Mente de delincuente

Despertar

Cama de Ana War, dónde a muchas nos gustaría estar. Narra...lo vais a adivinar enseguida.

Me despierto porque hay una luz horrible que me está taladrando la cabeza, ¿pero cómo coño hay tanta luz si yo duermo siempre con las persianas bajadas? Lo primero que me doy cuenta cuando abro el ojo es que este no es mi cuarto, más bien todo mi piso es como este cuarto. Lo segundo de lo que me doy cuenta es de qué tengo a alguien con su cabeza en mi pecho, un brazo sobre mí cintura y una pierna encima de las mías. Lo siguiente de lo que me doy cuenta es de qué ni la chica ni yo estamos vestidas. Ostia puta, ¿qué ha pasado? ¿Con quién me he acostado? Lo último que recuerdo es que estaba con Ana y con Mireya, Ostia, ostia, que no sea Mireya, miro hacia abajo y veo una melena morena. Uf, menos mal, después de lo de anoche Ana no es técnicamente una sospechosa, pero ¿por qué no me acuerdo de nada? Menuda mierda, para una vez que ligo y nada completamente en blanco. Lo único que recuerdo es el robo, que Ana quería que me fuera, pero no como hemos llegado hasta aquí. Levanto un poco la sábana, ostia que está muy buena, pero cómo no puedo acordarme. Algo tiene que haber pasado porque bragas no llevo. El caso es que me muero de la vergüenza.

Intento levantarme y escabullirme de la cama, si Ana se ha pillado el mismo pedo que yo lo mismo tampoco se acuerda, el caso es que no recuerdo haber bebido.

Cojo mi ropa del suelo, pero qué le ha pasado a la camiseta.

- Cosas de la pasión Leona- Ostiaaaaa.
- Ana, yo...-
- ¿Qué pasa que no te acuerdas?- De nada, lamentablemente de nada...
- Si quieres rememoramos- joder, joder ahora qué hago.
-Ana, yo, tengo que ir a trabajar-
- ¿Y no me llevas?-
-¿A dónde?-
- A la comisaría, tendrás que tomarme declaración- Pero cuándo le he contado eso a Ana.
- Vas a tener que prestarme algo de ropa-
- Claro, ve al vestidor y coge lo que quieras-

Cojo una simple camiseta negra que me pongo con el pantalón de anoche.

-¿Puedo llamar a un taxi?-
- ¿No quieres que te lleve?- Ana no te levantes, por favor no te levantes que si te levantas.
- Me visto en dos segundos, ¿Me esperas?- Se me ha fundido el cerebro, Ana está desnuda frente a mí y está la ostia de buena, me está mirando con una sonrisa traviesa. Pasa por mi lado y desliza uno de sus dedos desde su hombro hasta mi costado y toda mi piel se eriza.

-Vamos Leona-
-¿Por qué me llamas Leona?-
-Porque estás echa toda un fiera- ¿Me acaba de dar un azote en el culo? En serio, qué he hecho esta noche.

Comisaría central. Narra la capitana Mireya.

Pero que pedo me debí coger anoche que no sé ni cómo llegue a casa. Tampoco sé que hice porque tengo un montón de chupetones y no sé de dónde han salido. Tendré que preguntar a Miriam a ver si ella se acuerda de qué pasó anoche.

-Capitana, traemos a la señorita Guerra para tomarle declaración y a su amiga Aitana-
- Pasen, pasen-
-Mireya- Menudo cabreo se trae la morena, espera, ¿está celosa?
- Capitana Bravo si no le importa, cuéntenos su versión de los hechos-
- Pues estaba usted allí con su novia debería saber mi versión de los hechos-
- Inspectora Gallego, tómele declaración a la señorita Ocaña, yo me encargo de la señorita Guerra-

Miriam se va con Aitana a la sala contigua pero yo necesito interrogar a esta morena, hay muchas cosas que no me cuadran.

- Señorita Guerra, lo primero es que el tipo de relación que la Inspectora y yo pudiéramos tener no es asunto suyo- huy qué está celosa de verdad, verás cuando se lo cuente a Miriam.

- No, si no hace falta, ya se ve el tipo de relación que tienen ustedes dos-

- Pues resulta que solo somos amigas y compañeras- Se está mordiendo la lengua, aquí hay algo que no me cuadra nada, sabe más de lo que parental- pero ciñamonos a los hechos-