el rescate parte 2

1.3K 77 18
                                    

Piscina de la casa en medio del monte, narra la detective de nuestros corazones, la leona de España, la que es bolleeeeraaaa.

-Por qué no nos vamos a la casa Ana-
-Porque aquí se está muy bien-
-Es que yo las piscinas...-
- ¿Acaso lo has probado?-
- Una vez y créeme que fue un desastre, estaba con un tío y no me puso nada-
- Pues a lo mejor fue por eso-
- ¿por qué?-
- Miriam, porque era un tío y tú eres más bollera que nada ¿alguna vez ha sido un desastre conmigo?-
- No, contigo es diferente, como que me suelto mas, no sé distinto, mejor-
- Pues eso, mira, yo no quiero que hagas nada con lo que te sientas incómoda pero tampoco quiero que te cierres, si estamos en el momento y me dices que pare yo sabré entenderlo. Lo que quiero que entiendas es que yo no soy ese tío y que va a ser distinto, pero si de verdad no quieres, lo entiendo, ¿Vamos dentro de la casa?- Respondo a Ana con un beso, nadie había sido nunca tan considerada conmigo, nadie se había preocupado tanto por mí nunca. Así que uso mi lengua para lo que mejor se me da, por qué hablando la cago.
- Entonces, leona ¿Me tomo eso como un sí?- asiento.
Ana empieza a besarme despacio mientras sus manos recorren mis costados. Es curioso por que el agua hace que sienta mucho menos. Pongo cara de póker.
- Sí, leona, eso pasa, por eso vamos a tener que ir mucho más lento- Ana concluye su alegato rozando su mano con mi entrepierna.
- Joder Ana, es como raro, esto caliente pero aquí dentro es como si todo fuera más seco-
- Bonita paradoja no crees, te aseguro que estás mojada, por fuera y por dentro pero como no sabes donde empieza la humedad de una y donde acaba la otra- Ana empieza a masajearme despacio mientras me besa despacio. No sé bien lo que siento sus roces son lentos y la sensación es entre extraña y placentera.
- No sé si así voy a conseguir mucho Ana-
- Porque estás distraída, vamos a hacer que te concentres en otra cosas- Ana introduce la lengua entre mis dientes y mí labio y empieza a jugar con mi frenillo, es extraño porque eso manda una sensación directa a mí entrepierna es como si Ana estuviera pasando su lengua por mí clítoris. Separo a Ana sorprendida.
- Guau, ¿Cómo haces eso?-
- Pura fisiología básica leona, ¿Pero te gusta? -
- Bastante, me da hasta miedo lo bien que me conoces-
- Shhh leona, que te desconcentras- Y sin previo aviso Ana introduce dos dedos dentro de mí.- Otra ventaja del agua, es que aquí pesas mucho menos- Ana levanta mis piernas y las pone alrededor de su cintura. Tiene razón fuera del agua esto sería impensable.
-Ahora, échate hacia atrás- hago caso a Ana me recuesto, flotando en el agua, con los oídos tapados solo oigo mi propio corazón latir, parece que se va a salir de mi pecho. También compruebo que en esta postura Ana puede penetrarme más profundamente y gimo con fuerza a cada embestida de Ana.

- Leona, déjate ir, no hace falta que te tenses- Qué no me tense me dice, pero si tengo escalofríos por todo el cuerpo. Cuando llega el orgasmo me da tan fuerte que echo la cabeza hacia atrás y..
- ¡Leona que haces! Qué te ahogas- Coño he tragado un montón de agua me cago en la puta, me sale por la nariz y no paro de toser. Me río de forma descontrolada.
- Ana ¿Alguna vez has visto algo tan patético?- Ana me mira de modo dulce.
- Ay amor, nada de lo que haces tú es patético, son cosas que pasan, cielo-
-Bueno, lo de romper una cama puede pero, ¿Y esto?-
- Miri, hay confianza, si pasan estas cosas con tu novia, es porque haces estas cosas con tu novia. Prefiero que tengamos ciertos desajustes a que no intentemos nada nuevo. Y no te preocupes, para mí todo es perfecto. Anda vamos adentro, voy a darte el masaje que te prometí.

Sigo a Ana que me envuelve en una toalla y me pide que me siente. Coge otra toalla y empieza a seca mi pelo, lo hace despacio, con mucha dulzura. Yo la miro y empiezo a besar su vientre.
-Leona las manos quietas tumbate boca abajo y quítate la toalla- Obedezco y Ana se sienta a horcajadas sobre mi trasero. Gimo un poco al notar su piel contra la mía.
- ¿Te estoy haciendo daño, leona?-
- No, no, todo perfecto- Ana suelta un suspiro y derrama un poco de crema sobre mi espalda. Pone sus manos encima mía y comienza a masajearme. Las manos de Ana son muy hábiles y me están recorriendo de arriba a abajo, estoy concentrada en sus manos cuando de repente Ana baja más abajo.
- Ana, eso es culo-
- ¿Te estás quejando?-
- Me estoy poniendo- me muevo un poco bajo Ana y ella suelta un leve gemido, noto su humedad sobre mi cuerpo. De repente Ana se levanta y protesto cuando su calor deja mi cuerpo.
- Miriam, separa las piernas-
-Espera que me dé la media vuelta Ana- Ana me empuja contra el colchón.
- Ni se te ocurra moverte- es lo único que dice mientras acerca su mano a mí sexo. Dios Ana, ni siquiera un masaje podemos tener tranquilas, me vas a acabar matando, de placer pero matando.

Helicóptero de los S.U.A.T, a dos minutos de la zona 0. Narra la Capitana Mireya, que cuando se pone a currar se pone.

-Repasemos el plan, descendemos y rodeamos la casa. Hay dos entradas, Roi viene conmigo por la principal, Cepeda y Amaia cubren nuestra espalda. Dos chicos de especiales controlan la puerta trasera. No sabemos cuántos son los secuestradores ni si están armados. Control en todo momento, no queremos disparos, es un sitio muy pequeño.
- 30 segundos para el descenso capitana-
- Todos listos, empezamos el descenso-

Bajamos por las cuerdas y nos deshacemos de los arneses. Hago señales al escuadrón para que nos dividamos. Empiezo a moverme con sigilo, dos pasos, escucha, dos pasos. Y algo me golpea por detrás.
- Cepeda me cago en tus muertos-
- Perdón capitana-
- Que te calles coño, pero tú dónde has aprendido operaciones especiales- le hago un gesto para que cierre el pico. No sé de quién es sobrino este porque no se puede ser más inepto. Yo lo sacaba del escuadrón a zapatazos.
Me echó a un lado para que los expertos fuercen la puerta y entramos en la casa. Está anocheciendo pero no hay luces encendidas solo una tenue luz que viene de una de las habitaciones. No quiero encender las linternas o nos delataremos. Agudizo mis sentidos, oigo algo, parece la voz de Miriam, se está quejando, son gemidos, posiblemente de dolor.

¡Miriam está sufriendo! Mis pasos se aceleran, con la oscuridad casi no veo, al entrar en la habitación la luz me deslumbra pero hay alguien sobre Miriam y ella grita, la están torturando. Me lanzo en plancha a por la malechora y acabo aterrizando sobre ella en el suelo.
- ¡Estás detenida perra, no te resistas!-
- ¡Qué coño haces Mireya!- Miro hacia arriba y veo a Miriam desnuda, miro hacia abajo y una Ana también desnuda me mira con cara sorprendida, miro a la puerta y veo a Cepeda y Amaia entrando por la puerta.
- Buah, super-morboso todo- Dios mío del amor hermoso que cuadro, Miriam tapándose con la sábana y mirándome con cara de asesina, Cepeda descojonado y Ana metiendose debajo de la cama.
- ¡Me queréis explicar qué coño hacéis vosotros aquí? ¿Ahora mandan a la policía a joder polvos con despliegue de medios?-
- Llevabas dos días desaparecida Miriam, sin responder al teléfono y sin haber solicitado vacaciones, ¿Qué querías que pensaramos?-
- Pero qué dices Mire, qué yo le dí a Cepeda la hoja de solicitud de vacaciones-
- Cepeda, ¿Es eso cierto?-
- Jefa, yo...creo que se me olvidó-
- Cepeda vas a estar rellenando multas hasta que tus bisnietos entren en el cuerpo, ¿Tú has visto la que has liado? Y tú, ¿no puedes contestar a un WhatsApp?-
- A mí no me metas, esta cagada es todo vuestra. Aquí no hay cobertura ¿qué quieres que haga que te informe cada vez que me voy de fin de semana con mi novia?-
- Todos fuera, ¡ahora! Lo siento Miriam, si el inútil de Cepeda me hubiera informado te juro que nada de esto hubiera pasado, lo siento de verdad que lo siento, Cepeda va a pagar el operativo con su propio sueldo-

- Menos hablar y más sacarlos de aquí Mireya, tienes a dos S.U.A.T en la puerta de atrás-

Narra ...

Me pongo a mirar debajo de la cama, Ana sigue agazapada dentro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me pongo a mirar debajo de la cama, Ana sigue agazapada dentro.

- Ana, sal de ahí cariño-
- De cariño nada, yo te dejo. Tu amiga la rubia me ha placado como un jugador de rugby, me ha visto desnuda la mitad de tu escuadrón, te juro que te mato Miri-
- Vamos Ana, yo no he tenido nada que ver. Estos me la van a pagar te lo juro. Anda ven, deja que te dé un beso- Ana no parece muy contenta pero no se resiste cuando acaricio su cara.
- ¿Puedes buscarte otros amigos?-
- Esos no son mis amigos, después de lo de hoy no- le pongo cara de cachorrito triste - ven conmigo, vamos a dormir, olvidemos esto y sigamos nuestro fin de semana perfecto.
- No sé cómo lo consigues Miri-
- El qué-
- Convencerme para que acabe cediendo, ni siquiera puedo cabrearme contigo-
- Es que no tienes que hacerlo, las cosas se hablan, para esos somos...-
- Antes has dicho novias-
- Pues eso Ana, que las novias hablan las cosas-
- Ves leona, muy difícil, lo pones muy difícil-

Bueno chicas, y aquí termina el capítulo de hoy, muchas gracias por leer.

Mente de delincuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora