Cancelando de nuevo otra llamada del mismo número, Lilith continuó desempacando sus prendas y colgando los trajes en el espacio que le había hecho Hoseok en su armario. Esa misma mañana cuando el pelirrosa regresó de su viaje, bombardeó de preguntas a la mayor y lloriqueó otro poco por no haber estado allí cuando ella más lo necesitó. Claro que después la abrazó como por dos horas hasta que sus estómagos pidieron atención. La había extrañado tanto, y eso que solo se había ido por dos días.
Durante toda la mañana, Lilith solo rio y respondió a cada pregunta con una sonrisa. Hoseok sabía que, hacía eso para no preocuparlos y de cierta forma le dolía que todavía se contuviera frente a ellos. Todos sabían que no era una mujer débil, eran conscientes de su resistencia y fortaleza. Sin embargo, en la vida siempre habría momentos para caer. Momentos para dejarnos proteger y consentir. Lástima que Lilith era tan terca como para no querer mostrar su dolor incluso a aquellos que la amaban.
Y luego de regresar de la casa de sus padres, todo siguió igual. Sin reacciones o emociones, verla caminar era como pasar junto a un cuerpo sin alma. Sus ojos habían perdido por completo su brillo y sus sonrisas terminaron por convertirse en muecas forzadas. Hoseok incluso tuvo la intención de distraerla, invitándola a pasear. Pero no. Lilith solo quiso encerrarse en esa habitación, quería que esas cuatro paredes fueran las únicas testigos de sus pensamientos y más que nunca deseó rodearse del sofocante silencio.
—No quiere hablar de lo que pasó —comentó Hope, afligido, dejando las tazas de té sobre la pequeña isla de la cocina. Namjoon tomó una y bebió un poco, todavía pensando qué hacer para ayudar a su chica.
—No podemos forzarla si no lo desea. Pero tengo miedo que... se rompa. Ella es tan fuerte, por tanto tiempo reprimió su dolor y frustraciones que... si deja salir todo eso... —Hope palmeó el hombro de Jungkook comprensivo. No solo él, todos tenían el mismo miedo que aquel pelinegro. Todos tenían miedo de verla caer y no ser capaces de levantarla.
—El problema es que esto no solo se trata de Seokjin —habló Namjoon, todavía pensativo —. Cuando lo vi hace dos días, él se veía tan destruido y me dijo que Lilith le soltó sus verdades sin siquiera temblar. Jamás la había visto ser tan dura. No fue la mujer comprensiva de siempre e incluso lo que le dijo al final...
—¿Al final? —preguntaron los dos menores al mismo tiempo.
Namjoon asintió sin verlos.
—Algo sobre tener mala suerte con los hombres. Sobre amar solo a infieles...
Los tres se miraron, uno más confundido que el otro mientras en sus mentes procesaban esas palabras. Namjoon todavía no sabía si era algo a lo que darle verdadera importancia, sabiendo lo mal e histérico que se encontró su amigo aquel día. Muchas palabras de las que soltó pudieron ser producto de su imaginación y otras de su enojo. Tal vez su propia conciencia se burlaba de él por haber perdido a la mujer que ama. Después de todo, no era posible que Lilith amara a alguien más. No ella que siempre tuvo ojos únicamente para el hombre que más la lastimó.
O acaso ¿había alguien más que él no conocía?
En ese mismo momento, como si escuchara aquella pregunta que solo se formuló en la consciencia del moreno, Jungkook abrió sus ojos con asombro, mirando a cada uno antes de hablar.
—Y sí... Lilith... Ella... de Yoongi hyung...
—¿Qué insinúas, Kookie? —Hoseok frunció su ceño.
—¡Tiene que ser eso! —gritó entonces, como si todavía hablara conmigo mismo —. Deben haber oído, en especial tú hyung —le habló a Namjoon —. Todos en la empresa comentan desde ayer el escándalo de los jefes y el despido de Yoongi hyung. ¿Por qué Lilith lo despediría? Tuvo que haber pasado algo entre ellos. Hasta donde nos dijiste, ese día habían tenido una cita.
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Luxuria [BTS]
FanfictionLilith y SeokJin son un feliz y perfecto matrimonio de ocho años. Ambos trabajan en la empresa de su padre, donde las miraditas dulces y pequeños besos robados nunca faltan en su rutina diaria. Al igual que en sus noches de pasión, donde la ternura...