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«Te amo, Lilith»

Todo su cuerpo se estremeció con el recuerdo de aquellas palabras. Abrió apenas sus ojos, comprobando que efectivamente seguía en aquel cuarto de hotel. Los grandes ventanales descubiertos, ya dejaban entrar la tenue luz de la mañana, posiblemente siendo las seis o seis y media.

Y como siempre, el lado contrario de la cama, estaba vacío.

Sin embargo, la sensación que ahora sentía era muy distinta a la de cada día. Porque lo sentía. Mientras sus dedos se deslizaban por la tela, sentía la tibieza en las sábanas que había recibido otro cuerpo hasta hace pocos minutos y no la frialdad de una cama que ni siquiera había sido ocupada.

Por primera vez, en una mañana, se permitió que una deslumbrante sonrisa adornara sus labios. Sentir aquel calor bajo su tanto era... quizás no había palabras para describirlo. Pero podría decirse que era como sentir burbujas en el estómago, subiendo por su pecho hasta liberarse en forma de sonrisas.

­—Buenos días, nena —habló repentinamente el moreno, saliendo del baño, terminando de acomodar sus pantalones.

Sin duda, Lilith estaba sorprendida. No se esperaba para nada que Namjoon siguiera allí. Pero claro que él lo estaría. Creyó habérselo dejado muy claro la noche anterior con las cinco veces que le hizo el amor.

Él no la quería solo por sexo. Él la amaba. Para nada estaba dispuesto a ser el hombre de una noche.

—Buenos... días... —susurró en respuesta cuando el rubio plantó un beso en su frente antes de sentarla en la cama y comenzar a deslizar la tela de su cuerpo.

En ningún momento se percató de que llevaba puesta la camisa del otro. Se sentía tan... natural.

Se sorprendió aún más cuando quedó desnuda y no recibió ningún comentario fuera de lugar de Namjoon. Solo una sonrisa y una caricia en sus cabellos.

—¿Quieres que te lleve a casa o desayunamos aquí?

«¿Él está haciendo lo que creo que es?»

—Nam...

—O podemos ir a esa cafetería que tanto te gusta. Ahora que lo pienso. Se me antoja un descafeinado con una enorme porción de selva negra.

«Él lo está haciendo»

—Namjoon.

—Y si te parece mejor aún, pedimos para llevar y desayunamos en tu piso.

«Está fingiendo que nunca pasó»

—¡Namjoon!

El moreno al fin apartó la mirada de sus manos que abotonaban su camisa y observó algo cohibido a la pelirroja.

—¿Qué sucede, Li?

—Eres un idiota. Tú... Estás... estás actuando como si lo de anoche... como si nosotros... ¡Ahg, te odio! —gritó, tirando de las sábanas para ocultarse debajo de estas —. ¡No puedes solo invitarme a desayunar como si fuera un día cualquiera en que llegas a casa con pastel! ¡Ya no...! No podría... Ya no es lo mismo...

Él sonrió.

—Nena... es necesario que te haga el amor una vez más para dejarte en claro mis sentimientos por ti.

Luxuria [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora