8. Propuesta

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Un Alfa, las palabras no me dejaban descansar, se supondría que eso debía alegrarme.

Pero no lo hacía.

Cambie en varias ocasiones, luego de la primera vez.

Poco a poco, me iba acoplando a esta vida, me era difícil controlar los cambios, pues no era sencillo que una simple ráfaga de aire helado, hiciera crujir mis huesos.

Pero resultaba menos doloroso, luego de varias veces, incluso comenzaba a acostumbrarme.

Ser lobo no era malo, ahora lo sabia y ahora podía recordar lo que pasaba, ya no despertaba asustado y sin saber que había hecho, ahora era meramente consciente de lo que pasaba.

La sensación de ser lobo y correr por el bosque mientras la nieve cubría mis patas, era maravillosa, un experiencia que empezaba a adorar.

Ahora mientras estoy sentado en la mesa de la cocina , con más de una manta sobre mis hombros para evitar que las ráfagas de aire, peguen en mi cuerpo y desaten el cambio, observo la computadora frente a mi, mientras busco las noticas, hace más de un mes del accidente y aún no tengo noticas de Thomas.

Pero yo ya he sido reportado como persona desaparecida, porque obviamente Isabelle no pudo hacer nada contra nuestros padres.

Tengo miles de llamas de los mismo, de Isabelle, Jace y Clary. Es una completa locura, una que debo arreglar, porque a lo que ellos piensan, estoy de viaje en Londres, una estupidez obviamente.

—¿Ese es mi ordenador?

— Sip.

—¿Me lo pediste?

—Nop

— ¿Como conseguiste la contraseña?

— Tengo mis trucos.

Se sienta frente a mi y me ofrece una taza de café que tomo gustoso.

— No hay reportes del accidente, es como si no hubiera pasado. Nadie ha reportado a Thomas y yo estoy desaparecido para la ciudad.

— Pronto debes arreglar eso.

— Efectivamente, así como debo intentar recordar que fue lo qué pasó eso día.

— Tuvieron un accidente.

— Lo se, pero... no es así como lo recuerdo, solo no creo que pasara porque si y para eso... debo presentarme al instituto.

— Ni de coña Alexander.

— Magnus, tengo que hacerlo, necesito saber que fue lo qué pasó.

— Aún no lo controlas.

— Aprenderé más rápido entonces.

— Alec, es correr más riesgo del necesario.

— Solo será una semana, solo eso necesito.

— Por favor.

Suspira y me mira.

—Una semana, yo te llevaré y recogeré y no pienso ofrecerte más.

Me levanto de un salto y lo rodeo en un fuerte abrazo.

—Gracias Magnus.

De verdad le estoy agradecido.

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