Simón.
-¡Luna! -Simón separó a la pequeña castaña que poseía una sonrisa maligna en sus labios-. ¡¿Por qué hiciste eso?! -murmuró tocando sus labios, sus labios... ah..
Los labios que había jurado no besar a ninguna chica, otra vez, que no fuera Ámbar Smith.
Pero ahora, sus labios... ay...
-¡Soy un maldito infiel! -gritó ignorando completamente la charla que la chica le estaba dando hace como 5 minutos.
Luna simplemente puso sus ojos en blanco. Sabía que esto pasaría. -Simón, cálmate.
-Nunca podré, nunca lo haré... que se supone que haré...
Luna tomó su hombro y lo agitó. -Simón, escúchame.
-¿Cómo explicaré esto? Rompí mi promesa... ya no podré... ¡ya no podré casarme! -expresó exaltado. Su voz rebasando en preocupación y desesperación al imaginar no poder hacerla su esposa aún si quisiera.
Y Luna ahora estaba deseando dejarlo sin hijos de ¡Tremenda patada que le iba a meter en los h...!
-¡Mira! ¡Ámbar desnuda! -gritó señalando un árbol.
Simón volteó a ver en todos lados rápidamente. -¿Cómo? ¿¡Donde?!
La chica sólo soltó un risa. Sinceramente amaba como era su amigo. -Ya, Simón... he tratado de decirte algo hace muchísimo tiempo, y tú no me prestas atención -habló haciendo un puchero.
Simón volteó a verla apenado. -Ay, lo siento mucho, Luna -murmuró-. Es que... ¿Por qué hiciste eso?
La chica miró para todos lados y acercó a Simón tironeando de su muñeca. -Es que... promete que no te enojarás... -Simón asintió y ella largó un gran suspiro, bien, aquí vamos.
-...Ámbar nos estaba viendo -habló de manera tan rápida que él tuvo que parpadear unos segundos antes de entender.
Luna simplemente cerraba sus ojos y tapaba sus oídos, para lo que se le venía.
-¿¡QUÉ?! -Simón gritó llamando la atención de algunos personajes terciarios no importantes en la historia que pasaban por ahí.
-¡Simón! ¡Cálmate! ¡Cálmate! -Luna estaba abrazada al torso de el mexicano, y al mismo tiempo a un poste con las piernas, mientras éste luchaba por zafarse de su agarre.
-Suéltame, suéltame. Seguro ahora piensa que soy un coqueto, ligón, y que no me la tomo en serio -gritaba mientras pegaba manotazos y sacudía, su cuerpo en un intento en vano de librarse de su amiga.
¿Desde cuándo Luna tenía más fuerza que él?
-¡Déjame explicarte! -gritó, pero al ver que su amigo se negaba a escuchar y simplemente ponía toda su concentración en escapar de ella, continuó con la esperanza de que Simón la escuche-. ¡Lo hice por ti, Simón! ¡Lo que ella hace es malo para ti, me oíste? Primero te rechaza, luego te deja que la abraces y pasaron la noche entera viendo películas en tu computadora, luego se besa con su novio frente a ti, y te rechaza otra vez! ¿Qué hará después, eh? ¿Dejar que le tomes de la mano, y besarla para luego rechazarte otra vez?. ¡Ella seguro piensa que te tiene a sus pies! ¡Yo lo hice por ti, Simón! ¡Para demostrarle que no siempre va a tenerte a sus pies!
Para este punto los brazos de Luna se estaban cansando, tenía piernas fuertes, pero no brazos. Respiraba con dificultad ya que gritar y hacer fuerza, siendo lo único que esté tocando el suelo un poste en el que estás colgada de un extremo, siendo el otro tu mejor amigo... cansa.
Pero estaría todo el día así si con eso podía hacer entrar en razón a Simón.
Haría lo que sea por su mejor amigo, porque eso hacen los mejores amigos.
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Simón, el pervertido.
Fanfiction-¿Podrías, por favor, parar un poco? -gruñó enojada Ámbar alzando las manos exasperada, mientras Simón solo se dedicaba a reír. -¿Pero qué tiene de malo que te diga que estás muy bonita hoy? -preguntó vertiendo el té en la taza frente a la chica. Á...