I

5.8K 532 253
                                    

No iba a mentir, sus piernas temblaron como gelatina al momento que el pelinegro se alejó de sus labios, relamiéndolos, como si quisiera saborearlos por última vez. Sus ojos no tardaron en cruzarse. Ambas miradas centellaban cargadas de ansiedad y emoción.

Jungkook sonrió y calló a la pelirroja con un casto beso cuando ésta quiso soltar una de sus tantas preguntas. Una de las miles que en ese momento luchaban por salir.

—No ahora y no aquí —susurró el menor, sonriendo más cuando Lilith lo miró desconcertada, y carcajeándose cuando la tomó de la mano y la arrastró fuera de la zona vip.

Un pelirrojo sonrió en grande cuando vio a su amiga y al menor, salir por la puerta de emergencia del club. Esa sí que iba a ser una buena noche para su jefa.

—Debería invitar a mi terroncito para no sentirme tan solito y así tener con quien mover las caderas en la pista —canturreó feliz, mientras marcaba el primer número que aparecía en su agenda, en la sección de contactos frecuentes —. ¡Hola amor~!

Lilith aún se sentía un poco perdida ante tal situación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Lilith aún se sentía un poco perdida ante tal situación. Siendo sincera, no sabía hacia dónde se la llevaba Jungkook. La sorpresa de que él fuera el segundo, aún erizaba todos los vellos de su cuerpo. Y esa sonrisa... Dios, siempre lo odió por tener la sonrisa más encantadora e inocente de todas. Aunque ahora sabía que, de inocente, no tenía nada.

—Jung-

—Llegamos —la interrumpió cuando detuvo el auto.

Hasta entonces, Lilith no se había dado cuenta que no se detuvo en un semáforo, sino que se había estacionado fuera de un edificio.

—¿Dónde...?

—En mi casa —sonrió el menor, saliendo de su auto para trotar hasta el lado del copiloto y abrirle la puerta.

Como todo un caballero.

Lilith aceptó su mano y le permitió al menor que la guiara por aquel elegante edificio. No era tan lujoso y extravagante como se lo esperó, al conocer al padre del menor, pero sí era del estilo de Jungkook.

Cuando llegaron a su piso, Lilith apenas pudo mentalizar la idea de querer halagar el lugar cuando Jeon ya le estaba devorando la boca de nuevo.

Y ahora era cuando ella se preguntaba ¿siempre debían comenzar así? ¿Dónde quedó eso de conocerse primero? Aunque siendo sinceros, ya se conocían bastante.

—Kook, espe-

—No —la calló el menor, tirando de su labio inferior de forma juguetona. —Esta noche solo tienes permitido llamarme Daddy, muñeca.

Por un segundo, la pelirroja quiso reír. Sin embargo, la mirada decidida del menor, le decía que él no estaba jugando. Al menos no con eso.

—Jungkook no pue- ¡Ah! —gritó, dando un brincó antes de querer asesinarlo con su mirada. Sí, la primera nalgada había llegado. Pero fue su culpa por desobedecer ¿no?

Luxuria [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora