Parte1, Capitulo 6

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Muy temprano en la mañana Elrich se dispuso a arreglarse, para su improvisado encuentro con el chico de rebeldes cabellos rojos, se vistió con un jean gris, una polo negra y unos vans rojas, el cabello amarrado a la mitad ese era su típico peinado se dispuso a bajar a desayunar, una ensalada de frutas y cereal, café y jugo de naranja. Entonces alguien lo interrumpió

-Disculpe, señor pero alguien lo solicita en la puerta—Dijo la ama de llaves.

-Está bien ya voy, gracias—Le sonrió amablemente
Se dispuso a ir a la sala de recepción, con una sonrisa. Pero esta se desvaneció al ver quien le solicitaba. Un chico como de un metro setenta y dos de piel bronceada con ojos color lila, cabello rubio platinado corto y unas orejas en punta típico de los insípidos elfos. Olía a biblioteca—Así pensaba Elrich de los elfos.

-Buenos días, majestad se le ve radiante hoy—Dijo al verlo con una enorme sonrisa blanca

-Buenos días, el rey aquí es mi papá así—respondió Elrich con un tono frio y de desinterés total— ¿Puedo saber quién es usted?

-Oh, dispénseme soy Markus hijo de lord Davis—Al oír dijo para sí mismo pero que anticuado—Estoy aquí para charlar con usted

-No tengo mucho tiempo, dígame—dijo enarcado una ceja mirando con desdén y frialdad a aquel chico que no había perdido su sonrisa y ese brillo peculiar en los ojos que no sabía descifrar.

-Quiero saber si podría venir a mi casa a una cena, si no es mucha molestia y su tiempo lo permite solo dígame cuando y la hora lo recibiré con gusto.

A tal proposición Elrich lo miro con desconfianza, fingió interés y dijo.

-Le hare saber cuándo pueda, le hare llegar un mensaje. Ahora si me disculpa me tengo que ir.

-Esperare ansioso a su mensaje, me retiro—Le alzo la mano para estrecharla a lo que Elrich le correspondió solo por formalidad—Espero tenga un lindo día señor.

-Usted también—Seco y frio
Aquella visita inesperada le había dejado cierta desconfianza, salió al establo donde estaba Magnus.

-Hola amigo, preparado hoy tendré un acompañante espero no forzarte mucho—Le dijo con una sonrisa y se montó.
Magnus salió corriendo y cuando estuvo fuera del establo abrió sus enormes alas y empezó batirlas y entonces empezó a elevarse y en cuestión de minutos ya estaba en la frontera y alguien ansioso esperándolo.

Cuando Stefan lo vio su rostro de ilumino bajando de aquel caballo alado blanco como la nieve de ojos profundamente azul. Stefan estaba vestido con unos jeans desgastados y rotos en las rodillas, una camiseta color salmón, un sweater color vino y un gorro del mismo color pues estaba del lado de la nieve y no quería morir congelado.

-Disculpa la tardanza, llego una visita muy inesperada y tuve que atenderla—dijo acercándose y plantándole un beso en la mejilla.

-No acabo de llegar, pero que hermoso caballo cuando nos conocimos estaba más pequeño ahora es un hermoso ejemplar—dijo acariciando al animal—Oye y ¿quién te visito?

-Un elfo invitándome a cenar le dije que le avisaba pero dudo asistir a una cena que de seguro es tan gris—Dijo captando la atención de atención de su acompañante.

-¿Ha si? ¿Qué te pareció? ¿Es lindo? ¿Quieres ir?—Interrogo el otro con la rabia y celos picando en su interior.

-No puede ser—Con una sonrisa y cierto brillo en los ojos— ¿Estás celoso?

-¿Yo?—Respondió mirando a otro lado con rojo de vergüenza y rabia—Para nada, si quieres te vas con él, me voy—Se dispuso a caminar en la dirección contraria pero Elrich lo tomo por un brazo lo pego a él y le planto un beso tan apasionado que los dejo sin aliento—Si me das otro así, pensare en quedarme—murmuro aun con los ojos cerrados esperando a que lo que pidió

Los Soberanos: Elegidos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora