Diabolik Lovers: ¿Me enseñas a amar?

CAPITULO 23: EL SHOW DECISIVO.

¿Que era ese sentimiento que recorría todo su cuerpo y se reflejaba en su sonrisa?

Ah si, felicidad.

Es que nunca hubiera imaginado al pelirrojo apoyándolo de tal modo. ¿Como era que una sola persona podía brillar tanto entre la multitud sin siquiera ser el artista invitado?, imaginaba su dulce voz, cantando su canción de una forma hermosa, inclusive podría fantasear con una sonrisa sincera de ese precioso ser que se encontraba en la platea VIP del lugar. Siguió cantando, bailando...Intentando no distraerse con aquel Sakamaki que le robaba todas las miradas. Despues de todo, su publico merecía que le presten algo de atención. ¡Para algo pagaron aclamando al gran Kou!, aún así, costaba despegarse de esa imagen tan añorada que lo incitaba a tirar el micrófono y correr hasta el para robarle un beso.

No supo en que momento, se escuchó cantando a sí mismo esa canción pegajosa, mas que la de los comerciales. Pero allí estaba, ese show parecía hacerle querer bailar y cantar a todo momento. Por un breve instante, reconoció el talento en ese rubio como para animar a todo ese enorme publico. Ese idol prometía mucho en el mundo de la música, y ahora podía asegurarlo con facilidad, aunque claro que no en voz alta. Se refrenó a sí mismo y dejó su boca cerrada, disfrutando del espectáculo. El público había coreado para que cante otra canción, y otra, y otra, el rubio accedió extendiendo una hora de mas el show. Para media noche ya todo había terminado.

Las luces se apagaban en el escenario, mientras sudando como loco, se dirigía a su camerino. Una vez allí, literalmente se echó una botella de agua encima. Sus piernas estaban cansadas, flaqueaban, y su voz era un hilo fino y suave mas o menos audible. Era como haber echo una maratón de ejercicio de como cinco horas o mas. Bailar y gastar el aire de los pulmones al mismo tiempo para brillar por sobre la voz de miles de personas gritando, no era cosa fácil.

-¿Vamos a usar el meet and greet?- Preguntó el de orbes lilas, ya habiendo bajado a Teddy de sus hombros, saltando por entre los asientos vacíos de la gente que se iba rememorando el gran momento.

-¿Que rayos es eso de M-meet and...Greet?- El albino caminaba escaleras a bajo con el resto de sus hermanos, entendiendo poco tal término en inglés.

Se sentía bien de echo, una salida todos juntos, con eso tan conocido como calma, con esa sensación que nunca creyó conocer: Familia. Porque todo se acomodaba poco a poco, porque a medida que creaban nexos los unos con los otros, se podía oler cierto afecto, o al menos ese ambiente de peleas frías y despiadadas de odios y rencores ya no era tan frecuente. Por eso una sonrisa inexplicable, sincera y llena de agradecimiento surcó sus labios a medida que veía sus pies bajando escalón por escalón. De haber mirado hacia atrás, casi un año, hubiese jurado que parecían desconocidos, pero ahora...Todo era progresivamente distinto a su favor.

-Si sigues con esa expresión...Dudo que lleguemos a la mansión.

Pero todo ese agradecimiento se fue a vaya saber donde cuando esa voz tan familiar y sensual llegó a sus oídos. Esa voz del único hermano al que no consideraba tal. Tuvo que contener un sonrojo de escala mundial para evitar que sus hermanos le preguntaran que había sucedido. Igual, lo peor era refrenar sus gritos de queja, o las tremendas ganas de doblar en dos el barandal de la escalera. Aparte, en todo momento en que se preparaban para asistir al concierto, el rubio fijaba su vista en el, como vigilandolo. Inclusive ahora, se situaba a unos centímetros, mirando a todos y a cada uno como si fueran buitres a punto de arrebatarle algo.

-Pues el Meet and Greet es un pase especial para hablar personalmente con el artista del show en el que hayas pagado la nombrada en cuestión. Hay unas contadas entradas de estas y son de las mas caras...He de suponer que Kou habrá echo de mas para que podamos ir todos.- Comentó el de lentes, mientras los Mukami restantes iban tras de ellos.