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Veo que alguien brinca la barda del patio seguido por otros tres hombres, por un momento juro que pienso que estoy alucinando pero cuando abro la puerta de casi un golpe y llamo su atención estoy segura de que esta vez si son ellos.

Mi atención más que nada se centra en uno solo, cualquiera podría deducir a quien me refiero, y él también me ha mirado, estoy a segundos de correr hacia su dirección pero mis piernas no responden, solo una gran sonrisa se forma en mi rostro, por un momento no hay nada ni nadie más aquí, él esta herido y puedo verlo en mal estado pero aún asi verlo después de días me hace volver a estar tranquila.

En momentos como estos siempre puedo sentir que todo va muy rápido pero a la vez es tan lento que puedo decir que parece detenerse la rotación del planeta solo para que viva con plenitud el momento.

Mentiría si digo que pienso actuar con madurez y solo recibirlos asi que prefiero dejar de pensar y me acerco a paso lento pero a cada que me acerco me apresuro más, él se esta quitando el sudor de su rostro mientras me ve, tiene toda la intención de sonreír y yo sonrió aún más justo antes de abrazarlo con toda la fuerza que mis brazos me permiten, también mentiría su digo que no lo extrañe tanto que puedo sentir que ahora lo que antes era confuso ahora es muy claro.

-Victoria, estoy tan aliviado de verte- Dice tratando de responder mi abrazo pero es casi imposible pues yo estoy abrazándolo como si no hubiera un mañana.

-Tal vez puedas imaginar como me siento yo, Steve, no me vuelvas a dejar ni siquiera un día- Digo riendo levemente con mi cabeza en su hombro o tratando de alcanzar su hombro pues es enorme.

-Tanto me extrañaste? -Dice con lo que puedo sentir es una sonrisa y seguido de un leve quejido de dolor-

-Ni lo dudes- Me separo un poco y lo miro preocupada- Dios mio estas pésimo, yo arreglare esto.

Escucho un carraspeo y una tos falsa de fondo, mi pequeño momento de armonía y amor se rompió, que mal enserió olvidé todo.

-Parece que para la niña somos invisibles ahora- Dice riendo con las cejas levantadas Sam, típico de él.

Mi mirada se posa en Sam negando riendo, espero no estar sonrojandome de pena, después miro a Scott que esta recargandose en Sam el igual se ve mal pero siguen riendo eso es bueno, y al final veo a mi amigo, esta sujetándose un costado mirando un punto fijo del suelo pero parece sentir mi mirada y sonríe de lado.

-No pienses eso, Sam, es solo que extrañe mucho a Steve -Digo tratando de ocultar en mi mirada el hecho de que estoy enamorandome, aun más.

Trato de abrazarlos a ambos y beso sus mejillas, algo que no se me ocurrió con Steve, fantástico, voy hacia James y lo abrazo sin lastimarlo, ya extrañaba las largas charlas y peinar con mis manos su cabello.

-Esta muy herido, soldado, tendrá que ir a enfermería- Digo en tono de broma separandome y mirándolo.

-Al menos he vuelto preciosa- Dice cansado pero tratando de sonreír, yo río y golpeo su brazo de metal provocando que sienta yo el dolor de mi golpe en lugar de él.

Scott y Sam ya se encontraban entrando a la casa, Steve había tomado las cosas que habían traido consigo y se encontraba esperandonos con su media sonrisa que lo hacia ver tan dulce pero correcto a la vez bajo esa gran barba.

...

Guerra contra el tiempo [Steve Rogers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora