CAPITULO 15: UN MANGA YAOI: TERCERA PARTE

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Aun recordaba ese día claramente.

¿Como olvidar el día en que te empezaste a interesar en esa persona especial?

Era imposible. Si de verdad amabas, hay que recordar pequeños detalles como esos. Mas cuando son así de...Extraños.

"Nnnh ¡Mucho mas duro! ¡Que grande!"

Era hace un año de ese suceso que lo marcó a fuego. Simplemente "todos" se habían ido de la mansión aquel día, era un importante encuentro en el inframundo donde se decidiría como administrar a los nuevos vampiros mestizos que acababan de ser convertidos. Pero el no quiso y huyó a ultimo momento, dispuesto a disfrutar de la mansión ya que cuando estaban sus hermanos lo menos que hacia era disfrutarla, entre roturas, gritos y obsesiones con mantener todo bajo control no había nadie que quisiese estar ni un segundo mas ahí.

"Así, así ¡Continua así...Ah!"

Entró desperezándose con gran alivio, mientras veía el vacío recibidor, hizo lo de siempre, acudir a su cuarto. Subió las escaleras.

"¡Tómame mas fuerte!"

Ya estando en el segundo piso escuchó los irrefrenables gemidos de una mujer y ¿El nombre de su hermano?, literalmente corrió hasta la habitación de donde provenía aquellos sonidos. Nunca en sus cortos años de una gran vida que le quedaba por delante, había visto o siquiera escuchado rumores de el implicado en cosas sexuales. Claro, nunca lo creyó un virgen, pero tan reservado como Reiji en ese sentido. Ellos eran vampiros que a diferencia del resto de sus hermanos, no hacían de su vida nada público, ni siquiera sus familiares sabían algo en esos temas. Solo se supo una vez que Reiji era un Sádico hasta en las relaciones de ese tipo, pero el, el era muy vago asi que de seguro tendría sexo muy de vez en cuando por el desgaste físico que eso implica...Algunas veces se lo había visto mordiendo a alguna que otra joven, pero nada mas que eso, la usual escena de su hermano durmiendo en cualquier parte era la que mas frecuentaba y aquella que todos conocían.

"Más, Shuu-samaaaa..."

Otro grito de gozo. Tragó saliva y puso su pálida mano en el picaporte, preguntándose porque sentía curiosidad por lo que pasaba allí adentro. Sudó frío y lentamente giró aquella perilla de bronce que lo separaba de lo que seria el comienzo de todo. La puerta se abrió.

Una hermosa mujer rubia y de grandes atributos estaba en una posición de cuatro y atrás el rubio tomándola por el pelo de manera agresiva y penetrándola a un ritmo bestial. La nombrada en cuestión tenia una cara de plenitud y éxtasis sacada de las mejores películas eróticas que halla visto, disfrutaba de tal manera que era increíble pensar que el "Vago" era capaz de crear tales cosas en ella. Ahora que lo pensaba, ya no podría llamarlo vago nunca mas. Se preguntó si sus hermanos sabían de esto, porque si era así entonces...Sacudió la cabeza dejando de pensar cosas innecesarias y levantó la vista hacia el rubio, quien no tenia una expresión de puro placer, pero conservaba un físico infernal y una expresión tan provocadora que tuvo que procesar la imagen unos largos segundos para luego darse cuenta de que lo que estaba haciendo estaba mal.

¿Porque quedarse mirando a su hermano teniendo sexo si la mujer debería de haberle interesado mas por naturaleza?

Mejor aun, ¿Porque espiar tal escena?

Sacudió la cabeza y cerró la puerta despacio, tal como la había abierto y sin perder el control. Se dio una bofetada con la mano derecha y caminó hasta su cuarto. Una vez allí adentro se juró y perjuró que no había visto nada. Usó varios métodos de auto-convencimiento para dejar de solo pensar en su hermano en ese estado. Nunca antes lo había visto siquiera un poco lindo, y ahora era un sex simbol salido de revista. ¡Eso era inusual!

Diabolik Lovers: ¿Me enseñas a amar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora