengáis dulces sueños wariam.

Mente de delincuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora