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Ámbar.

En su vida se había sentido así, estaba nerviosa, con la respiración entrecortada, sus pupilas bien dilatadas, la garganta seca, estaba enamorada. Se apoya contra la puerta del baño mirando al espejo que se encontraba frente a ella, parecía otra Ámbar, esa Ámbar que se había ido cuando sus papás se fueron de viaje y nunca volvieron, esa Ámbar que existía en un pasado lejano, y que ya no volvería, o al menos eso creía.

Se acerca al espejo con cuidado, como si tuviera miedo de que se rompiera. Pasa una mano acariciando su rostro por sobre el espejo, definitivamente no era ella.

-Vamos, Ámbar, abrí la puerta -escucha que la llama Delfina, golpeando la puerta del baño-. Abrí y decinos que pasa, ¿por qué reaccionaste así?

La rubia no contestaba, se aferra a la mesada de los lavabos y cierra los ojos, no podía mostrarse débil, y menos ante ese... Nuevo Simón.

-Ya voy, ya voy -dice sin dejar de mirarse en el espejo-. Denme un segundo -se lava la cara y se arregla el maquillaje, si chicos, estaba llorando.

Abre la puerta, no sin antes mirarse una última vez, y mostrando su mejor sonrisa de victoria sale del baño.

-Ámbar, ¿ese chico te conoce? -pregunta Jazmín curiosa-. O sea, ¿se conocen?

-Ay no Jazmín, por el amor de Dios, me debe haber confundido con otra Ámbar, ¿vieron lo que dijo? "Soy yo, el amor de tu vida" -suelta una risita sarcástica, pero en el fondo sabía que así era, sólo que no lo admitía-. Por favor, yo no me enamoro, no, nunca -dice firme y seria, pero ambas chicas la miraban con desconfianza y riéndose, las dos sabían que no era así, la conocían muy bien.

-Ajá, si, lo que vos digas Ámbar -suelta Delfina y suena la campana, así que las tres entre risas y miradas de los chicos se dirigen a clases.

(...)

-¡Ámbar! -escucha a sus espaldas, una voz de chico, sabía perfectamente quién era-. ¡Hey esperá!

Se voltea y se encuentra con la mirada del chico castaño, el italiano que ahora era su mejor amigo, y hasta hace poco había sido su novio.

-Matteo, ¿qué pasa? -lo mira con una sonrisa ladina y le planta un beso en su mejilla.

-¿En serio no te acordás? -ríe, y entonces la toma de la cintura y se acerca a su oído-. Feliz aniversario, mi amor -y seguidamente la besa, la besa como nunca.

"¿Qué? Pero si nosotros no somos novios.. Qu--"

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el beso que Matteo le dió quien sabe porque.

"¿Que hago?"

Sin saber que hacer corresponde al beso poniendo una mano en su mejilla, y la otra mano en su pecho. Se separa lentamente y lo mira algo confundida, eso no estaba bien, pero tampoco estaba mal... Al menos eso parecía.

-Matteo yo... -lo mira y entonces ve a lo lejos a Simón mirándolos con una expresión un poco rara. Sonríe maliciosa y decide seguirle el juego a Matteo-. ...Feliz aniversario.

Sonríe nuevamente y entonces lo besa otra vez, toma su mano, dirige la mirada a donde estaba el mexicano y salen del estacionamiento juntos, tomados de la mano.

(...)

Una vez afuera volteó para ver a los ojos a el italiano con una sonrisa en sus labios.

-Wow, eso fue... ¿cómo sabías que él...? -se calló al ver a Simón saliendo por la puerta principal.

Este miraba de manera seria hacía el frente con las manos reposando en sus bolsillos, y con una mirada desinteresada camino hasta quedar a su lado, Ámbar no se movió mirando de reojo al chico mientras que Matteo apretaba sus manos. Simón soltó una risita, haciendo confundir a la rubia. Este miró a Matteo, luego a Ámbar y nuevamente al italiano.

Y levantando una ceja habló. -Lindo beso, lindo beso -una risa amargada se escapó de sus labios ladeando la cabeza en dirección a Ámbar-. No son nada comparados a mis besos, pero no se vió mal, aunque... -se inclinó lentamente a la rubia sin apartar la mirada de ella-. ...Yo te metería la lengua de una.

Ella queda totalmente atónita a su comentario, cada vez estaba más segura que el demogorgon se había llevado a el Simón que ella recordaba.

-¿Pero qué decís?, ¿Estás loco? -habla el italiano, y el morocho le dirige una mirada desinteresada.

-No, sólo estoy siendo realista. Adiós, bonita -le tira un pequeño beso guiñandole el ojo y se va chocando su hombro con el del italiano.

Y ella quedó locamente atontada y con los sentimientos muy confundidos, ¿que digo muy? super confundidos.

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Holaaa, bueno el tercer capítulo :). ¿que opinan les gusta el Simón pervertido? A mi me encanta xdxd. No se olviden de seguir a MxstxrSwxg que es la otra autora ♡.

Simón, el pervertido. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora