CAPÍTULO XVI

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Tenía las malditas manos atadas detrás de mi espalda, los malditos ojos tapados con un sucio pedazo de tela y los oídos tapados por el maldito sonido del mar. Definitivamente me encontraba en la misma situación que ayer y que hace dos días.

Las cosas sucedieron en su mayoría calcadas a las veces anteriores, nos quejamos, comenzamos a discutir y finalmente Penélope soltó sus manos, ayudándonos a todos a salir de ahí. Pero esta vez al ser el tercer día empezábamos a comprender mejor la situación, esto género que cada persona saltara con teorías descabelladas y futuros planes para el grupo.

- Creo que lo mejor sería separarnos nuevamente porque así... - empezó a decir Luca.

- No me separo una puta mierda. Ayer no paso nada y hoy tampoco ocurrirá algo. – intervino enojado Pol.

- La única opción que nos queda es esperar al lilipendo barco y ver qué pasa. - sugirió Miranda.

- ¿Se piensan que de verdad esa es nuestra salida? ¿No se dan cuenta que es una maldita distracción por parte de Épsilon?? - preguntó Luca enojado.

El aire estuvo tenso por unos segundos hasta que Pol se digno a romper el silencio.

- Bueno, lo más justo sería dividirnos según lo que queramos, pero cuando se den cuenta que nuestro plan funciono no vengan como mosquitas muertas de hambre. – dijo mirándonos fijamente a los ojos.

- Me parece bien. - intervine.

Y así, como si nuestra única opción fuera esa, nos dividimos para buscar lo que todos estábamos anhelando.

Salir de este maldito juego.

Leo y Mia vinieron con nosotros. El resto se fue a "capturar barcos".

Decidimos sentarnos en el pequeño balcón y contemplar el mar mientras debatíamos nuestras teorías para escapar de allí.

- Para mi solo nos tienen aquí para fastidiarnos. - soltó Luca sin dejas de mirar el agua.

- Las cosas no son así, tiene que haber una salida, un ente que te conecte nuevamente con la sala inicial. Si no nos encontraríamos en una trampa y no en un bucle de tiempo. – respondió Mia muy segura de sí, lo cual me sorprendió bastante.

Minutos más tarde el océano comenzó a agitarse mas que de costumbre, grandes círculos del tamaño de una cama comenzaban a formarse en el azul del mar. Eran idénticos a los del día anterior.

Todos empezaron a mirarse confundidos, pero esa sensación de desconcierto se borró instantáneamente con el gran estruendo que provoco la bocina del barco. Los cuatro desviámos la vista hacia el objeto metálico que zarpaba por el agua, sin darnos cuenta de que lo que realmente nos importaba segundos atrás había desaparecido. No había ni un puto rastro del remolino acuático.

- Definitivamente eso tiene algo que ver con nuestra salida. – añadió Leo sin dejar de buscar en el agua.

- Definitivamente. – respondí.

Desde el día anterior algo en mi interior me llamaba hacia el remolino, y ahora estaba completamente segura de que esa era la única oportunidad de salir.

De fondo se podía apreciar como el resto de los chicos entraban a la habitación maldiciendo a los cuatro vientos. Era obvio que se habían dado cuenta de que el barco no era una opción para escapar.

- ¡Este juego de mierda me está volviendo loca! - exclamo Penélope sentándose bruscamente en el piso.

Todos nos acomodamos alrededor de ella dejándonos caer en el suelo. Estuve a punto de lanzarles una mirada de "se los dije" pero se veían demasiado cansados y no quería empeorar la situación.

ÉPSILON: Dentro Del Videojuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora