La decisión

129 8 4
                                    

Tobías POV
Desperté al sentir su lado de la cama frío, obligué a mi cerebro a funcionar a marchas forzadas y me incorporé, buscándola con la mirada.
- ¿Yami?.- llamé, medio grogui todavía.
Al no escuchar respuesta me levanté y la busqué por toda la casa pero ella no estaba, ¿dónde habrá ido a éstas horas? El pánico me abrumó durante un par de segundos hasta que me obligué a calmarme, respiré profundamente para concentrarme y busqué los rastros de mi sangre en su interior.
Tras unos segundos conseguí dar con ella: estaba a un par de kilómetros. Me puse la protección solar, me vestí y acabé saliendo a toda prisa de su casa.
La encontré en la playa, con la mirada perdida y una expresión triste. Me pegué mentalmente mil veces porque no necesitaba entrar en su cabeza para saber qué pasaba.
- ¿Cómo lo haces?.- me preguntó sin apartar su mirada del mar, tirando el cigarrillo.
¡Maldición, ésto iba a ser un completo desastre! Tendría que haberme ido de su casa cuando dije que lo haría pero no pude. ¡Joder! La carne es débil y yo lo era todavía más por culpa de ella.
- Soy capaz de encontrarte porque tienes mi sangre dentro de ti.- respondí suspirando, pasándome las manos por el pelo y sentándome a su lado.
Quería atraerla hacia mí pero eso confundiría más las cosas, toqué su hombro levemente y deseé más. ¡No, no debes! Separé mi mano a regañadientes. Mi interior era una puta tormenta contradictoria, quería estar con ella pero no debía, ella era humana y se merecía más.
- ¿Por qué juegas conmigo?.- me preguntó, sacándome de mis cavilaciones y me fijé que me miraba esperando una respuesta sincera... ¡Allá vamos!
- Yo...- empecé a hablar sin saber qué decir, declararme a ella no sería justo. ¡Joder! Me sentía muy frustrado en esos momentos. Me revolví el pelo pensando en lo que podía decirle y lo que no, en lo que yo debía hacer.- No juego contigo, ¿vale? ¡Joder Yami! Créeme que no estoy acostumbrado a esto y yo... yo quiero...
- ¿Y qué quieres de mí, Tobías?.- estalló, levantándose y mirándome desde arriba.
No supe qué contestarle, miré hacia el horizonte, hacia mi gran enemigo que salía en esos momentos y decidí callarme. Nada de lo que dijese iba a poder cambiar el hecho de que éramos de mundos diferentes.
Ella se fue, jamás pensé que sería tan duro... Luché media docena de veces contra el impulso de seguirla pero no lo hice, quise llorar y quise romper algo pero, en cambio, volví a Suecia con unos ánimos oscuros y una frialdad se instaló en mi corazón. Tenía cosas que hacer, tenía cosas que debía hacer: el grupo era la prioridad, tenía que ser mi prioridad.
Pasaron varias semanas hasta que, un día, los demás del grupo hicieron una reunión para hablar conmigo porque estaba comportándome como un capullo amargado y los ánimos estaban crispados. Lo peor es que tenían razón.
Tras meditarlo un par de días decidí buscar el rastro de mi sangre en Yami, el descubrir que casi había desaparecido por completo me urgió a la necesidad de volver a verla, volver a marcarla como mía y, ésta vez, tenía que decirle a Yami lo que sentía por ella. Me declararía finalmente. El Vampiro y la Humana. Crepúsculo para mayores de 18. Sonreí para mí mismo mientras cogía 4 cosas y llamaba a un taxi para ir al aeropuerto.

* Yami POV: Volver a mi vida normal no fue fácil. Decidí armarme de valor, entrando en el bar de Will haciéndome la loca, no quería hablar de lo que había pasado hacía un par de noches porque iba a intentar hacer como si no hubiera pasado. Will estaba limpiando las estanterías y se tensó mucho cuando me vio, sus ojos me escanearon al completo y sus fosas nasales se anchearon, olfateándome. Su mirada no era fría pero tampoco me miraba como siempre. Tomé aire un par de veces antes de decidirme a hablar.
- ¿Sigo trabajando aquí?.- pregunté directamente aunque mi voz salió débil. Will me miró durante unos segundos eternos antes de apartar la mirada y, entonces, el fantasma de una sonrisa apareció en sus labios.
- ¡Siempre que tú quieras!.- murmuró, asintiendo.
Me faltó poco para echarme a llorar de alivio, sabía que las cosas ahora eran muy distintas pero iba a intentar por todos los medios recuperar mi vida y todo estuvo tenso durante una temporada. La conversación con Will era casi puramente profesional y los demás del grupo tampoco hablaban mucho conmigo, especialmente Tommy, sospecho que fue él quien me atacó sin querer ya que no él era capaz de mirarme a la cara.
Me sentí desplazada de mi propio grupo de amigos pero los entendía. Tenía lógica: ellos eran licántropos y yo me había acostado con un vampiro endiabladamente sexy (aunque eso se había acabado, creo). Era normal que las cosas estuviesen tirantes, mi única suerte fue que Rachel se había hecho oficialmente novia de Jake y ella era mi amiga por encima de todas las cosas.
Me sorprendió descubrir que los chicos le habían dicho su secreto cuando empezó con Jake, así que, básicamente nos poníamos a cotillear del tema hombres lobo y los vampiros y comencé a sentir que, poco a poco gracias a ella, volvía a integrarme al grupo.


Vampiro EmeritusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora