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Simón.

—Tarado, eh —la voz de Luna resonó contra su oído.

Simón solo suspiró. —¿Pero por qué me dices así? —preguntó sentándose en el inodoro del ya conocido baño.

—Mmm... tal vez porque me dijiste que ella te ignora cada vez que te ve, también dijiste que te dolía cuando rechaza tus regalos, y que en realidad ella besa y abraza a su novio en frente tuyo, yo.. Oye, Simón. ¿Crees que está bien que sigas haciendo tanto por ella y que no lo valore? ¡Además, hace todo eso aún sabiendo lo que sientes por ella! Esto tiene que parar, eh! —la voz de Luna era fuerte y enojada... bueno, más bien su voz sonaba preocupada por el futuro ánimo de Simón. Ella realmente no disfrutaba de la situación que éste estaba pasando.

No, ella no lo hacía... Ni Simón. —Lo se... pero yo...

—Tu la amas, lo se —lo interrumpió—. ¿Pero está bien amar a alguien que te hace tanto daño? Es, ahg.. ¡mira, Simón! Incluso ahora estás... espera ¿Dónde estás? se oye una acústica grandiosa...

—En el baño —contestó abriendo la puerta del cubículo y sacando la cabeza al oír un ruido.

Perfecto, estaba vacío.

Luna soltó un suspiro. —¿Y qué haces ahí? —ya sabiendo la respuesta, desde su casa, dobló la última prenda de ropa, antes de cerrar su maleta.

—Estoy aquí, porque ella me rechazó cuando le dije que la amaba, y que ya tenía al estúpido de Matías —murmuró frustrado recordando el momento en el que la acorralo contra los casilleros dedicándole una vez más todos los sentimientos que tenía por ella, eso cada día se los demuestra pero esperaba que fuera algo diferente.

Dolió, dolió como la mierda cuando ella lo apartó y más aún cuando él quiso besarla, pero nuevamente se apartó. Y al final, como en un principio él quería obtuvo algo diferente, lástima que existan demasiadas cosas diferentes en el mundo ante una situación...

Pero no le dolía, no le dolía el rechazo ante su propuesta de aunque sea darle la oportunidad.

Oh, claro que no

Como que su estúpido novio... ¿Marcos?... ¿Matías?.. que importa, pero él llegó y se la llevó.

Pero no le dolía, claro que no.

Como que... está vez en serio se sintió raro ante su rechazo.

Muy raro... pero no dolía, esto siempre era así.

Desde hace días, semanas. Siempre es así.

En serio, no le dolió cuando ella le negó sentir algo por alguien como él. 

No, claro que no le dolió cuando ella lo llamó con ese apodo... de una manera... asquerosa.

"...Pervertido."

No, no le dolía, además... Él no era pervertido, solo hormonal.

No es su culpa, es solo la edad...

Nunca quiso meterse al baño cuando ella estaba apunto de bañarse a propósito.

No fue su culpa, en lo absoluto.

Suspirando, reposó su cuerpo contra la pared del baño.

Todo eso no le dolía para nada. —¿Luna, crees que soy pervertido? —preguntó.

Luna inmediatamente al escuchar eso iba a afirmarlo por completo, pero algo no la dejó hacerlo. La voz de su amigo se oía débil, forzada, quebradiza... rota.

—¿Simón, estás bien?

Simón levantó la vista del sus zapatos al techo del lugar cuando la voz de su amiga se volvió a oír desde la línea del celular. Ligeras lágrimas cristalizaron sus ojos acechando con salir, mientras estos se colorearon de un tono rojizo.

—Claro que estoy bien, es solo Ámbar rechazandome... esto es normal... ¿Por qué...? ¿Por qué debería afectarme esta vez, eh? —murmuró con su voz pendiendo de un hilo, apunto de quedarse de dolor.

Pero ¿Por qué? Si a él no debía dolerle, ya estaba acostumbrado a esto... Aunque tal vez le hacía sentir mal el hecho del rechazo cuando él pensaba que mínimo tendría una oportunidad, es que él podía sentir que no era el único en sentir algo.

Él no era el único enamorado.

Desde hace tres semanas, en la habitación de Ámbar, cuando la luz se cortó pudo sentirlo, su corazón latía tanto como el suyo.

Tal vez es su culpa sentirse así, él se ilusionó con la estúpida idea de que ella podría amarlo.

Él era el único estúpido que estaba enamorado.

Tan enamorado que tuvo que reunir el valor para hacer el paso del "Día 3", durante tres semanas.

Tal vez no debió darle apodos, cumplidos y regalos en esas semanas para anticipar el tercer paso del dia tres... Tal vez fue muy exasperante para ella.

Él era el único estúpido que pensó que podría generar amor en Ámbar, pero no le dolía... no, claro que no.

Lo estaba matando, porque aún la amaba.

Y seguiría luchando por ella mientras su corazón siga latiendo brutalmente con tan solo recordar ese abrazo.

No, no lo haría.

Día 3: "Abrirle tus sentimientos a ella."

Fracasado totalmente.





























































—Eres la persona más pervertida que conozco —respondió la morena—. Pero eso no significa que sea algo malo.

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Y hasta aquí con el capítulo 8. Me dijo MxstxrSwxg que pueden insultarla por el capitulo tan sad xdxd. Nah, mentira. No se olviden de seguirla yyy nos vemos en el prooximo capítulo.

Simón, el pervertido. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora