[Alec]
Colocó el ambiente en el auto, para evitar cualquier complicación, pues a pesar de controlar el cambio mejor, en ocasiones aún lo tomaba por sorpresa.
La música suena haciendo eco en la camioneta de Magnus, hace un tamborilero con los dedos en el volante al ritmo de esta.
Magnus se quedó en casa, pues no podía llevarle, esto era algo que tenía que resolver solo, el mayor me le lanzó un par de miradas entre el odio y el miedo y le pidió que le marcara a cada momento.
El teléfono suena afirmando el punto.
— ¿Llegaste ya?
— Estoy por llegar... no tienes que marcarme a cada minuto Mags, ayer llegamos a la conclusión de que ellos nunca me han visto, por lo tanto... estoy a salvo.
— Lo se, pero eso no ayuda a calmar mis nervios.
— Todo está bien ¿si?
Un silencio en la línea y luego un suspiro por parte del contrario.
— De acuerdo
— Te llamó luego Mags, estoy por llegar.
— Me gusta que me llames Mags.
Cuelga la llamada mientras un sonrojo cubre el rostro del menor y agradece por que Magnus no le pueda ver.
Deja la camioneta estacionada a unos metros de su casa y decide caminar hasta la misma.
Nada ha cambiado en el tiempo en que no ha estado, la enorme casa, con gran fachada pintada en perla, los autos en la entrada, lo impecable de la misma.
Decide que es mejor entrar por la parte trasera y rodea la casa, hasta llegar a la pequeña puerta del patio, la abre con cuidado de no hacer demasiado ruido.
La nieve blanca cubre el jardín entero, los árboles tienen la misma capa y por un momento extraña tanto su casa que piensa en quedarse y olvidarse de todo lo demás.
Dispersa esos pensamientos cuando el frío comienza a colarse por sus huesos y se da prisa para llegar a la puerta de la cocina.
La abre con cuidado y entra sin hacer demasiado ruido, pone atención a lo que escucha y se da cuenta de que no parece haber nadie en casa, así que se da la libertad de caminar por su propia casa.
Llega a su habitación y se tumba en la cama. ¿En que momento su vida cambio tanto?
Todo fue tan rápido, sin aviso previo y sin explicación alguna, solo pasó.
Todo lo que había planeado, la universidad, mudarse de casa y de ciudad, ahora le sería imposible, eran cosas que jamás volverían.
Toma una foto de la mesa de noche, donde se puede ver a los tres hermanos abrazados y sonriendo, divirtiéndose como solían hacerlo. Se guarda la foto en el bolsillo de los jeans y regresa a la primera planta para sentarse frente al piano pero sin tocarlo.
Sin duda era lo que más extrañaba, aquel piano que lo acompañó en todo momento.
Escucha como se abre la puerta y se para de inmediato para ir con sus hermanos, cuando se da cuenta de que estos discuten por algo y decide ocultarse un poco más.
— Los lobos van a terminar con este pueblo.
— Solo fue un ataque Isabelle, no es para tanto.
— Pudo ser a uno de nosotros, a ti o a Alec.
— Pero no lo fue, relájate.
— No, ni de chiste. Además no te parece extraño que Alec solo desapareciera.
— ¿A que te refieres?
— Va un día al instituto y luego desaparece como si nada.
— Alec es así, no le veo lo extraño.
— Vamos Jace, no trates de protegerlo, nos oculta algo.
— Puede ser... pero es el mayor y puede hacer lo que quiera con su vida.
— Mmm... bueno de todas formas, voy a comenzar a tomar los cursos de caza que papá nos ofreció.
— ¿Porque?
— Tengo un presentimiento de que lo que le sucedió a Alec está relacionado con esos animales y no quiero un ataque, quiero acabar con ellos, como la gente de este pueblo.
— Yo creo que estas cometiendo un grave error, tu no eres así.
— No puedes saber eso Jace.
Escucha los tacones de la chica subiendo y al otro detrás de ella. Una vez escucha las puertas cerrarse, sale de su escondite.
El aire le falla un poco, no puede hablar con ellos y mucho menos contarles lo que le está pasando, no cuando Isabelle piensa eso de ellos.
Puede que al saberlo cambiara de opinión, pero ¿si no lo hacía?
No podía arriesgarse a eso, busca con mucho cuidado de hacer el mínimo ruido, las llaves de la casa en la costa, esa que era de el, pues todos parecían odiarla, al encontrarlas cierra el cajón y sale corriendo del lugar.
Una vez en la camioneta sabe que decirles a sus hermanos no es una posibilidad ni mucho menos un plan.
Marca el número de Magnus desde el teléfono, empezando a dar la vuelta para encontrarse con él.
— ¿Está todo bien?
— No en realidad Magnus, mis hermanos ya no son una opción, pero creo tener un plan de respaldo, te lo cuento llegando.
— Está bien, pero suenas agitado... ¿que sucedió?
— No tengo idea... todos es muy confuso, hablamos cuando llegue.
— De acuerdo.
Cuelga la llamada y conduce de regreso a casa, su verdadera y única casa.
No podía dejar de pensar que parecía tener demasiado problemas como para agregar a los cazadores a la lista, pero por lo que escucho, pronto deberían hacerlo.
Nadie tiene paz por tanto tiempo, primero deben pasar por la tormenta entera, para luego ver la luz del sol.
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Wolves
WerewolfInvierno y lobos. Cazadores, familia y amor. ¿Que debes elegir? "- ¿Creíste encontrar el amor de esta forma? - ¿En invierno? - Como un lobo. -Jamás, pero es el mejor amor que pude encontrar. " Enero 2019 - #57 Fantasía