-Oye ¡Tu!, si tú, tu, la que esta ahí parada.- Decía señalando a una adolescente como el de unos diecisiete años de edad.
-¿Qué pasa?- Respondió algo indiferente a medida que caminaba hacia él.
Suspiró un poco y llevó las manos hacia los bolsillos de su pantalón con una expresión de clara resignación y quizás algo desesperado. Golpeteó en un ritmo pegadizo el pie contra el suelo -Quizás se le había pegado el estilo idol- , hasta que la fémina quedó frente a sus ojos.
-Necesito tu ayuda ¡Y no voy a repetirlo!- Sus ojos verdes buscaban apuñalarla, hipnotizarla para que quede a su merced y obedezca todo lo que él diga inquisitivamente sin chistar.
La chica suspiró aún más fuerte que el llamando su atención y lo observó detenidamente: El famoso Ayato Sakamaki y su fiel amigo: "Complejo de Ore-sama". Las personalidades engreídas le caían para la patada, era un fuego de odio interno que rebalsaba cuando se encontraba con los de su tipo. Pero con Ayato hacia una excepción ya que era jodidamente hermoso y eso era innegable.
-Pff decime que necesitas, oh, gran Oreo-sama.- Dijo con un tono de otro país e indiferente a medida que se abrazaba con un brazo a su cintura y con la otra comía un sándwich de milanesa enorme.
Se preguntaba si esa persona frente suyo era mujer o hombre. Vestía desalineada, despeinada y comía como un camionero, uno de esos hombres obesos que sudaban cada cinco minutos, que va, segundos. Luego de analizar que estaba hablando con prácticamente una desconocida de ojos café oscuro y cabellos de color castaño casi negro, alborotados como si no se hubiese peinado o el viento la odiara, volvió a recalcular su pedido, al fin y al cabo ella era su único as bajo la manga y la única experta que conocía en el tema por el cual necesitaba urgente ayuda.
-Dejaré pasar por alto tu burla, humana...Verás, tengo que seducir a un hombre. -Hizo una pausa.- Si se le puede llamar así a ese idol -Susurró- en nombre de mi honor.
-Lo sé, se de esa lucha desatada tan estúpidamente y que solo dejará una senda de rumores y a dos bandos, los que te querrán de seme a vos y los que querrán de seme a Kou...
-¡Exacto!, veo que para ser una estudiante humana y encima de intercambio de ese reggaetonero y violento país eres algo astuta.
-Se llama Argentina pibe.
-¿Pibe?- Alzó una de sus pelirrojas cejas y quiso reír. ¿Que quería decir su extraño y primitivo lenguaje?
-Nada, nada. Apuremos el trámite y decime que buscas...
-Me dijeron que te llamas Catia...Y has leído mucho, mucho...De eso.
-¿Si?
Volvió a clavarle la mirada, notando que esta vez funcionó, ya que ella desvió la mirada intentando ser disimulada a medida que daba el anteúltimo, enorme y fatal mordisco a su exquisito sándwich completo de milanesa.
-Yaoi. Necesito tus mangas yaoi, esas cosas de japoneses gays...
-Espera, espera ¿Yaoi o Shonen-Ai? Ah, hay Bara entre otros...- Preguntó de manera profesional.
-Normal, normal.
-Todos son normales.
-Tch, yaoi entonces...
-¿Soft, Hard?- Mágicamente se colocó lentes al mejor estilo Reiji.
-No quiero ver sexo, eso ya lo...Eso ya es sabido.- Se autocorrigió.
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Diabolik Lovers: ¿Me enseñas a amar?
Storie d'amoreEn un día molesto Subaru Sakamaki, deberá recurrir a la ayuda de un vago hermano mayor que le enseñará Matemática. ¿Es lo único que aprenderá?, quizá sea un buen dia para aprender sobre sus sentimientos, ¿Que siente? aunque hayan prejuicios y obstác...