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Estaba caminando por el camino oscuro. La calle estaba completamente vacía y silenciosa. Solo podía escuchar mi respiración y el viento. Entonces, noté algo. Estaba caminando pero no me estaba moviendo. Traté de correr, pero me quedé en el mismo lugar.
—Estúpida. Sin valor. Mereces estar sola.
Esa voz baja comenzó a entrar en mi cabeza y no pude escapar de ella.
—Mírala, ella está llorando. Patético.
Esa risa.
Puse mis manos en mis oídos, pero ya era demasiado tarde. Ellos ya estaban destruyendo mi mente.
—Mentirosa.
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Salté sobre mi cama, abriendo los ojos. Estaba sudando. Miré a mi alrededor, tratando de encontrar al niño y a la niña con quien me acosté. La habitación estaba vacía.
—¿Mina? ¿Jeonghun? —pregunté.
Nadie respondió.
Me levanté de la cama, sintiéndome mareada. Salí de la habitación y no vi a nadie. Empecé a sentir esa presión molesta en mi pecho.
—¡¿Mina?!
Corrí a la cocina. Nuevamente, no encontré a nadie. Caí hacia atrás, sentándome en el suelo. Oculté mi cabeza sobre mis rodillas mientras los abrazaba.
