Esa tarde, solo Yoongi volvió a la oficina luego de una ronda más de sexo. Ninguno iba a negar lo agotados que estaban, pero también entendían que tenían obligaciones que cumplir. Además, Lilith sintió la rara urgencia de poner su vida en orden, comenzando por ir a casa y al fin sacar algunas cosas de allí, junto con su auto. Posiblemente terminaría en casa de Hoseok o Namjoon, todavía no lo sabía. Por el momento solo quería dejar de huir del lugar que alguna vez llamó hogar. La charla con su esposo no podía seguir posponiéndose y ella tenía que decirle cómo se sentía frente a toda la situación, como se sintió desde la primera vez que la engañó y cómo se siente ahora que está del otro lado, deseando el cuerpo de alguien más, comenzando a amar a otros sin siquiera darse cuenta.
Cuando Yoongi llegó a la empresa, todo el mundo se le quedado viendo. No podían creer que aquel hombre de tan radiante y encantadora sonrisa, fuera el mismo señor Min de semblante imperturbable que todos conocían. Hasta les había deseado buenas tardes a sus inferiores y colegas. ¡Cosa de no creer!
Por primera vez en todos esos años que Yoongi trabaja allí, más de una mujer se había sonrojado al verlo sonreír y otras tantas soltaron una risilla nerviosa cuando él las saludó. Ni hablar de cierto hombre en particular que se maravilló con la paz que desprendía el peligris al verlo pasar a su lado y no tardó en correr emocionado a su oficina para comenzar con sus preparativos. Esa sonrisa le decía que todo había ido bien para su mayor y estaba más que ansioso por ser el siguiente. Por fin podría cortejar a su Venus.
Yoongi no tardó en llegar hasta la oficina del encargado del área de finanzas, donde dio apenas dos toques antes de entrar. No le importaba tener la aprobación del otro cuando moría por ver a Namjoon y contarle todo lo que ocurrió en esas pocas horas sin proponérselo. Todavía se sentía algo avergonzado y su piel no dejaba de estremecerse solo con recordar sus gentiles manos tocándolo. Sin duda moría por dejar ir todas esas emociones que se arremolinaron en su pecho, cortesía del amor de su vida que en estos momentos de seguro estaría partiendo de su penthouse.
Sin embargo, la enorme sonrisa de Yoongi se borró por completo al instante en que abrió la puerta de aquella oficina y no encontró a Namjoon solo. Seokjin y Jimin también estaban allí. Lo peor fue que el tenso ambiente que los rodeaba no le causó buena espina.
[Una hora antes]
Lilith lo besó una vez más haciendo que su bella sonrisa apareciera mientras él terminaba de abotonarse su camisa. Luego de la pequeña siesta y más toqueteos que se dieron antes de terminar haciendo el amor en la ducha, la pelirroja le contó al otro lo que tenía pensado hacer. Ambos estaban al tanto de que algo estaba pasando luego de revisar sus teléfonos. No había mensajes, pero sí una infinidad de llamadas perdidas.
—Es hora de que sea sincera con él y le diga la verdad. No quiero ser como Jin y tampoco quiero... negarlos...
Yoongi sonrió y la atrajo a su cuerpo para poder abrazarla. Saber eso lo hacía sentir tan bien. Ninguno de ellos tenía la intención de presionarla, pero tampoco iban a negar que, la idea de tener que ocultar el amor que sentían por Lilith, los molestaba de sobremanera.
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Luxuria [BTS]
FanfictionLilith y SeokJin son un feliz y perfecto matrimonio de ocho años. Ambos trabajan en la empresa de su padre, donde las miraditas dulces y pequeños besos robados nunca faltan en su rutina diaria. Al igual que en sus noches de pasión, donde la ternura...