His POV part.2

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    Ella se durmió instantáneamente, me incorporé y planeé cómo sacarla de allí sin llamar la atención; menos mal que el de hoy era el último concierto del Tour, nuestro siguiente paso era volver a Suecia y comenzar la grabación del nuevo material.
La dejé el camerino cerrado con llave, fui casi corriendo al que nos habían asignado a los artistas, los demás ya estaban prácticamente cambiados y listos. Se extrañaron al verme aparecer y me preguntaron dónde había estado pero los ignoré. Me desvestí a toda prisa para meterme en la ducha, 5 minutos después salí y ya vestido de calle: vaqueros oscuros, botas militares, camiseta de Morbid Angel y chupa de cuero.
- ¡Eh, chicos! Decidle a Adam que lleve mis cosas, yo estoy molido y voy a quedarme a dormir en algún hotel de por aquí.- les dije, sin mirar a nadie en particular.
- ¡Joder macho! Nosotros también estamos molidos y aquí estamos esperando por ti para ir a celebrar el fin del Tour.- me respondió Air alzando una botella de cerveza.
- Creo que él va a celebrar el fin de Tour de otra forma.- murmuró Fire, elevando las cejas con expresión lasciva. ¡Pillado!
Tuve que reprimir una sonrisa y les hice un gesto rápido con la mano para decirles adiós.
Ellos saldrían por la puerta trasera donde estaba el autobús, donde estarían los fans esperando y por donde yo no iba a salir.
Nunca había tenido que comerme la cabeza para salir de una sala de conciertos pero tampoco nunca había llevado a alguien inconsciente conmigo.
Encontré una salida de incendios que daba al otro lado de donde estaba el autobús, daba a un callejón oscuro, perfecto.
Llamé a un uber y volví al camerino donde la había dejado. Exhalé de alivio al ver que seguía ahí dormida y cogí su chupa de cuero... ¿no traía bolso? Raro en una chica. Algo cayó al suelo: su cartera. Curioseé un segundo en ella, su DNI me informó de que se llamaba Yami y que vivía en la ciudad.
- Así que Yami, ¿eh?.- dije en voz alta, mirándola. Un pitido proveniente de mi móvil me alertó de la llegada del uber.
El chico del uber ni se inmutó cuando abrí la puerta y metí a una chica inconsciente en el asiento trasero de su coche, le pregunté si conocía algún motel que quedase alejado de esa zona y allí nos llevó. Cuando paró el coche tuve que sonreír abiertamente ante lo irónico del nombre, Sunrise Motel.
- Aquí tiene el dinero.- dije, llamando su atención, él me miró a los ojos y ese fue el momento en el que borré sus recuerdos sobre mí y sobre ella.
El motel era al más puro estilo americano, un cuadrado con un patio en el centro y dos pisos con unas 40 habitaciones.
Me dirigí al piso de arriba con ella en brazos, abrí la puerta y nos introduje en la habitación. Era una estancia cuadrada con una puerta al fondo que sería el baño, una cama enorme ocupaba casi toda la habitación, la dejé con suavidad en la cama y encendí la lámpara mientras me sentaba en la cama yo también. ¿Qué cojones estás haciendo? Me pregunté mirando fijamente la pared, ya me había alimentado un poco de ella pero la traje aquí por un impulso, nunca había hecho eso.
Un fuerte golpe en la cabeza me desequilibró, tirándome al suelo y rodeándome de cristales. ¿Pero qué...? Escuché la puerta abrirse, me moví lo más rápido que pude y la cerré antes de que ella escapase, parecía una garrapata agarrada con fuerza al pomo de la puerta para evitar que la arrastrase de vuelta a la cama pero yo era más fuerte. Le di la vuelta, apoyándola contra la puerta y ella me miró asustada durante unos instantes hasta que me reconoció, entonces me dio un fuerte puñetazo en la entrepierna que me hizo ver estrellas de dolor. Grité y la solté, cayendo de rodillas al suelo. ¡Me cago en la puta!
Tardé unos segundos en recuperarme, varios impulsos se cruzaban por mi cerebro: la ira, el hambre, la lujuria, la ira otra vez... Bajé con celeridad las escaleras, atravesé el patio y la pillé casi a la salida del Motel, estampándola contra la columna y levantándola en peso con mi mano agarrada a su cuello.
- ¡Para, por favor!.- suplicó con voz estrangulada, cogiéndose con ambas manos a mi brazo.
Parpadeé una vez, todavía apretando su garganta y me fui calmando. Su mano derecha seguramente estaba rota por haberme golpeado y yo no quería hacerle daño, no quería matarla. Esa no era mi intención pero ella era ahora una amenaza para mí, si salía de allí e iba a los periódicos con la historia podría ponerme en un aprieto.
Decidí intentar subyugar su mente una vez más, así que la solté y evité que cayese al suelo con mi cuerpo justo cuando oí como un coche entraba por la puerta del Motel. Cerré los ojos mientras ella tosía, esperaba que pasásemos inadvertidos para el coche, que resultó ser de Policía y que nos iluminó con una linterna. ¡Maldición!
- ¿Se puede saber qué estáis haciendo ahí?.- preguntó el policía hurañamente.
Miré de reojo hacia el coche de Policía, eran dos hombres de mediana edad pero acomodados, serían fáciles de matar, tendría que gastar algo de energía para ello pero tenía una cuenta pendiente con Yami, así que no tendría problema alguno con ellos dos.
Comencé a girarme para ejecutar la maniobra pero ella me detuvo agarrándome y besándome. Me sorprendí durante un instante pero aproveché el momento, introduje con rapidez mi lengua en su boca y me froté contra ella lenta pero insistentemente. Su boca sabía casi tan bien como su sangre, era ligeramente adictiva e intoxicante.
El agente carraspeó, ella se separó sonrojada y le dijo al Policía algo que vagamente descifré, la cogí del antebrazo para llevarla de vuelta a la habitación y ella no se resistió. Me encontraba alterado hasta un extremo que jamás había experimentado, tenía una erección de caballo por culpa de una humana y ganas de matarla por sacarme de mis casillas. Cerré la puerta de la habitación una vez entramos ambos, le pregunté el motivo por el cual me había besado y ella respondió precisamente lo que supuse, que había sido una distracción desesperada para salvar a los Policías.
- ¡Oh! ¡Qué buena chica!.- comenté acechándola.- Así en vez de 3 cadáveres, enterraré solamente uno.
Solamente fue una forma de hablar pero ya habíamos tenido suficiente charla. La empujé sobre la cama e hinqué mis colmillos otra vez en su cuello, su sangre inundó mi boca y ella soltó un leve jadeo, ahí perdí el control completamente. Le arranqué la ropa interior, me quité toda la ropa por debajo de mi cintura sin dejar de beber de ella y me introduje en su interior. "¡Oh, joder!" Fue mi último pensamiento coherente durante un buen rato.
Volví en mí cuando noté que ella se quedaba laxa, ahí me separé de ella y la observé atentamente: apenas respiraba, sus latidos eran prácticamente inexistentes y moriría en pocos minutos si la dejaba así. ¡Mierda! Se me había ido de las manos, hacía muchísimo tiempo que no me ocurría nada parecido.
Podía dejarla morir pero yo no quería hacerlo, más que nada porque los cadáveres eran un engorro y porque ella me gustaba. Podría transformarla... ¡No, no podía! Tendría que enterrarme con ella, sabía la teoría pero nunca lo había hecho y necesitaría un lugar muy seguro para llevarlo a cabo. La única opción que me quedaba era darle mi sangre para que se recuperase ligeramente, abandonarla ahí para continuar con mi "planeada" vida y rezarle al Diablo para que no conservase recuerdo alguno del incidente.
Suspiré habiendo tomado mi decisión, me mordí con fuerza en la muñeca y dejé que varias gotas de mi sangre cayesen por su boca; el efecto fue inmediato, su respiración se hizo más regular y sus latidos más fuertes. Ella no moriría.
Recogí todo lo que pude del desastre de la habitación antes de vestirme, me tomé una de las pastillas y salí de allí sin mirar atrás, dejando la habitación pagada por una semana.
Nada más llegar a Suecia me metí en el estudio con nuestro productor a trabajar en la teoría del nuevo disco, así fueron un par de días antes de tenerlo todo atado y preparado para comenzar la grabación. Cuando ella se despertó lo noté, menos mal que estaba en el estudio sólo y nadie pudo ver como la oleada de sentimientos de Yami me asaltaba y dejaba aturdido. Tendría que anular el vínculo con mi sangre dentro de ella, al menos hasta que acabásemos el disco.
Todo fluyó con mucha rapidez una vez comenzamos a grabar, el trabajo me ahogó como era costumbre y me quedé absorbido por el proyecto del nuevo álbum de Ghost, de tal forma que pasaron un par de meses antes de que volviese a acordarme de ella.
Fue por sorpresa, Aether estaba hablando de su nueva novia, así que me enseñó una foto de su chica, ella llevaba el pelo rojo chillón, diferente al de mi Ghuleh... ¡Oh! ¡Mi Ghuleh pelirroja!
De repente me acordé de ella: su cuerpo, su cara, rememoré el sabor de su sangre y se me hizo la boca agua aunque no tenía hambre ninguna. También hubo cierta parte de mi anatomía que se alegró al recordarla.
- ¿Acabas de ronronear?.- preguntó Aether mirándome extrañado.
- ¿Qué?.- pregunté carraspeando y saliendo de mi ensoñación.- No nada, tengo la voz tocada. Muy guapa la chica.
Dicho esto me alejé e informé a todos de que me iba a tomar un par de días antes de terminar toda la producción del disco y promocionarlo.
Necesitaba volver a verla, todavía recordaba en qué ciudad vivía ella así que una vez llegase allí podría rastrearla sin problemas ya que todavía no había desaparecido mi sangre dentro de su sistema pero me prometí que, si ella no recordaba nada de lo que pasó, daría media vuelta y la dejaría en paz...

Vampiro EmeritusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora