¡Laiden! (One Shots)

Jazmin

Aquel día era un día normal para cualquier persona dentro del pequeño país de Centro América cuyo territorio muchos suelen confundir con parte de Guatemala: "El Salvador", un país en donde ni los OVNIS, ni los aliens, ni CRUEL han pisado, y todo va a la mar de común hasta ahora...

-Entonces dices que esto es una pupusa- pregunta el chico rubio mientras sostiene el plato con la pupusa y un poco de salsa, a un lado de él esta un moreno de mirada glacial, que ahora pincha con  un palillo la comida hasta lograr que salga un poco de queso derretido, y frente a ellos otra chica de cabello negro, un poco mas arriba de los hombros y con lentes les mira entre divertida y asombrada, sin pasar todavía de la emoción que le produjo encontrarlos ahí.

-Aja.

-Pero... -Needle gira el plato en busca de imperfecciones- ¿Le meten frijoles y queso? ¿y no sabe mal?

Jazmin tiene unas ganas enormes de agarrar su teléfono y comenzar a fotografiarlos. Pero se contiene porque recuerda que Laiden sabe artes marciales.

-También se le puede poner chicharrón,  pollo, loroco y, bueno, casi de todo.

Para Jazmin esa mañana también debería haber sido normal de no ser porque se encontró a ese par vagando por Metro mientras Laiden repetía que debían volver a Kerrah. En ese momento ella había saltado sobre ellos para asegurarse de que era cierto y les había bombardeado de preguntas sobre los otros personajes de la historia que una antigua compañera de ella escribía y de los cuales hacia muchos dibujos.

También había fángirliando bastante (y lo seguía haciendo dentro de su mente).

Había sido un tanto difícil convencerlos de que formaban parte de un libro, y que ella los conocía bien, pero ahora incluso Laiden parecía haberlo aceptado.

Solo había una pregunta que rondaba en la cabeza de Jazmin ahora a parte de contarle a Marelyn lo que estaba viendo y era: ¿Debería decirle a Laiden de que Ala se moriría en el cuarto libro?

-¿Estas segura que no es veneno?- pregunto Laiden sacando la de sus cavilaciones. Ya lo decidiría más tarde.

-¡No!

-Entonces prueba las tu primero- refutó ante el tono ofendido de la morena.

Jazmin rueda los ojos, pero da una mordida a su pupusa y mira a Laiden hasta que esté queda satisfecho. Maldice el día en que la Artemisa decidió hacerlo tan desconfiado.

-Entonces... -Needle vuelve a llamar la atención como antes, solo que ahora tiene la barbilla llena de salsa- ¿Haces dibujos de nosotros?

A Jazmin se le escapa una sonrisa nerviosa y asiente. También maldice el momento en el que los contó.

-¿Podrías mostrarnos los?- pregunta, Laiden también se ha inclinado con interés, echando más curtido a su plato.

Con un poco de reticencia Jazmin toma su teléfono y se los pasa, luego de enseñarles como úsalo y explicarles que era lago así como los TacBooks de su mundo.

Los minutos siguientes que siguen se sienten tensos. Al rededor las personas se levantan y van a pagar su comida, ajenos a lo que está ocurriendo en esa mesa.

Al final es Needle quien deja el celular sobre el mantel con expresión  indecifrable.

A Jazmin le entran unas ganas enormes de pegarle para que escupa lo que piensa. Y otra parte de ella se pregunta si es posible que Kvothe, o Tom Raines o alguno de sus miles de amores literarios aparezca en aquellas mesas como esos par.

-¡Nos encantan!- dice sonriente y Laiden le apoya con un movimiento de cabeza.

-Nada mal...- dice él con el asomo de un sonrojo y una media sonrisa. Aunque luego recuerda ese extraño dibujo en que salen él y Needle y... se siente incómodo.

Pero Jazmin es ajena a sus pensamientos y le devuelve la sonrisa, esperando que no parezca demasiado maniática como las de Katherine cada vez que tortura algún humano en el el infierno... ejem, perdón, me salí del tema.

Las planeas no dejan de repetirse en su mente aún cuando ambos magos ya han vuelto a comer.

Les encantan... piensa.

Ya puede volver a respirar en paz.

Esto es porque ya me había tardado en publicar otro y eso.
¡Que vivan las pupusas! A Laiden y a Needle les gustaron...