ღPrólogoღ

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Hacía tanto tiempo que no se tomaba un día libre y ahora sabía perfectamente por qué. Pasar toda la mañana aseando un penthouse, de punta a punta, no era tarea sencilla. Menos para Lilith, que no estaba acostumbrada a las tareas domésticas. Sin embargo, en esta ocasión tiene su excusa perfecta para esforzarse al máximo.

Ocho años, ese es el tiempo que llevaba casada con el hombre que tanto ama, Kim Seokjin. Aquel hermoso castaño de deslumbrante sonrisa y porte de príncipe. Casualmente, ese día celebran su aniversario de casados, y al igual que en los anteriores, Lilith se sentía sumamente feliz de que ese hombre la siguiera eligiendo como el primer día.

Admiró su anillo con ojos cargados de amor, pensando que su vida no podría ser más perfecta. Tiene unos padres que la aman, un buen trabajo, un bonito departamento y a su esposo perfecto.

Bueno, no tan perfecto. Jin también tiene sus puntos malos, como despertar haciendo demasiado ruido en las mañanas o hablar con la boca llena y ni que hablar de sus chistes malos, pero aun así, ella lo ama.

Suspiró emocionada cuando oyó el cronómetro del horno llegar a cero. Terminó por sacar la carne grillada y la puso sobre la mesa, junto a los distintos tipos de ensaladas. Cortó algunas rebanadas del pan de trigo y especias que había horneado y los pinceló con un poco de aceite de oliva antes de soltar una lluvia de queso parmesano sobre ellos y enviarlos al horno.

Programó el cronómetro por un minuto y medio, y para acompañar la espera, terminó de adornar la mesa con unas velas y el hermoso jarrón que cada aniversario era adornado por las camelias blancas que Seokjin traía para ella.

El horno volvió a sonar, así que, haciéndole caso, sacó el crujiente pan bañado en queso derretido y los acomodó en pequeños platos que acompañarían su comida.

Listo. Se quitó su delantal observando como todo se veía perfecto. Su casa relucía, la música suave sonaba de fondo y las luces se encontraban encendidas en un segundo nivel para crear una atmósfera romántica, digna de la ocasión. Lilith sonrió más que satisfecha y corrió a su baño para aplicarse apenas un poco de maquillaje y ese labial sabor frambuesa que tanto ama su esposo.

Terminó por esponjar un poco su cabello rojizo y sonrió feliz, ansiando que Seokjin no se tardara mucho.

Caminó hasta la sala luciendo un bello vestido verde agua de encaje y tomó el teléfono del departamento para marcarle.

Uno, dos, tres tonos y nadie atendía.

Bufó un poco desanimada, haciendo volar al corto mechón que caía por su frente y volvió a marcar.

Dos, tres y al fin esta vez respondió.

«¿Diga?»

—Hola, amor. Soy yo. ¿Ya estás camino a casa? —preguntó emocionada.

«¿Li? Hola, cielo. No, no creo llegar temprano»

—P-Pero... Amor, hoy es... —sin siquiera terminar de decir lo que quería, Seokjin volvió a hablar.

«Sí, sé que es viernes y ya debería estar descansando, pero últimamente tengo mucho que atender y sabes que no me gusta delegar mis responsabilidades»

—Pero...

«Amor... Entiende, por favor» pidió el mayor. Por su tono de voz, parecía algo cansado. Y eso hacía que algo doliera en el pecho de su esposa. Ahora no sabía si decirlo o no.

—Amor... hoy es nuestro aniversario.

«¿Qué?... Diablos. Li, amor yo...»

—Pensé que al menos hoy podríamos tener una cena y pasar tiempo juntos. Últimamente no tienes tiempo para descansar, por eso no te pedí ir a otra parte. Yo... preparé tu comida favorita y... Solo quería sorprenderte.

«Amor...»

—¿Tan importante es que no puedas dejarlo para mañana?

«... Sí»

Lilith respiró profundo, tragándose toda la angustia que en ese momento comenzó a sentir. No iba a llorar. No quería preocupar a su esposo por algo tan tonto.

«Lo siento mucho, amor. En verdad lo siento. En serio, desearía poder estar en casa para cenar contigo y llenarte de besos. Pero papá me dejó mucho trabajo que debe estar listo para mañana y sabes que, si no lo termino ahora, él me matará. Te amo y en verdad lo siento, cielo. Feliz aniversario. Te prometo que te lo compensaré»

Y eso fue todo, Jin ni siquiera le dejó acotar algo más, cuando ya había finalizado la llamada.

Genial, todo había sido para nada. Miró la mesa, odiándose a sí misma por no haberle preguntado antes a su esposo si estaría libre, o pedirle a su padre que no lo recargara de trabajo para que esa noche pudiera llegar antes de las diez.

Suspiró decepcionada y dejó el teléfono en su lugar antes de volver a la cocina. Después de esa llamada, el apetito se le había esfumado por completo, así que antes de desperdiciar la comida, la guardaría para mañana, para al menos tener un lindo almuerzo con su esposo.

Repentinamente, el portero soñó y el encargado del edificio habló, comentándole que tenía un ramo de flores con su nombre.

A pesar de la tristeza que sentía, sonrió sabiendo que de seguro eran las camelias que Jin siempre le regalaba.

Pero no.

Cuando las puertas del ascensor, que daba directo a su sala, se abrieron, vio al anciano, sosteniendo un enorme ramo de orquídeas.

—Parece que el señor Kim decidió cambiar de flores —bromeó el hombre, teniéndole el ramo junto a su dulce sonrisa.

Lilith no tardó en tomarlo y agradecerle por subir hasta su piso a pesar de la hora. Cosa que el hombre sonrió, restándole importancia, asegurando que ese era su trabajo, después de todo.

Una vez las puertas del elevador se cerraron, la pelirroja miró aquel ramo con detenimiento, preguntándose por qué Jin le había obsequiado esas flores esta vez. Sin embargo, mientras se dirigía a la cocina para ponerlas en el jarrón, descubrió que ya tenía su respuesta.

Entre las flores del centro, había oculta una tarjeta. 


«PARA LA MUJER MÁS BELLA Y HERMOSA DE TODAS, DE SU ADMIRADOR SECRETO QUE LA DESEA CON LOCURA. FELIZ ANIVERSARIO, BONITA, LO MEJOR SERÁ QUE NO ESPERES MUCHO Y TE VAYAS PRONTO A LA CAMA, PORQUE NO CREO QUE ÉL LLEGUE ESTA NOCHE. POR CIERTO, TU ESPOSO PREFIRIÓ PASAR ESTE DÍA EN CASA DE UNA DE SUS AMANTES. ESO ES CRUEL ¿NO?


KNJ»

Luxuria [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora