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Podría creer que después de este día la humanidad ha llegado a terminar totalmente rota y sin esperanza, pero en realidad estoy segura que este aún no es el fin, al menos no el mío.
Se que puede sonar una locura pero realmente no sé qué es lo que ocurrirá, mi cabeza está hecha un lío y no sé si he enloquecido, solo sé que a dónde me dirijo es donde debo estar hasta volver a ver a aquellos que he conocido en todo este tiempo.

Esperaba la carretera hecha un desastre, personas intentando huir de lo que sea que los ha asustado, autos a gran velocidad para llegar lo más lejos posible, pero, no es así, después de conducir toda la noche solo he visto unos cuantos autos en los cuales quiénes van dentro se ven tranquilos o al menos es como puedo verlo, algo que no puedo sentir desde ayer, algo que puedo asegurar se me ha ido, tranquilad.

Mirando al frente me doy cuenta que aún falta mucho para llegar, suspiro rendida pero tratando de tomar fuerzas para seguir conduciendo, algo que puede ser un tanto complicado ya que voy sola, dejando a mi familia detrás esperando que estén bien a lo largo de mi nueva ausencia, también lo tuve que dejar ir a él, aquel que me inspiró por años, se robó mi corazón y ahora me ha dejado por un bien mayor, por lo que parece ser una guerra, por el mundo entero podría decir.

Pienso en la llamada, en lo que debo hacer y en lo que dijeron podría pasar, no han dicho quien, tampoco han dicho como, pero le llaman código rojo. Suelto una risa, sin ganas realmente, todo esto suena como una película, mi vida sería una buena película llena de tragedia y comedia por mis tonterías, pero debo darme crédito, esas tonterías hicieron que Steve me hablara cuando nos vimos por primera vez, nada mal.

Las horas pasan y por fin ya he llegado a la ciudad, aproximadamente en media hora debo estar en el lugar acordado, todo luce normal, algunos rostros de pánico y los noticieros con las muy malas noticias de la desaparición de personas y también la que más me preocupa, la de Tony Stark. Trato de concentrarme pero aún así mis manos sudan mientras tomo el volante, soy solo una chica, pero parece que puedo dar más de lo que siempre creí, o bueno eso creen ellos, también lo creia hasta que mis nervios se apoderaron de mi en cuanto llegué a la ciudad.

Pasados unos minutos en los que he estado dentro de mis pensamientos puedo notar que el tráfico empieza a empeorar, sacudo mi cabeza levemente tratando de concentrarme de nuevo, miro por las ventanas y hay muchas personas que miran expectante el cielo, comienzo a sentir algo de miedo y bajo el vidrio para asomarme y algo no anda bien, realmente algo está pasando y no creo que sea bueno, bajo mi mirada sintiendo mi respiración pesada y veo el nombre de la calle, a solo unas cuadras es donde debo verlos, y debo llegar antes de que algo pasé.

Trato de estacionar el auto en algún lado para poder bajar y cuando lo hago inmediatamente comienzo a caminar con rapidez, el número de gente en las calles comienza a aumentar, trato de no perder el rumbo y siento todo pasar muy rápido a mi alrededor, no debo distraerme está vez pero al cabo de unos segundos todo empieza a empeorar, algunos comienza a correr, otros gritan asustados y ahí es donde ya decido detenerme a mirar.

- Que demonios, no puede ser...- Digo totalmente confundida para parpadear rápidamente, debo estar alusinando, lo creo imposible hasta que delante mío unas personas literalmente se desvanecen, como si el viento se las hubiera llevado, como si se hubieran desintegrado en solo una fracción de segundo. Puedo sentir el pánico como nunca y mis ojos se tornan vidriosos pero debo correr, no puede terminar así, debo llegar.
Corro sin detenerme, esquivando personas y viendo desaparecer a muchas otras, veo que antes de llegar a el lugar se detiene un auto a lo lejos, me detengo en seco y los veo bajar de el, la sorpresa y confusión se refleja en sus rostros, parecen charlar un segundo y comienzo a correr a ellos, mientras me acerco siento como todo se me va de las manos, María Hill también se ha desvanecido, me detengo por el terror que eso me causa pero de inmediato sigo hasta llegar a Nick Fury, estoy a solo unos metros y lo veo sacar algo de su bolsillo, estando a nada de llegar a él puedo presenciar como también se desvanece.
Tanto mis ojos como mis piernas no lo soportan más y caigo de rodillas en el asfalto en donde ellos se han desvanecido, mis ojos dejan salir lágrimas de pánico mientras a mi alrededor el mundo se desvanece y quiénes aún quedan corren totalmente aterrados.
Y ahora que pasaría? Como sabré cuando comenzar lo que debo hacer? Ahora quién estará al mando? Pero lo que más me aterra es que no se si yo también voy a desaparecer, acaso en cualquier segundo me iré como todas estas personas?
Cubro mi rostro para quitar mis lágrimas y después abrazarme a mi misma, espero unos momentos y nada ocurre, entonces miro hacia el suelo y veo el artefacto que había sacado Fury de su bolsillo, lo recojo y ahí veo que todo ha comenzado, la señal ha sido enviada, tal parece que si no desaparezco todo lo que sigue está en mis manos...

Me pongo de pie con las fuerzas que me quedan pues ya sé que debo hacer.

Guerra contra el tiempo [Steve Rogers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora