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Ambos llegaron a casa por separado, tratando de no pensar demasiado hasta que estuvieran frente al otro una vez más. Y claro que Lilith había tenido más de una discusión con Namjoon y Jungkook al no querer dejarla ir sola. Sin embargo, logró tranquilizarlos antes de abandonar la empresa. Ella sabía más que nadie el tipo de persona que era Seokjin. Conocía todas sus virtudes y debilidades, incluso sus defectos más grandes y sabía que uno de ellos no era la violencia. Su esposo podría querer matar a cualquiera, pero ella siempre sería su cristal a proteger; a ella no la lastimaría.

Cuando llegó a su piso, Seokjin ya lo esperaba en la sala, sentado en el mueble más grande, estrujando sus manos con nerviosismo. En cuanto la vio, se puso de pie. Se veía tan ansioso...

Y aterrado.

Lilith se tomó su tiempo sin quitarle la mirada de encima. Dejó su bolso a un lado, se quitó el saco y fue a la cocina por un poco de agua. Realizó cada movimiento bajo la atenta mirada del otro. Seokjin ya había perdido por completo sus motivos para enfrentarla. Ahora solo sentía miedo. Miedo a perderla.

—Li...

—Pregunta lo que quieras, Seokjin. Responderé a todas tus preguntas —. El tono frío con el que habló heló hasta la última célula del castaño, quien suspiró y tomó asiento, bajando la mirada a sus manos.

—¿Desde...? ¿Hace cuánto lo sabes?

—Desde siempre —ella dejó su vaso vacío y caminó de regreso a la sala para sentarse frente a él —. La primera fue Wendy —sonrió sin mucha expresión en su rostro mientras que Seokjin se sentía morir por dentro —. Fuiste un poco cruel al meterte con mi mejor amiga ¿no, Jinnie?

—Amor...

—Apenas llevábamos dos años de casados. Pensé que todo marchaba tan bien y de la nada... —bufó apartando la mirada al no querer verlo cuando el mayor comenzó a llorar. Quizás estaba siendo un poco dura, pero quería sacarlo todo, ya no quería reprimir ningún sentimiento doloroso —. Al menos me abriste los ojos con ella. No era más que una zorra roba maridos. En realidad, todas, Krystal, Sohyun, Jiyoon, unas cuantas modelos que ni siquiera recuerdo sus nombres, y Jisoo.

Seokjin se tensó al oírla mencionar aquel último nombre en particular. Levantó su mirada una vez más tras secar sus lágrimas y la expresión que vio en el rostro de la pelirroja no tuvo comparación alguna. Por primera vez, Jin estaba viendo a una Lilith que nunca conoció. Tan fría... tan distante.

—¿En serio creíste que ese video llegó mágicamente a las manos de nuestro padre? —preguntó, arqueando una ceja cuando vio aquella mirada afligida —. Yo me encargué personalmente de guardarlo, editarlo para que no se viera tu rostro y dejárselo en su escritorio. Todos estos años fui capaz de soportar muchas cosas Seokjin. La primera vez me odié tanto pensando en qué había fallado. La segunda, me dije a mí misma que debería comenzar a esforzarme para recuperarte —rio sin gracia y lo miró unos segundos antes de volver a hablar —. Cuando intenté comprar lencería sexi para ti, dijiste que no era necesario. Yo siempre sería hermosa ante tus ojos, usara lo que usara... Días después cuando me pediste que descargara unas fotos de la empresa de tu celular, vi tu carpeta de "fotos sin importancia".

—Basta, Li... por favor...

—No conté las fotos, pero sí eran muchas. Wendy, Krystal y otras más en sexi lencería y algunas incluso con juguetes sexuales en el trasero.

—Amor, para... —suplicó una vez más, pero Lilith no tuvo piedad.

—¿Sabes? A pesar de todo te agradezco una cosa, Seokjin. Gracias a ti descubrió lo bajo que puedo caer por amor y aun así no tenerte.

Luxuria [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora