Capítulo 17

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Acabar con su vida sonaba prometedor en su mente en aquel momento.  Apoyó la cabeza en uno de los peldaños luchando por no pegarse un tiro y renunciar cobardemente a todo.

Aferrándose al collar en sus manos cerró sus ojos y lo vio otra vez.

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— Tu cabello es el mas lindo entre todos los del mundo —

— ¡De que estas hablando! ¡El tuyo es realmente hermoso ! —

— Pero, si es color tierra — dijo apenado. — Tus ojos también son lindos— habló rápidamente.

Las mejillas de ambos se vieron teñidas por un leve rubor y la timidez los invadió, hasta que después de varios minutos el silencio se vio interrumpido.

— Minnie — susurro bajito mientras miraban el horizonte.

Jimin dio vuelta la vista para posar sus ojos en él aquel chico de mirada aniñada — Hm? —

— Por qué debes irte? — hablo apenado mientras rascaba su nariz con sus pequeñas manos para evitar mostrar la pequeña mueca que su boca formaba en ese momento.

— mis padres dijeron que era lo mejor — dijo escondiéndose entre sus cabellos rubios

— Tú quieres irte? —

— No, no quiero— al terminar la frase aquel chico salió corriendo y Jimin no terminaba de entender por qué.

— A donde vaaas? — Salió corriendo tras él, pero ya no lo vio más. Era un chico muy rápido. Caminó entre la maleza a tientas buscando pero al no verlo se sintió asustado. ¿Ya no me quiere? Se acercó a la torre que estaba en el terreno a las afueras de la ciudad conociéndolo como la palma de su mano. Sus padres siempre iban allí para los días de picnic.

Sin duda les pediría que viniesen otro día.

Cuando ya estuvo lo suficientemente cerca, se sentó juntando sus pequeñas rodillas en su pecho esperando a que su amigo vuelva.

No sabe cuánto tiempo pasó realmente cuando abrió los ojos después de haberse dormido, sollozo con sus manos bostezando y asustados cuando lo vio sentado a su lado durmiendo junto a él con la cabeza sobre su mochila.

Sin duda era un niño precioso. El mas lindo de la clase.

Se acercó tímidamente para tocar su frente con sus dedos pero el chico, Que parecía dormido. Lo jalo por el brazo consiguiendo que tropezara y cayera sobre el. — hiciste que lastimara mis rodillas— se quejo el pequeño rubio haciendo un puchero adorable.

— Eres lindo — fue todo lo que el contrario dijo consiguiendo que Jimin se ruborizó inocentemente tirado en el suelo sobre su amigo. De pronto el castaño se acomodó y siguió hablando. — Después de mucho buscar Park. Tengo un regalo para ti—

— ¿Para mi? ¿Porque un regalo? —

— Para que no me olvides. — Sonrió satisfecho. Sabiendo que tenía en sus manos un regalo sin igual.

— ¡De qué hablas! Yo jamás me olvidaría de ti — se lanzó sobre él comenzando una batalla de cosquillas. Un inocente juego que conseguía agitar de alguna forma el corazón de ambos marcando su vida para siempre.

The GuestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora