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En la mañana, el timbre de la casa sonó a un ritmo alegre, como si un niño estuviera jugando con él. Hoseok fue el primero en despertar, abriendo sus ojos entre protestas cuando el ruido continuó. Luego una pausa y volvió a sonar. Esta vez, Lilith también despertó y bostezó, estirándose un poco antes de tomar su celular.

Nueve llamadas perdidas.

—¡Mierda! Voy tarde —gritó y saltó de la cama, haciendo que el otro se quejara de nuevo al ya no tenerla entre sus brazos.

Tomando la bata de Hoseok, Lilith corrió a abrir la puerta, donde la esperaba un risueño pelirrojo con sus compras y una sonrisa.

—¡Lo siento! Dios, Jimin, ¿esperaste mucho? ­—Su secretario negó mientras reía y se dejó guiar por ella cuando tiró de su brazo para que entrara.

—Sé que dijo que solo la llamara para no despertar al señor Hope —dijo, moviendo sus cejas de forma pícara —. Pero hoy tiene una reunión con los socios de Gucci y ya vamos un poquín tar-

—Lo sé, lo sé. ¡Lo siento mucho! —lo interrumpió, tomando las bolsas que traía el menor —. En serio eres un ángel. Te debo una.

—Unas mil~ —bromeó mientras la veía correr de nuevo a lo que suponía era una habitación.

Cuando el silencio reinó, Jimin miró a su alrededor hasta dar con la cocina. No quería parecer atrevido, pero pensó que quizás a Jung no le molestaría si preparaba un rápido desayuno para su jefa. Después de todo, no quería que ella saliera sin comer, sabiendo el largo día de juntas que le esperaba. Mucho menos que se alimentara con comida chatarra.

Ni siquiera habían pasado diez minutos cuando Lilith ya estuvo con él de nuevo. Su cabello todavía algo húmedo por el reciente baño y su traje un poco desprolijo por ponérselo con prisa.

—Huele delicioso~ —habló Hope, entrando a la cocina. Jimin no tardó en gritar y cubrir sus ojos cuando lo vio solo en bóxers y Lilith se atragantó con su café antes de reclamarle.

—¡Hope! Al menos pudiste ponerte unos pantalones —rodó los ojos cuando el otro lo miró con ojos de cachorro y solo continuó caminando hasta ella. Jimin terminó por descubrir sus ojos del todo cuando el mayor ya se encontró detrás de la isla.

—Lo siento por el atrevimiento, señor Jung —se disculpó entonces, sirviéndole algo de café también al otro, junto con unas tostadas con mermelada.

Hope como todo un sol, solo negó y le agradeció por ir por su "Lili Bonita" ya que ese día, él debía de ocuparse de una sesión de fotos.

El día anterior, por ser domingo, se la habían pasado en cama entre besos, sexo y películas. Solo con recordarlo, Lilith todavía no podía creer que lo había hecho con tres hombres a la vez. Incluso veía a Jimin y sabía que el menor explotaría en chillidos cuando se lo contara.

Sin embargo, luego de imaginarse el teatro que armaría Jimin, la imagen de Seokjin también apareció en su mente. No había hablado con su esposo desde aquella madrugada del sábado. Incluso los mensajes en su teléfono seguían sin ser revisados. Todavía no se sentía preparada para verlo a la cara, mucho menos para hablar con él. Ni siquiera sabía qué le diría si hoy lo veía en la empresa y tampoco tenía mente para pensar en ello.

Esos pensamientos oscuros la abandonaron en cuanto subió la mirada hacia el frente, viendo al pelirrojo acariciar una de sus manos como dándole apoyo. Si había alguien en quien podía confiar, ese era Jimin. Sabía que, si se lo pedía, él no la dejaría sola con Jin. Hope también le mostró apoyo, depositando un corto beso en una sien, susurrándole que todo estaría bien. Además, tenía a Namjoon y a Jungkook en la empresa.

Luxuria [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora