Aparecí vestida con un gran vestido antiguo floreado a conjunto de un bléiser crema, un rodete bien ajustado y un pequeño bolso de mano.
Parecía sacada de la película Historias cruzadas.
Frente a mi había una reja que rodeaban una gran casona antigua en perfecto estado. Los grandes Rosales y plantas bien cuidadas que cubrían este lugar se podrían comparar fácilmente con los jardines de Varsalles de Francia.
Luego de contemplar el magnífico sitio por unos instantes caí en la cuenta de que Leo no estaba conmigo. Había dos opciones, o no entro por la puerta o esto era parte de la prueba. Decidí pensar en que seguramente era la segunda, así que comencé a buscar algo que me diera un indicio de la que debía hacer para salir de allí.
Abrí la puerta de las rejas, acto seguido un sonido ensordecedor salió desprendido de ella, la cerré cuidadosamente para que no me escuchará nadie y fui caminando sobre un bello camino de piedras que conducía a la casa.
A lo lejos se podían ver varias personas haciendo diferentes actividades. A medida que me acercaba pude notar que eran enfermeras acompañadas de lo que parecían pacientes. Una de ellas se acercó cuidadosamente hacia mi con sus pequeños zapatos de charol, su gran sonrisa parecía sacada del gato Cheshire de Alicia.
-Hola señorita, bienvenida a la clínica mental "Epsilon", para cualquier consulta por favor diríjase hacia la casona en donde encontrará la recepción, gracias.
Y así sin más se dio vuelta dejando todo su carisma atrás y volviendo bruscamente con su paciente.
No me sorprendió cuando dijo que me encontraba en una clínica mental, porque claramente los extraños comportamientos de esas personas llaman la atención desde muy lejos. En el camino a la recepción vi desde ancianos haciendo angelitos en el pasto hasta jóvenes intentando atrapar mariposas con sus manos.
Subí unas pequeñas escalinatas y entre al lugar.
-Hola señorita Monroe, estábamos esperando su visita. - dijo el recepcionista apenas ingresé en la gran sala.
¿Esperando mi visita? Supuse que lo mejor que podía hacer era seguirle la corriente. No quería terminar internada en esta instalación, y menos sabiendo que el botón de pánico no funcionaba. Así que saludé cordialmente y con una gran sonrisa al señor.
-Siempre es un gusto verla Verónica, tome asiento que ya le aviso a las enfermeras para que habiliten su visita con el paciente Braldusen.- contestó luego de un rato.
¿Paciente Braldusen? En mi vida escuché ese nombre.
Tome asiento y busque entre las revistas alguna que me sirviera para pasar el rato. No es que sea una persona quisquillosa, pero mi tema favorito claramente no es saber los diferentes tratamientos para "¡Arreglar la locura en tus seres queridos y que vuelvan a ser normales!". Primero que nada, me pareció re ofensivo, y aparte mostraban métodos horripilantes para llevar a cabo esto, como la Trepanación que decía que se debía agujerear el cráneo de los "locos" para "purificar su materia cerebral" o la Bacteriología quirúrgica, la cual necesitaba extirpar diversos órganos (que por cierto no tenían nada que ver con esas enfermedades) para mejorar las dolencias mentales en los pacientes.¡¿Qué clase de persona dejaría que le hagan algo así a su ser querido?!
Intente despejarme unos segundos para sacar de mi mente las horripilantes imágenes que aparecían en los folletos. Claramente no estamos en el 2018 por la estructura del lugar y los vestuarios de las enfermeras, ¿Pero en qué año tenemos que estar como para que se sigan utilizando tales métodos?
De tanto pensar caí dormida.
-Señorita Monroe, despierte- dijo sacudiéndome lentamente una médica del lugar.
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ÉPSILON: Dentro Del Videojuego.
Science Fiction🔽¿Entrarías en un videojuego si tuvieras la oportunidad? 🔸Hay que saber que las cosas no siempre son lo que parecen... 🔸¿Podrán terminar las pruebas antes de que sea demasiado tarde ❌❌❌❌❌❌❌❌❌❌❌❌❌❌ 🔸Verónica va como todos los días a la empresa de...