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Me despierto de un sobresalto pues llegué a creer que habia sido una mala pesadilla, pero, al abrir mis ojos veo a Wanda a mi lado pero mirando a un costado, mi cabeza da vueltas y no puedo enfocar mi vista asi que solo puedo suponer lo que estoy viendo.

-Victoria, creí que jamás despertarías- Escucho casi como un eco la voz de Natasha, quien entra con una que otra herida, yo miro en su dirección y Wanda voltea a mirarme.

-Qué pasó? -Digo apenas moviéndome lentamente ya que puedo sentir mi cuerpo completamente adolorido.

-Recibiste algunas quemaduras por la explosión que causaste, fue totalmente una  locura- Dice Wanda tratando de respirar ondo- Pero si no fuera por ti no sabría que hubiera pasado con nosotros.

Ni siquiera tengo tiempo de contestar cuando veo a un hombre entrar, lo conozco, y como no hacerlo, para mi suerte detrás de él se encontraba Steve entrando a la habitación, su rostro es inexplicable, puedo asegurar que me duele que me mire asi y con toda razón lo hace, hice todo lo que el quería evitar que hiciera.

-Hola, no nos hemos presentado, soy Jim Rodhes, tal vez me conozcas como...

-Maquina de guerra, te conozco- Digo alejando mi vista de Steve, Natasha decide salir de la habitación y Wanda se va tras de ella, puedo asegurar que la tensión puede sentirse- Tu has sido quien me saco de la explosión?

-En cierta forma, si, lo hice, no fue tan sencillo, quedaste inconsciente casi al instante, pero boom, aun puedo hacer algunos trucos- Dice tratando de sonar alegre, yo solo puedo mirar unos aparatos en sus piernas, quiza también se ha lastimado, no lo se. Sonrío muy apenas en forma de agradecimiento, ni siquiera puedo sentirme capaz de hablar con la mirada de Steve en mi, puedo sentir un gran regaño muy cerca, quizá no quiera ni hablarme más.

-Nos dejarias solos un momento Rodhe?- Dice serio con su típica posición de brazos cruzados, yo por los nervios ante su petición, trato de sentarme en la camilla en la que estoy, el ardor de las pocas quemaduras que me hice se siente horrible pero este es el momento menos indicado para mostrar dolor físico. Un momento después nos encontramos estamos solos y Steve caminando hacia mí mientras yo cierro mis ojos, no tengo ni siquiera las palabras para responder a lo que sea que me dirá.

-Antes que nada debo preguntar, en que estabas pensando- Se sienta en una silla a mi lado y yo bajo mi mirada.

-Me dijeron que estarían en peligro y para ser honesta no pensé y vine a buscarlos, Steve, yo tenía miedo de no verte nunca más- Digo mirando las marcas de mis brazos, no soy capaz de querer saber si algo habia pasado en mi rostro.

-Mucho de lo que hice fue para evitar esto, y decidiste ponerte en peligro y terminar aquí herida- Su voz cambia levemente de tono y miro por fin su rostro, hay enojo y tristeza al mismo tiempo, ahora él mira mis heridas, no son la gran cosa, sanará pero el dolor si es algo intenso.

-Lo hice por que creí que si me habían dado todo eso era porque podría ayudarlos y creo que lo hice, Steve, por fin ayude en algo- Acerco mi mano a la suya y él la toma muy delicadamente.

-Me ayudaste desde que te conocí, ayudar no solo esto, también lo es cuando se es una buena persona- Levanta su mirada a la mía y oficialmente me quedo sin palabras, lo que dijo es tan real que me siento estúpida por creer que él no apreciaba mi compañía como ayuda.

Se levanta de la silla y creo que esta por irse pero se sienta en la orilla de la camilla y acaricia mi mentón, tal vez pasar por todo eso si valió la pena, lo estoy viendo una vez más. No puedo soportar un segundo más y lo abrazo casi rompiendo en llanto, el dolor físico se vuelve nada al sentir como me corresponde, me alejo un poco y acaricio leve su barba, al final nuestros labios se unieron mientras mis mejillas estaban empapadas.

...

Guerra contra el tiempo [Steve Rogers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora