Accidente (final largo)

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    Tobías se puso delante de mí, dándome la espalda y encarando a mis amigos. En ese momento oí un ruido extraño, no sabría explicarlo pero sonaba a crujidos desagradables seguidos de desgarro de ropa, vi que Will volvía la cabeza de golpe y su expresión se mezcló entre el miedo y la ira.
Entonces, de golpe, un borrón enorme empujó a Tobías hacía en otro extremo del callejón, ¿qué cojones? Asomé la cabeza, alejándome de la protección del cubo de basura para mirar hacia donde deberían estar los chicos y volví a esconderme al ver a dos lobos gigantes que venían corriendo directos a donde estaba peleando un tercero con mi vampiro. ¿Mi vampiro? Me pegué un bofetón mental ante ese pensamiento, me quedé boquiabierta viendo como Tobías se sacaba de encima al primer lobo y se abalanzaba sobre uno de los otros para cogerlo por el pellejo y estamparlo contra el tercer lobo.
Un profundo gruñido proveniente de Will me hizo mirar en su dirección, me miró con lástima antes de mirar a Tobías, convirtiéndose sus ojos en pura rabia y el aire a su alrededor comenzó a cambiar. Fue muy extraño, como ver una alucinación provocada por el calor, en un segundo estaba ahí Will y, al siguiente, un enorme lobo pardo estaba en su lugar con restos de ropa en el suelo.
- ¡Ostia puta!.- murmuré, alucinada.
El lobo pardo se lanzó a por Tobías, que lo esperaba con los brazos abiertos para cogerlo por el cuello y estrellarlo contra la pared, mientras el primer lobo intentó atacarlo por la espalda pero, una patada de mi vampiro, lo lanzó volando por todo el callejón hasta chocar contra la puerta trasera del bar. Uno de los otros lobos logró incorporarse con un gañido, avanzó para atacar a Tobías pero el lobo pardo se puso en medio para protegerlo enseñándole los dientes a la amenaza.
Tobías también le enseñó los colmillos con gesto muy amenazante, le echó la mano al lobo pardo para cogerlo por la cabeza y le pegó un puñetazo con la otra sin soltarlo; el lobo aulló dolorido, sangrando profusamente por la boca. ¡Will!
Salí de mi estado de expectación de golpe, avancé dos pasos con mi brazo derecho extendido para parar a Tobías cuando unas fauces se cerraron en mi antebrazo, creo que grité ante el dolor de sentir como carne y hueso se rompían en mi brazo. El lobo me soltó rápidamente y yo caí al suelo, escuché como Tobías gruñía algo y, al segundo, estaba a mi lado. Me cogió en brazos causándome mucho dolor en el brazo, sentía la cabeza muy ligera y sabía que me iba a desmayar.
- ¡Apartaos o me abriré paso a patadas!.- les gruñó.
Giré la cabeza hacia los 4 lobos que nos observaban e intenté sonreírles para que supieran que estaba bien pero no me salió el gesto, en vez de eso, apoyé mi cabeza en el hombro de Tobías y cerré los ojos con cansancio, abandonándome completamente.
Cuando me desperté me pesaban mucho los párpados, el sol me daba directamente en la cara y era extremadamente incómodo, quería seguir durmiendo. Abrí ligeramente un ojo, buscando algo que ocultase la molesta luz y entonces me fijé que estaba en una habitación desconocida. Eso me espabiló lo suficiente para incorporarme en la cama, entrecerrando los ojos examiné mi alrededor: cristales rotos en el suelo bajo la ventana, la cama ensangrentada, mi chupa echa una bola en el suelo, mi brazo derecho... ¡Sin una marca! Me lo toqué, examinándolo.
De repente solté un grito ahogado, ahora recordaba lo que había pasado; me había entrometido en la pelea entre mis amigos (los cuales se transforman en super lobos) y mi vampiro, por eso había salido herida cuando un lobo atacó accidentalmente, ¿quién había sido? ¿Jake o Tommy? ¡Por Satan! Estaba volviéndome loca, primero él y ahora mis amigos.
Me senté en el borde de la cama, casi echándome a llorar al ver cómo había quedado el brazo derecho de mi chupa y lo que me podría haber pasado a mí. Detuve mis lloriqueos levantándome arrastrando los pies hasta el baño, entreabrí la puerta y no necesité encender la luz para ver su cuerpo dentro de la bañera. Me mordí el labio indecisa, después de todo solamente quería una cosa: a él. Entré en el baño cerrando la puerta, metí un pie dentro de la bañera y me arrodillé a su lado, tocándolo levemente con la mano y sobresaltándome al notar que estaba tan frío como la propia bañera. Se movió ligeramente, soltando un sonido quejumbroso y me acurruqué a su lado, él me rodeo entre sus brazos aún dormido. El frío de mi alrededor era incómodo pero estar a su lado me calmaba y me quedé fácilmente dormida a su lado.
Varias horas después me desperté, él seguía completamente quieto, ¿tan siquiera respiraba? Mis ojos estaban ajustados a la oscuridad y podía definir levemente sus rasgos faciales. Suspiré, me sentía sorprendentemente bien y a gusto, todo por él. ¡Ay, Satán! ¿Estaba enamorada de él? Ese ser de aspecto angelical me había violado repetidamente, me había chupado la sangre y me había metido en un lío de proporciones épicas y yo estaba ahí, entre sus brazos, suspirando por él.
Su movimiento me sacó de mis pensamientos, se estiró contra mí y tomó una inspiración por la nariz.
- ¿Yami?.- preguntó soñoliento, su tono era de sorpresa.
- Realmente estás muerto cuando duermes, ¿no?.- pregunté de vuelta, sin poder evitarlo, necesitaba saber qué era exactamente.
- Lo estoy pero ahora voy a demostrarte lo vivo que puedo parecer.- ronroneó seductoramente, apretando sus brazos a mi alrededor y pegando labios a los míos.
Sí, sus labios estaban fríos pero provocaron un incendio en mi interior. ¡Oh, vaya! Respondí con avidez y nos saboreamos mutuamente hasta que prácticamente jadeábamos por respirar. Tobías se separó ligeramente de mí y se giró de espaldas a la bañera, conmigo encima de él, dándome la posición dominante.
- No tienes idea de cuánto te deseo ahora mismo.- comentó con voz grave y rasposa de deseo.
Respondí bajando mi cabeza para besarlo mientras restregaba mi entrepierna sobre la suya, estaba erecto y saber que yo lo ponía así me hizo sentir poderosa. Él gimió de placer contra mis labios y puso sus manos en mis caderas, ayudando a que la fricción fuese más poderosa. ¡Joder, podría correrme así sin problema!
Un ruido en la puerta de la habitación nos sobresaltó y nos separamos a la vez.
- ¡Mierda! ¡Tenemos que irnos!.- susurró él apuradamente.
Me levanté corriendo, abrí la puerta del baño y entré en la habitación para coger mi chupa, me giré y vi a Tobías ya preparado.
- ¿Lista?.- preguntó, yo asentí y él me cogió en brazos guiñándome un ojo.
En ese momento se abrió la puerta pero no pudieron ver nada porque saltamos por la ventana, cogí aire de golpe y me esforcé por no gritar por la sensación de caer libremente agarrándome fuertemente a él. El aterrizaje más suave de lo esperado, abrí los ojos y solté el aire de golpe.
- ¡Vamos o nos van a ver!.- dijo Tobías, dejándome de pie en el suelo y cogiéndome de la mano antes de salir corriendo.
Corrimos durante unos 5 minutos hasta que solté su mano, intentando respirar me apoyé en una pared, doblándome sobre mis rodillas.
- ¡Vas a matarme!.- afirmé entre jadeos y levanté mi mirada hacia él, estaba tan fresco como si nada.
Me sonrió como el diablo que era, acercándose a mí y mirándome fijamente.
- Tal vez te mate pero no como tú piensas.- susurró con lascivia.- Venga, estamos cerca de tu casa. ¿Me invitas?
- ¿Desde cuándo tú necesitas invitación?.- pregunté sarcásticamente.
Él soltó una carcajada y ambos caminamos de la mano hasta llegar a mi portal. Abrí la puerta con manos temblorosas, recordando la última vez y me pregunté si todo esto estaba bien, ¿y si él había jugado con mi mente? Esperando por el ascensor mi ansiedad subió más todavía.
- ¡Ey!.- me llamó la atención y me acarició la mejilla antes de darme un casto pico.- Por favor Yami, no te comas la cabeza.
Subimos en silencio al ascensor, él estaba acariciando el dorso de mi mano que todavía seguía en la suya.
Cuando fui a abrir la puerta de casa salió mi vecino de enfrente, Josh, un hipster moderno que trabajaba como tatuador, alguna vez me había dado la impresión de intentar ligar conmigo diciendo que a mí me haría uno gratis si me pasaba por el estudio.
- Hola Yami, ¿cómo va todo, nena?.- preguntó él, cerrando la puerta de su casa casi sin mirarnos. Entonces se giró y se quedó petrificado mirando a Tobías, ambos se miraban con una intensidad abrumadora. Entonces un profundo sonido gutural reverberó en el pecho de mi vampiro, era un sonido que prometía amenaza.
Josh bajó la mirada y carraspeó incómodo antes de murmurar una disculpa y bajar las escaleras a toda prisa.
- ¿Pero qué coño?.- le llamé la atención a Tobías.
- Es un vampiro.- afirmó él, sin quitar la vista de las escaleras.
Abrí la puerta de casa como una autómata, ¿mi vecino también? ¿Él había intentado ligar conmigo para alimentarse de mí?    

Vampiro EmeritusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora