Parte1, Capitulo 13

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Elrich se despertó estaba oscuro y el delicioso sabor en su boca lo hizo sonreír pero sentía su garganta seca, tenía mucha sed y sabía cuál era esa sensación, ya conocía muy bien su necesidades. Se fue y se metió en la ducha y se colocó una ropa corta pero decente, una bermuda y una camiseta sin mangas. Tomo su teléfono y se desvaneció ahí en medio de la habitación.

Viendo a su querido novio, profundamente dormido. Lo veía perfectamente su visión nocturna era espectacular, apareció al frente de la casa de la granja, aquí era de día y esta húmedo y cálido.

Aspiro y los olores se mezclaban, olor a pasto y a tierra húmeda, ganado y por supuesto el olor virginal y muy delicioso de Arthur y con rapidez se dirigió a donde estaba el y allí estaban los dos, cuidando de los pequeños terneros, dentro del establo, los dos se veían felices allí dentro. No se percataron de la otra presencia.

-Espero estén bien—Hablo el peliblanco mirándolos desde el umbral de la puerta.

Los dos se sorprendieron al verlo allí, con un look tan relajado y el rubio se fue directo a abrazarlo.

-Te extrañe mucho—Le dijo con lágrimas en los ojos—Por qué te olvidas así de nosotros.

-Tengo muchas cosas que hacer—Le acaricio la mejilla—Pero ninguno me llama.

-Si el solo se acuerda de nosotros cuando tiene hambre—Llego el moreno con su malhumor siempre.

-Pues no, lo que pasa es que he estado ocupado sacando un permiso del cual ustedes se beneficiaran—Sonrió—Conseguíque el mundo oculto les compre su productos del mundo humano y cuando empiece la cosecha habilitare unos drones para sacar los productos de aquí y llevarlos a la ciudad celestial de Pikes, el dinero lo administrare yo y con él les comprare comida y ropa y todo lo que necesiten.

Los chicos se miraron entre ellos.

-Quiero conocer esa ciudad—Dijo el ruso con un brillo en la mirada.

-Pronto, ahora vamos a la casa tengo sed—Se montó en la camioneta y le hizo señas a los otros para que hicieran lo mismo— ¿Que han hecho? Cuéntenme

-Ya el maíz está casi listo en menos de un mes ya está estará listo para la cosecha—Hablo el moreno—Todo lo demás bien las vacas en excelente estado, ya un ternero que no nació aquí está listo para su sacrificio.

-No quiero—El rubio se cruzó de brazos como un niño pequeño—Eso es cruel no quiero que lo maten.

-Pero hay que hacerlo Arthur—Le respondió suavemente, mientras el peliblanco manejaba estaba muy concentrado.

Al llegar a la casa se bajaron todos y Anthony se fue a preparar café, mientras Arthur se quedó con un vampiro hambriento que literalmente se lo quería comer.

-Ven—acaricio el puesto delante contiguo a el—Me darás de comer.

El rubio con cautela se acercó y el de ojos azules le tomo con suavidad la muñeca y la lamio tres veces.

-No sentirás nada—Le hablo ocultando sus colmillos de hielo—Te morderé aquí porque en el cuello duele más—El chico solo asintió.

Y Elrich procedió a penetrar la piel y dejar salir el carmesí líquido de sabor exquisitamente puro, uno que lo regenero de inmediato, pero siguió sorbiendo, hasta que sintió que el chico se estaba mareando, y lamio los agujeros y estos sanaron.

-¿Estas bien?—Mientras limpiaba un poco que se corrió por la comisura de su labio.

-Si no dolió—Sonrió—Pero estoy mareado.

-Eso se te pasara pronto—lo abrazo y este se acomodó en sus brazos—Esperare el café para irme tengo cosas que hacer.

-Está bien—Después de unos minutos llego el moreno con lo único que sabe hacer bien, café—Cuídalo y prepárale comida rica en hierro y ácido fólico.

Los Soberanos: Elegidos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora