Problemas

170 9 0
                                    

Yami's POV

¡Wow! Llevábamos casi 2 semanas con conciertos cada día o cada dos días, estuvimos por ciudades de los alrededores y tuvimos muy buen público siempre. ¡Qué sensación!
Estábamos todos pletóricos pero nos tocaba volver a la vida real... hoy era nuestro último concierto en el bar de Will, todo estaba preparado y listo para finiquitar nuestra "gira". Al llegar a nuestra ciudad, fuimos a comer todos juntos y, después, nos encargamos de la prueba de sonido junto con demás preparaciones previas.
Al acabar solamente faltaban un par de horas para el concierto, decidimos cenar tranquilos en una bocatería cercana y, al volver, vimos que ya había gente esperando para entrar. ¡Wow!
Dentro ya estaba Rachel tras la barra, hacía ya un par de meses que ella era la novia de Jake y, tenía experiencia tras la barra, así que a veces nos echaba una mano. Esperaba que hoy consiguiera dar abasto con la cantidad de gente que vendría y sin ayuda pero ese no era mi problema hoy. Jake se acercó a ella para darle un beso antes de que comenzara todo.
- ¡Vamos parejita! Eso para la intimidad.- les piqué sonriendo. Me gustaba ver a mis amigos felices.
- Envidiosa.- me contestó Jake, separándose a regañadientes de Rachel.
- ¡Claro! Rachel está muy buena, lástima que te metieras en medio.- respondí, sacándole la lengua.
Cuando Jake se nos unió, nos juntamos los 5 en un círculo para mentalizarnos, preparados para darlo todo en el escenario y salimos con calma ante el rugido de todo el bar, que se había llenado en pocos minutos.
El concierto empezó, los primeros temas fueron increíbles y la gente gritaba como loca con nosotros; mis nervios habían quedado atrás al subir al escenario, sabía que todo iría bien teniendo a Will a mi derecha a la guitarra solista, Tommy a la otra guitarra, Jake estaba a mi izquierda con el bajo y Patrick a la batería.
Durante uno de los solos de Will desvié mi mirada hacia el público, todos estaban saltando y pasándoselo bien; de repente, un par de ojos verdes me llamaron la atención, se me paró el corazón un instante e intenté verlo bien pero fue imposible, había demasiada gente. Seguí cantando con el corazón en un puño, lo busqué con la mirada varias veces pero no volvió a aparecer, debió de ser una mala pasada de mi cerebro. Un par de ojos verdes no eran habituales pero eso no significaba que él hubiese vuelto una vez más, me estremecí ante ese pensamiento.
Terminamos el concierto ante un gran aplauso del público, todos estábamos cansados pero muy orgullosos con el resultado y los chicos me rodearon entre todos antes de despedirnos de toda la gente que ya empezaba a dispersarse.
Yo recogí lo mío y me tomé un par de cervezas mientras los demás desmontaban todo lo demás: cables, amplis, guitarras y batería. No les ayudé porque sabía que no les gustaba que tocase sus cosas, cada cual era muy maniático con lo suyo.
Dejé la segunda botella en la barra, suspirando e intentando no sentirme ansiosa por la improbable posibilidad de haberlo visto en el público, pero lo que me confundía era que no había sentido miedo ante esa mínima posibilidad de que él estuviese aquí y eso me estaba volviendo loca. ¡Necesitaba un pitillo!
Fui al backstage para coger mi chupa, robándole un cigarrillo a Patrick de la cazadora mientras me dirigía a la puerta trasera, la ansiedad casi me estaba dominando e intenté encender el cigarro desesperadamente mientras andaba pero el mechero no colaboraba.
- ¡Maldito... hijo de...! .- murmuré frustrada, tirando el dichoso mechero al suelo y dándole una patada.
- ¿Quieres fuego?.- susurró detrás de mi una voz muy familiar, sedosa y oscura.
Esa maldita voz que reconocería en cualquier lugar, ¡sí que lo había visto! ¡No había sido una mala pasada de mi cerebro!
Sin pensar salí corriendo hacia el final del callejón, logré pasar el gran cubo de basura del bar pero no llegué mucho más lejos porque dos fuertes brazos me agarraron y me esquinaron entre el cubo, la pared y un cuerpo duro como el acero.
Me quedé quieta como congelada, él levantó una de sus manos hasta mis labios quitándome el pitillo y tirándolo al suelo. No sabía qué hacer, ¿escapar de él? ¿Pelear? ¿Besarlo? Recordé lo que pasó hace pocas semanas y mi interior se estremeció, sonrojándome violentamente.
- Me pareció verte antes aunque pensé que había sido una alucinación.- murmuré evitando mirarle a los ojos.
Puso su índice bajo mi mentón y me obligó a levantar los ojos hasta que me encontré con su mirada, esa mirada esmeralda que me hipnotizaba.
- No me pareció correcto distraerte cuando lo estabas haciendo tan bien.- susurró, acariciando distraídamente mi labio inferior sin dejar de mirarme.
- Bueno, te pareció correcto hacerme otras cosas en contra de mi voluntad.- le respondí desafiante en un momento en el que mi cerebro no estaba pensando en besarlo o follarlo.
- Has sido la única.- dijo, enigmáticamente.
De repente sus ojos adquirieron un brillo malicioso, con su índice presionó ligeramente mi labio inferior hacia abajo obligándome a separarlos e inclinó su cabeza acercándose lentamente hasta que su aliento se fundió con el mío. Un chirrido de la puerta trasera del bar por la que yo había salido nos distrajo a un milímetro de besarnos.
- ¿Yami?.- escuché la voz de Will en el callejón.
¡Oh Satán, no! Rogué a quien fuera porque Will volviese al bar o se alejase pero sus pasos sonaron cada vez más cerca, vino directamente hasta dar con nosotros. ¡Mierda!
Tobías se separó lo suficiente para que yo pudiese ver la cara de Will contorsionada por la rabia al vernos, miré asustada a mi sexy demonio y me sorprendí al verlo sonriente, vigilando por el rabillo del ojo a Will. ¿Por qué sonreía?
- Aléjate de Yami.- ordenó Will con los dientes apretados.
- ¿Y si no quiero?.- preguntó Tobías con voz grave, dejando de sonreír pero sin quitarme sus verdes ojos de encima.
Un profundo gruñido gutural se escuchó claramente en el callejón, ese gruñido era como el de un animal salvaje amenazando. Pensé que había sido él pero el gruñido provino de Will, el cual le estaba enseñando los dientes a Tobías y éste se estaba girando para encararlo.
- ¡No, por favor!.- le supliqué, cogiéndole del brazo y mirándolo a los ojos.
- Convénceme para que no lo haga, Yami.- me dijo, su voz estaba cargada de intenciones y me provocó un estremecimiento en mi bajo vientre. ¿Incluso en esta situación era capaz de excitarme?
Miré hacia Will, seguía a unos metros de nosotros sin dejar de mirarnos con rabia, tenía todo el cuerpo tenso y los puños apretados. Volví a mirar a Tobías, sabía lo que él quería, si estaba aquí era por mí. Levanté mis brazos a su cuello lentamente, tenía que poner a Will a salvo y hacer que se alejase de Tobías.
- Esto no es cosa tuya Will. ¡Lárgate!.- le dije a Will sin dejar de mirar a Tobías, mi voz salió sorprendentemente firme. Sobretodo teniendo en cuenta que, interiormente, me sentía como un flan.
- ¡Yami! ¡Por favor!.- dijo Will con voz suplicante.- ¡Aléjate de él!
En respuesta junté mis labios con los de Tobías, él no dudó en besarme con ganas aunque notaba que estaba vigilando a Will, yo casi pude escuchar como rompía el corazón de mi mejor amigo/jefe pero no podía hacer otra cosa para protegerlo.     

    Escuché como se abría otra vez la puerta del bar y maldije interiormente porque no quería montar una escena pero, si eran los chicos, era lo que iba a pasar... Y estaba aterrorizada por ellos porque si Tobías quisiera matarlos, podría hacerlo sin problemas por mucho que yo intentase detenerlo.
- ¡Eh! ¡Yami, Will, espero que no os estéis liando sin habernos avisado!.- comentó Patrick en tono de coña.
¡MIERDA! ¿Por qué me tenía que pasar esto a mí? Separé mis labios de los de Tobías, ahora ya no sonreía, su expresión era pétrea.
- ¿Tú crees que eso pasaría?.- le preguntó Tommy a Patrick.
- ¡Chicos! ¡Huele a Sanguijuela!.- dijo Jake en un gruñido.     

Vampiro EmeritusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora