Los jadeos del ángel cada vez eran mayores, y lo que al principio parecía ser una pequeña molestia en el pecho, se había convertido en una agonía para Arthur que no lograba hacer desaparecer. Había desplegado sus alas, intentando desesperadamente que parara el dolor o al menos poder levantarse, pero ni con esas lo lograba. Ya no sabía qué hacer. Si las otras veces, con un poco de voluntad, lograba reprimir ese dolor, ¿por qué ahora no podía?
- A-Alfred...
Intentó llamar al americano, con un tono de voz algo bajo y ni sabía si seguía en su habitación o había bajado. Tal vez pudiera ayudar de alguna forma. Y por suerte se oyeron unos pasos ir hacia el cuarto.
- ¿Qué pa-? ¡Arthur!
Alfred, en cuanto lo vio de rodillas en el suelo y jadeando, fue corriendo hacia él para ponerse a su lado y asegurarse de que no estuviera herido físicamente. Lo miraba completamente preocupado y sin saber muy bien qué hacer.
- ¡¿Q-qué ocurre?!
- M-me vuelve a doler... Y-y no para...El americano posó la mano sobre la zona de su corazón y pudo notar que latía a mucha velocidad. Arthur tuvo que apoyar su cabeza en el hombro del chico, sin aguantar el dolor y sintiendo que se desmayaría en cualquier momento.
- N-no pienses en el dolor, distráete con algo... E-em...
- E-es demasiado... Haz algo... P-por favor...El ángel agarró con fuerza la camisa del americano para soportar las constantes punzadas, quien miraba imponente a Arthur al no tener ninguna idea, nada que pudiera aliviarle. Solo se le vino una cosa a la mente, y no paró ni un segundo más en reaccionar. Lo cogió de las mejillas para alzar su cabeza y lo besó esperando que aquella acción lo distrajera del dolor. Arthur, al no esperárselo, lo miró con los ojos abiertos sin saber qué hacer. Pero conforme el beso avanzaba, el dolor iba desapareciendo de su pecho, y una vez que se separaron, Alfred pudo notar a su ángel algo más calmado. De alguna forma Arthur notó aquel beso algo familiar, y al mirarlo a los ojos nada más acabar el beso no pudo hacer otra cosa que bajarla al suelo mientras llevaba la mano a sus labios.
- ¿E-estás bien? ¿Te sigue doliendo?
El ángel se atrevió a mirarlo de reojo, encontrándose con la expresión preocupada de Alfred, quien esperaba ansioso su respuesta aunque en parte ya la supiera.
- N-no, ya estoy mejor... Gracias...
- Uff... Menos mal... Pensaba que te iba a dar algo...El chico, ya más relajado, se acabó sentando en el suelo y apoyó la espalda en el armario suspirando pesado. Nunca había estado tan nervioso. En cambio, Arthur seguía un poco en shock por el beso. ¿Por qué le había calmado eso? Era la pregunta que no dejaba de rondar por su cabeza, hasta que la voz de Alfred le sacó de sus pensamientos.
- Supongo que no querrás salir después de esto...
Cuando volvieron a juntar sus miradas, Arthur se quedó unos segundos pensativo hasta que decidió levantarse de una vez. Sus piernas comenzaban a dormirse.
- S-salgamos... Necesito despejarme...
- ¿Estás seguro? ¿Y si te vuelve a pasar fuera?Alfred se levantó también acercándose a él por si necesitaba su ayuda, pero inmediatamente después Arthur se sentó en la cama en un suspiro. El ángel ya se encontraba algo más calmado, después de todo eso solo había sido un beso para ayudarlo.
- Al menos ya sabes qué hacer para que se me pase...
Continuó con su cometido anterior a todo este drama, que era desvestirse para ponerse la otra ropa, y se quitó al fin el pantalón para ponerse unos vaqueros negros que tenía al lado.
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My Angel
Fanfiction[UsUk] Arthur, un reciente ángel en el cielo, tiene como misión ser el ángel de la guarda de un joven americano. Pero nadie pudo haber previsto lo que iba a pasar a partir de su encuentro.