CAPÍTULO XIX

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Por fin, después de días aparecí en la habitación blanca de antes. Mis manos seguían marcadas por la presión de la soga y nuevamente como la vez pasada el vestido blanco que tanto aborrecía no estaba. Mi cuerpo seguía cansado y con muchísimo estrés, pero todo eso se fue y vino acompañado de mil electros circuitos cuando lo vi.

Ahí estaba él, solo en la gran sala, con su barba de pocos días crecida, sus ojos celestes con un cansancio infinito y la mirada perdida en una pared blanca. Tardo unos segundos en verme, pero cuando lo hizo fue como si toda la energía le hubiera vuelto de repente al cuerpo. Se paro de golpe y quedamos a pocos centímetros. Corto toda nuestra distancia con un abrazo profundo.

- Pelirroja no te das una idea de lo preocupado que me tenías. – dijo susurrándome al oído.

Seguimos así, con nuestros cuerpos formando una unidad por bastante tiempo.

- ¿El resto de los chicos dónde están? – pregunté cortando un poco nuestra distancia.

- Se fueron a completar más pruebas, pero yo les dije que me iba a quedar acá para esperarte. - dijo mirándome a los ojos, mi corazón se derritió de ternura. - perdón que no fui a buscarte, pero el maldito juego no me dejaba ingresar a la prueba, la luz verde marcaba que ya la habíamos pasado, y por un momento creí que te habías muerto. – mi corazón se derritió nuevamente.

- No me muero tan fácilmente. - contesté dándole un codazo.

Le rodee el cuello con mis brazos y el agarro mi cara con suma delicadeza, nuestras bocas se juntaron en un tierno beso.

Extrañaba sus manos, su ternura, sus abrazos, sus besos, su estúpida manera de ser, básicamente lo extrañaba a él. En el fondo no lograba terminar de entender como se puede llegar a querer tanto a alguien en tan poco tiempo, pero pasamos tantas situaciones extremas en las que tenés que demostrar cuanto te aprecia el otro para sobrevivir que queda perdonado todo. Lo quiero y así son las cosas.

- ¿Qué paso ahí adentro? – pregunto.

- Básicamente se bugueo todo, no había mar ni cielo, todo eso fue remplazado por una gran inmensidad blanca, pero la salida seguía en el mismo lugar. Después de 2 días me di cuenta y salí, fin de mi trágica historia. – conteste dramatizando todo de manera sarcástica. Claramente omití las partes en las que me largaba a llorar y me agarraban ataques de pánico.

- Tendrías que haber pasado vos primero.

- No seas pelotudo, las cosas se dieron así y ya está, no te tenés que estar culpando por todo, aparte no fue tan malo.

Estuvimos unos instantes con un silencio incómodo.

- Te creció la barba eh. – dije jugando.

- Si, seguramente parezco un linyera. – contestó sonriendo y tocándose la cara.

- Un linyera con mucha facha.

- Claramente.

Nos quedamos riendo a carcajadas por unos segundos, y sentí como todo lo que me hacía mal se esfumaba. No pasaron ni dos minutos y ya entraron todos los chicos por la sala. Pero una cosa había cambiado totalmente.

Penélope tenia una mancha de sangre grande como una manzana que se iba expandiendo por todo su estómago.

Penélope tenia una mancha de sangre grande como una manzana que se iba expandiendo por todo su estómago

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Feliz vida chics! 💜

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ÉPSILON: Dentro Del Videojuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora