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Simón.

Simón antes de llegar ahí había hecho un plan, o más bien conseguido uno.

Eran las 6 a.m, y estaba instalado en lo que sería su nueva habitación en la mansión Benson, era pequeña, pero acogedora. Con una pequeña ventana justo atrás de la cama y por más que las paredes alrededor de ésta estuvieran bajando de manera horizontal le gustaba, y mucho.

-Bien, es bien tempranito y hay mucho que hacer... -murmuró sacando sus sábanas de encima y acercarse a su maleta.

Tras revisar, ahí estaba. Una revista, con caras adolescentes en primer plano y muchas palabras acumuladas en una escala de colores casi chillona, pero lo que a él le importaba era ese apartado en la esquina derecha de la portada.

"10 Tips para conquistar"

Desesperado, pero tal vez tenga consejos muy interesantes y útiles. Por eso, antes de partir de México, la tomó de la habitación de Luna cuando ésta se fue al baño. Sin esperar más abrió la página indicada para dicho artículo, leyendo todas las palabras fofas sin prestarle atención hasta llegar a lo importante. ¡Bingo!

Tras sentarse en la cama empezó a leer.

"Haz una rutina de 10 días, cada día realiza un tip nuevo de los que verás a continuación:

Simón levantó una ceja.

1haz contacto visual, ¡Muestrale que estas interesada al coquetear con tus ojos!. Se feroz, atrevida y coqueta, transmitele eso en una sola mirada."

Okay, Quizás debió haber elegido una para chicos, pero siquiera ¿existían?

Frunció el ceño mirando frustrado la revista, ¿Cómo chingados se se transmitía todo eso por una mirada?

Al final la revista quedó en el basurero a un lado de la cama. Y Simón se encontraba en el pequeño escritorio, escribiendo algo.

Aunque sea luego de leer los 10 tips, y darse cuenta que eran una cagada, algo bueno pudo sacar de eso.

"Rutina de 10 días para conquistar a Ámbar Smith."

"Por Simon Álvarez."

Esto recién comienza.

(...)

Ámbar.

Ámbar se levantó mirando todo a su alrededor antes de cambiarse y bajar las escaleras, después de todo ahora un pervertido vivía en la casa.

Y hablando de pervertidos, ahora mismo podía ver a uno pasearse de un lado al otro en la cocina con su uniforme escolar.

Debía admitir que verlo con harina estampada en su ropa y un poco en su cara, mientras fruncía el ceño como si le costara entender el libro de recetas que sostenía en sus manos, le resultaba tierno.

-Tenés harina en el cabello -caminó rápidamente, con su tan manera característica de hacerlo, colocando su mochila a un de la silla. -¿Qué es todo éste desastre?

La cocina estaba hecha un lío, harina por doquier, huevos en el piso, cáscaras de lo que parecían frutas caídas fuera del tacho y... ¿Acaso esa comida se movió?

Simón río delicadamente al ver la cara de Ámbar viendo su postre, ciertamente tampoco entendía porque éste se movía pero no le tomó importancia.

-Hice el desayuno, ciertamente no soy muy bueno en esto, pero se supone que debo cuidarte, no? Así que toma esto -colocó un platos que contenía el desayuno más raro que jamás vió, había una masa deformada en el medio con una taza de té, y unas frutas... ¿machacadas?

Ella sólo lo miró y él le estaba dando la sonrisa más brillante que jamás vió, la miraba atentamente con un brillo de intriga estampado en sus ojos, emocionado quería saber si el desayuno en el que implementó casi toda la mañana le gustaría a su Ámbar.

-...¿qué es esto? -preguntó picando la masa con el tenedor.

Simón relamió sus labios nervioso. -Se supone que es un Sándwich de pollo y tomate, con té y frutas.

"¿¡Eso era un Sándwich?!"

Parecía una torta frita aplastada por un camión, incluso se desinfló un poco al pincharla.

Simón al darse cuenta de la cara de Ámbar volteó y tomó el pote de azúcar en manos, tal vez necesitaba dulzura. -A por cierto... -murmuró de espaldas llamando su atención-. Buenos días, Ámbar -volteó a mirarla otra vez, con esa singular sonrisa en él, Ámbar podía sentir que ésta le transmitía tranquilidad-. ...Te ves más hermosa que ayer -continuó giñandole un ojo.

Y ahí está el Simón Normal.

Suspirando dejó el tenedor en la mesa y se paró de la silla. -Buenos días, no tengo hambre -tomando su mochila caminó con la intención de irse.

Intención porque la fornida mano de Simón tomo delicadamente su muñeca. -¡Hey!... ¿pues no vas a comer? -ella solo giró los ojos.

-No, no voy a comer.

Simón se acercó lo suficientemente cerca como para juntar sus frentes, su mirada se relajó y sus manos se posaron suavemente en la cintura de la chica acariciándola con los pulgares. Ella no se inmutó jamás dejaría verle a Simón el efecto que todas estas cosas le provocan, jamás se dejaría ser otra más de las chicas que se derriten bajo el coqueteo de Simón Álvarez, por esa razón no desvió su mirada de los ojos ajenos, eran como si pelearan, pero Ámbar tenía los ojos bien abiertos, intimidantes, hacía él... y él siquiera miraba sus ojos, su atención dirigidas a otras zona...

Sus labios.

-Pero... Yo hice éste desayuno para ti con mucho amor -Simón ladeo su cabeza sin despegar su mirada de los belfos de ella, su voz degradó unos tonos y se encontraba prácticamente susurrando contra sus labios, su suave aliento a menta estrellando directamente en estos, y Simón quería estrellar otra cosa contra sus labios... bueno, varias cosas-. Yo quiero que salgas de aquí... -deslizando su mano de la cintura innecesariamente más de la cuenta la sacó, haciendo sentir a Ámbar un cosquilleo donde anteriormente la gran mano de este quemaba su piel al acariciar sobre la ropa con sus pulgares.

Ahora la mano estaba moviendo con delicadeza unos mechones rubios de cabello hasta ponerlos tras su oreja, los dedos de Simón acariciaron su mejilla al hacerlo. Y por fin quitó los ojos de sus labios y miró unos segundos los de ella, antes de lentamente irse acercando más y más. Ámbar tragó saliva cuando los labios del chico rozaron su mejilla hasta llegar a su oído. Inconscientemente ella inclinó la cabeza a un lado. Sentía un ligero ardor plantarse en sus mejillas y sus manos fueron a parar a los hombros de Simón.

Sentía su cuerpo estremecerse, el calor que emanaba el cuerpo del chico, más el quemar que sentía en su cintura al nuevamente tener dos manos acariciando la zona con sus pulgares, su mejilla que fue indirectamente besada por los labios del chico hormigueaba, ni hablar de sus mejillas que quemaban, y sintió sus piernas flojas. Más el peor de todos y el más torturado era su pobre oreja, la cual llevaba más de 10 segundos siendo atacada constantemente por la respiración irregular de Simón, haciendo que sucesivamente corrientes eléctricas bombardearan una y otra vez su espina dorsal. Y si así se sentía ahora con lo que viene a continuación deberá ser muy fuerte, pues Simón se acercó más hasta que sus labios tocarán superficialmente su pobre y roja oreja-. ...rellena de mi amor -terminó estrellando sus labios en esa rojiza zona, haciendo que Ámbar apretara el agarre en sus hombros y cerrara sus ojos unos segundos.

Simón dejó otro beso, y planeaba dejar otro y otro, pero un puntapié calló directamente en su pantorrilla y lo último que vió fue a Ámbar soltar un gruñido y salir de ahí con mochila en mano.

Sujetando su pantorilla Simón río.

Dia 1: "Cocinarle con amor."

Completado con percances.

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Holaaaa gente de youtube ahre. Acá les dejamos el siguiente capítulo de esta novela. No se olviden de seguir a MxstxrSwxg ♡.

Simón, el pervertido. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora