[Capítulo 12]

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[Zorry people xD Ayer estuve de cumple y se me olvidó publicar :') Pero we aquí lo tenéis ya así que... -c va preparando para huir-]

Los dos muchachos seguían durmiendo plácidamente en la cama, abrazándose mutuamente y rodeados por toda su ropa la cual estaba desperdigada por el suelo. Aquella noche había sido especial para ambos, ningún ángel protector ni criatura mágica iba a separarlos ahora.

- S-sé que estás aquí Arthur, ¡no pienso irme hasta que aparezcas!...

Todo iba bien hasta que Arthur comenzó a escuchar de nuevo esa voz que le hablaba en casi todos sus sueños, esa voz que se le hacía tan familiar y a la vez desconocida. Acabó abriendo los ojos e incorporándose lentamente en la cama una vez que logró apartar los brazos de Alfred. Pensó que estando despierto dejaría de escuchar aquella voz, pero esta vez no paró y tuvo que agarrarse la cabeza con ambas manos mientras la voz retumbaba por esta.

- ¿P-por qué no me lo dijiste antes? ¿Por qué no apareciste? ¡¿Por qué me duele tanto?!...
- C-cállate...

Al ángel empezaba a dolerle la cabeza y el pecho, pero no quería despertar al americano aún. Debía ser capaz de detener la voz él solo como había hecho todos estos años pasados. Pero el dolor se hacía cada vez más intenso, y de su boca comenzaron a salir leves jadeos mientras se encogía un poco. La voz seguía hablando, esta vez diciendo cosas inaudibles pero era igual de doloroso. Al final Arthur acabó rindiéndose y se giró hacia Alfred para despertarlo, dándole algunos golpes en el hombro.

- A-Alfred despierta...

El chico se movió un poco sin querer despertarse aún y abrió los ojos adormilado.

- ¿Qué-?

Antes de que pudiera despertarse del todo, el ángel se lanzó hacia él y, cogiéndolo de las mejillas, lo besó esperando que el dolor desapareciera. Por suerte todo fue como se esperaba, aunque Alfred permaneció inmóvil durante el beso al no saber lo que estaba pasando. Cuando Arthur se separó de él lo miró algo más aliviado, mientras que el americano lo observaba algo serio, posando su mano en la mejilla del ángel.

- ¿Te ha vuelto a dar?...

Arthur solo asintió desviando un poco la mirada y dejándose caer sobre el cuerpo de Alfred, siendo acariciado por este en un abrazo. Escuchó un suspiro por parte del chico para más tarde sentir un beso sobre su cabeza.

- Me preocupan esos ataques Arthur...

Ante la confesión del americano, aunque ya se lo había dicho anteriormente, Arthur no pudo evitar sonreír levemente y se apartó un poco para poder mirarlo a los ojos juntando las frentes.

- Tranquilo... Estando contigo no me va a pasar nada malo...~

Le dio un corto beso y en respuesta Alfred desvió la mirada, apartando un poco al ángel para incorporarse. Arthur se quedó algo confuso por su acción pero rápidamente lo dejó de lado al escuchar su comentario.

- Bueno... Será mejor que nos duchemos ya ¿no?
- Sí claro~

Ambos acabaron levantándose de la cama para ir hacia el baño pero, lejos de su misión inicial, hicieron de todo antes de ducharse. No lograron resistirse a las tentaciones y terminaron yendo a por el segundo asalto. Para cuando lograron volver al cuarto para vestirse había pasado una hora, de la cual 50 minutos estuvieron demasiados ocupados tocándose y besándose.

- Voy a ir haciendo el desayuno~
- Vale~ Ahora bajo.

Arthur se fue el primero hacia la cocina para ir preparando el desayuno mientras que el americano se quedó unos minutos más en la habitación, sentado en la cama y mirando al suelo con la cabeza agarrada con ambas manos. Ahora mismo el estrés estaba invadiendo todo su cuerpo debido a muchos problemas que se le estaban echando encima. Problemas de los que nunca hablaría con su ángel. Para cuando llegó a la cocina, Arthur ya estaba terminando de preparar todo y la mesa estaba casi lista. Alfred se acercó a él por la espalda y lo abrazó con fuerza, apoyando la cabeza en su hombro.

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