Quizás no debi quererte tanto.
Quizás si te hubiese querido un poco menos...
Quizás si no te quería tanto.
Entonces solo así no lo hubiese besado.
Quizás no hubiese ocurrido.
Pero no podía evitarlo, le quería, y mucho.
Una y otra vez no dejaba de reprenderme a mi misma por lo ocurrido, por aquel beso tan...
Ni siquiera podía terminar la frase, porque había sido tan distinto a Austin, tan alejado y al mismo tan cercano a los de antes. Había sido consfuso, porque incluso ahora, luego de dos semanas no había podido hallar una palabra exacta que describiera él como me sentí, como me sentia, y no sabia si ello era bueno o malo.
Ahora, cuando ni las palabras de Megan me alcanzaban, cuando las miradas de Adam y Austin no pasaban desapercibidas, cuando a cada punto se oía un bullicio, uno muy lejano a mi. Cuando en cada jugada todos ahogaban gritos atentos al resultado, yo solo, en esos momentos, no dejaba de pensar en el error que había cometido.
Arrepentimiento y confusión, esos eran los sentimientos, y asi mismo estos no me servian de nada.
Mi mejor amiga no paraba de hablar sobre cosas trillantes, sin lograr llamar mi atención realmente.
-¡Ey!, ¿estas bien?, estas como rara...
-¿Eh?, si, solo estoy algo distraida...
Ya no me quedaban excusas, las había malgastado todas en mi estupido intento por evitar ambos chicos durante las dos últimas semanas, y dado al hecho de que hoy estaba aqui, no habia resultado.
Sabía que no me podía esconder más, durante dos semanas prácticamente habia vivido en lo de Megan, sin explicación alguna tanto para ella como para Austin, que el pobre confundido, trataba de entenderme. Le dije que necesitaba mi espacio, por el bien de ambos, le hable sobre algún cliché de pelicula, de esos "no sos vos, soy yo", y sin embargo no habia bastado, aun si le decia que me alejaba para no discutir más, y aunque ello era parte de la verdad, al mismo tiempo no lo era. Con Adam no fue tan complicado, algo que agradecia de él es que siempre me había dado mi espacio, pero eso no le impedia preouparse por mi y por mis -no- señales de vida; había recibido algun mensaje y llamada suya, los cuales fueron directo al correo de voz. Porque no estaba lista para enfrentarlos, para mentirle en la cara a mi novio, o para decirle la verdad; o para mucho menos confesarle mis sentimientos a Adam y decirle como me había sentido con aquel beso, ese primer beso después de mucho tiempo. No estaba lista para admitir lo mucho que me había gustado. Aunque parte de solo pensarlo me convertía en una horrible persona.
Era hora de enfrentar lo inevitable, después de dos semanas no tenía más excusas, ni para ellos, ni para mi mejor amiga, que durante todo este tiempo se había mantenido extrañamante discreta y en silencio, sin preguntas, sin presiones. Hasta ahora...
-Ya - murmuró, claramente cansada de evadirla con respuestas estupidas. - ¿En algún momento piensas decirme que ocurre Cass? ¡Haz estado de lo más extraña y reconozco que no solo conmigo, sino que con ellos también, ¿que suecede Cass? Sabes que puedes contar conmigo por favor...
Ahora toda su atención estaba puesta en mi, dejando atrás el partido - el cual no sabía el resultado - dejando atrás a su novio el cual jugaba en el equipo, como también dejando atrás al jugador más recientemente incorporado y el que más nerviosa me ponia, tan solo con su prescencia: Adam. Nuevamente en el equipo, como en los viejos tiempos, y al mismo tiempo no, porque toda la situación era aun más incomoda que antes. Esa noche había entrado en esas cuatro enormes paredes, prácticamente obligada por mi mejor amiga, porque según ella no podía evitar más a Ausntin, y aun asi, ambas nos habíamos quedado estupefactas al ver a Adam alli, con el equipo, precalentarlo. Y aquello había sido como un balde de agua fría, - mejor dicho agua congelada para mi - porque en ese momento, cuando mi instinto, mi mente, y corazón me decian que saliera huyendo de allí antes de que alguien me viera; bueno, aquel pensamiento había surgido demasiado tarde, porque me habian visto, los ojos de Austin lo hicieron, apareciendose frente a mi en cuestión de segundos, llenandome de miles de preguntas, agobiandome. Miles de preguntas que no conteste, porque gracias a Meg, me saco de allí lo más rápido posible, seguramente sintiendose culpable por traerme allí en primer lugar.
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Otra vez tú
RomanceVuelve la historia de Cassie Holt y Adam Parker. Pasó ya un tiempo desde que ambos se distanciaron, tomaron caminos distintos, y por primera vez Cassie siente que todo ha terminado. Pero lo que nunca terminó, vuelve a empezar, esta vez con nuevos ob...